Hay una máxima en la vida que dice que aquello que no funciona hay que cambiarlo. Así lo hizo Pablo Machín en el encuentro que enfrentó a Girona y Zaragoza el sábado pasado. Y es que el técnico del conjunto catalán apostó por introducir jugadores de refresco que le diesen un aire nuevo al equipo, que ha mostrado en alguna ocasión síntomas de flaqueza o debilidad.

Algunas caras nuevas fueron titulares a causa de las lesiones o sanciones que arrastraba el conjunto dirigido por Machín. Ése fue el caso de Pol Llonch o Pedro Alcalá, ambos en la zaga formada por cinco hombres. El primero conseguía la titularidad por vez primera esta temporada, en una posición casi inédita para él, la de carrilero derecho. El segundo, por quien el Girona desembolsó 150.000 euros este pasado verano, fue titular por segunda vez esta campaña, tras haberlo sido en el partido que se enfrentó a su exequipo, el Llagostera.

"He estado cómodo defensivamente, aunque en los últimos metros faltaba rodaje", decía Pol Llonch, que ha disputado 127 minutos hasta la fecha y era optimista: "Hacía días que no jugaba, pero poco a poco estoy cogiendo confianza y me veo con fuerza para seguir mejorando". Por su parte, Alcalá, titular indiscutible en el Llagostera, disputaba su segundo partido con la elástica gerundense: "Me he encontrado muy bien, pero hay que seguir trabajando", explicaba el murciano, que tuvo las dos más claras del partido con sendos cabezazos. "Fue una pena que no entraran", valoró.

Una medular inédita

Otra de las caras nuevas fueron las de Borja García, que jugó como media punta, y Alcaraz, que formó doble pivote con Pere Pons. El ex de Hospitalet reemplazaba así a un intocable Granell, que hasta entonces lo había jugado casi todo -a excepción de dos ratos ante Almería y Leganés- e ingresó en el minuto 74 por Clerc. "He estado muy bien y muy a gusto con Pere [Pons]. Hemos cambiado el medio del campo y estoy a disposición del entrenador cuando lo crea necesario", decía el mediocentro tras el encuentro. 

En el lado opuesto a los hombres que entraban de refresco al once titular, se quedaron en el banquillo otras piezas habituales en el esquema de Machín. Uno fue Granell y el otro Eloi, que también valoró su suplencia: "Todo el mundo tiene que jugar y es normal que haya cambios si no hay el resultado que esperas", explicaba al término del encuentro el gerundense, que no se rinde. "Seguiremos trabajando para poner las cosas complicadas y conseguir la victoria de una vez", concluyó.