La Copa Catalunya llegó al Mini Estadi para traer aire fresco a un Barça B que comenzaba a ahogarse en la competición regular tras ceder en los dos últimos encuentros que ha disputado en el campeonato de Liga de Segunda División B. Los azulgranas, que superaron al Figueres a domicilio en cuartos de final, en la tanda de penaltis, después de empatar a uno, recibieron al Girona en su feudo mostrando otra cara distinta a la del pasado domingo.

El FC Barcelona B dominó a un Girona nulo en ataque.

Durante la primera parte, tanto Girona como Barça B se repartieron el dominio del balón y no hubo un equipo que se decidiera a ir hacia la portería contraria. Fue en el tramo final del primer tiempo cuando los jóvenes del Barça B perdieron el miedo y se fueron descaradamente hacia la portería de Parreño. Aitor, Campins y Gumbau tuvieron en sus botas que el filial se fuera al descanso con ventaja en el marcador, pero ninguno de los tres consiguió acertar en su disparo. En los primeros minutos del choque, al Barça B le fue anulado un gol por fuera de juego de Tarín y Carles Aleñà, que destacó hasta que fue sustituido tuvo otra buena ocasión. El bagaje ofensivo del Girona antes del descanso se resumió a un disparo de Jairo, que apunto estuvo de sorprender a Ortolà.

A los tres minutos de la reanudación, de nuevo Aitor dispuso de otra ocasión clara, pero el delantero no consiguió conectar a gol un buen centro de Maxi Rolón desde la derecha. Los dos entrenadores empezaron su carrusel de cambios, que en el caso del Barça B no afectó para seguir buscando la portería del Girona con insistencia. Cuando todo parecía que el pase a la final se resolvería en los penaltis, Alex Carbonell, que entró en el minuto 62 por Campins, aprovechó un gran pase en profundidad de Samper para deshacerse de dos defensas rivales con un quiebro y colocar un balón inalcanzable para la estirada de Parreño.

Foto: FC Barcelona

Los chicos de Gerard López celebraron con moderación una merecida victoria, que les coloca ya en la final de la Copa Catalunya, en la que se medirán al vencedor del enfrentamiento entre Rubí y Sabadell.

El Girona ya se centra en el difícil choque liguero que afrontará este fin de semana ante el Alavés en Mendizorroza. Los gerundenses viajaran mañana a Vitoria-Gasteiz y se entrenarán en la ciudad deportiva del equipo local. Los de Pablo Machín deben demostrar porque son el mejor equipo visitante de la categoría, y que mejor forma de hacerlo que consiguiendo tres puntos ante un rival difícil para coger aire en la clasificación.