Chidiebere Nwakali ya sabe lo que es jugar con el Girona. El joven jugador nigeriano, que llegó el 31 de agosto a Montilivi pero no fue presentado hasta el 5 de octubre por asuntos burocráticos, dispuso el pasado miércioles de 58 minutos -antes de ser sustituido por Granell- sobre el césped del Miniestadi en la semifinal entre el Barcelona B y el conjunto dirigido por Pablo Machín. El centrocampista cedido por el Manchester City estuvo bastante participativo, aunque no pudo evitar la derrota de su equipo.

De esta forma, el ex del Atlético Malagueño dispuso de una oportunidad para debutar con buenas sensaciones en lo personal: "Me sentí bien porque he estado entrenando con el grupo. Intenté jugar, atacar... Tuve buenas sensaciones en general", decía Nwakali, que es positivo en cuanto a sus oportunidades para jugar: "Espero jugar, creo que es un buen momento para formar parte del equipo. Además, el entrenador me dice que en el futuro voy a jugar, así que estoy preparado".

El joven nigeriano es ambicioso: "No es difícil entrar en el equipo. Soy internacional y he jugado en diferentes equipos y competiciones, así que no tiene por qué ser difícil para mí", dice el centrocampista, que admite serios problemas con el idioma -sólo habla inglés-, especialmente cuando llegó: "A veces tengo que esperar y mirar qué hace el equipo antes de intentarlo yo. El tema del idioma es difícil, y al principio fue horrible para mí. Estoy haciendo clases de español y a partir de ahora será más fácil", admitió Nwakali.

El '12' del Girona se sumó así al debut del delantero Rubén Sobrino, inédito hasta ayer por un edema en la pierna. Tanto en el caso del delantero como del propio Nwakali -sea como centrocampista o como carrilero, posición en la que pueden actuar varios jugadores de la plantilla-, Machín sabe que puede contar con dos activos más, aunque, tras la eliminación de Copa Catalunya a manos del filial azulgrana, sea ya sólo en una competición: la liga.