Cogió las riendas de un equipo que necesitaba algo más que un milagro para salvarse y lo consiguió. Aseguró que el equipo no volvería a sufrir la temporada siguiente y lo llevó hasta la cumbre, hasta los 82 puntos, que no fueron suficientes para ascender. La vuelta a la realidad le ha costado mucho a este equipo que, tras todo lo sufrido, sigue mostrando buenas sensaciones. Todo de la mano de Pablo Machín (Gómara, Soria, 7 de abril de 1975), quien se sincera en VAVEL hablando de su pasado, del presente y de aspectos más personales.

Una mirada atrás

Pregunta: Hace casi dos años que llegó a Girona. ¿Qué balance hace durante este tiempo?

Respuesta: Si lo miramos con la idea que tenía cuando venía, ha sido un balance excelente. Tanto deportivamente, porque salvar al equipo cuando todo el mundo lo daba por descendido es si cabe más meritorio o tan meritorio como la temporada que hicimos el año pasado, que fue histórica y conseguimos los mismos puntos que el equipo que ascendió; como personalmente, porque era la primera vez que salía de casa y he dado en una ciudad con grandes similitudes con Soria, y me siento muy bien acogido por todo el mundo.

P: En marzo de 2014, acepta una oferta de un Girona medio muerto. ¿En qué momento le llega?

R: En aquel entonces, venía de estar dos años como entrenador en el equipo de mi casa, y había llevado toda una trayectoria de ayudante de porteros, en categorías inferiores y como segundo entrenador varios años. Sentía que allí mi ciclo se estaba acabando, y antes de que fueran mal las cosas, creí conveniente renunciar a una posible renovación que tenía hablada con el presidente y decidí que no iba a seguir. Allí tenía la idea que sería más fácil encontrar equipo que lo que al final fue, porque la gente me decía que había hecho un buen trabajo, que era el entrenador más joven de segunda o que habíamos rejuvenecido a una plantilla con menos dinero que el que había anteriormente. Pero la realidad fue que cuando preguntaban por mí, me decían que estaba en una terna para tal equipo, pero se habían decidido por otro porque todo lo que había hecho era en Soria, y esto me fastidiaba un poco.

P: ¿Dudó mucho antes de venir aquí, en Girona?

"El reto era mejorar el último puesto del equipo y hacerme con un grupo que estaba muy tocado"

R: La primera opción que tuve seria y real de Segunda División fue el Girona, aunque es cierto que quizás me lo pensé demasiado poco. Me decían que podía caer un descenso sobre mí, en el que no tenía nada que ver y que quedaría en mi currículum, pero me fie más del corazón y de las ganas que tenía de demostrarme a mí mismo y a otra gente que pudiera tener dudas, que lo que hice en Soria lo podía hacer en otro sitio. El reto era mejorar el último puesto del equipo y hacerme con un grupo que estaba muy tocado, y al final conseguimos el premio gordo.

P: Desde su llegada propuso un sistema basado en dos carrileros y tres centrales. ¿Ya lo había ensayado en el Numancia?

R: Jugando semi-profesionalmente en el Numancia, jugaba con tres centrales y dos carrileros, aunque no era exactamente el mismo sistema porque los sistemas los hacen los jugadores o la intención que tiene el entrenador de usarlo. En Soria era un sistema más defensivo, como el que utiliza mucha gente para contrarrestarnos en Montilivi. Cuando llegué aquí, al principio era para tener más seguridad defensiva, pero el año pasado evolucionamos a un 3-5-2, jugando ofensivamente e intentando tener mucha llegada. A veces, uno de nuestros carrileros centra y el otro tiene opción de remate. Analicé la plantilla y ya había visto muchos partidos, y creí que tenía jugadores idóneos para jugar así. Lo que tenía claro era que, tras pasar por aquí dos entrenadores y jugar de forma semejante, tenía que cambiar el máximo de cosas posibles, y no cambiar por cambiar, sino hacerlo para bien, y que los futbolistas se dieran cuenta que había algo distinto que les podía hacer cambiar la dinámica.

P: El año pasado el Girona hace la mejor temporada de su historia. ¿Se lo podía llegar a imaginar?

"Haber vivido lo malo del fútbol y no querer volverlo a vivir nos hizo empezar bastante bien"

R: Sinceramente no, quizá porque dicen que los castellanos no somos muy pesimistas, pero ni mucho menos somos como los del sur, que enseguida se vienen arriba. Me considero cabal y coherente y tras ver de dónde veníamos, lo normal era intentar mantener la categoría. Nos vino muy bien la inercia positiva, y sobre todo haber vivido lo malo del fútbol y no querer volverlo a vivir nos hizo empezar bastante bien. Cogimos un buen colchón, y con mucho trabajo, calidad e implicación de los futbolistas, pudimos mantenernos ahí arriba toda la temporada.

P: Tras hacer lo más difícil, el Girona pierde la opción de subir a Primera. ¿Qué cree que pasó ante el Lugo?

"En el fútbol un palmo antes o después puede ser la vida".

R: El fútbol es así de caprichoso. Nadie hubiera imaginado que con 22 equipos y 42 jornadas, uno tiene que jugarse el ascenso en el último partido y por una diferencia de goles. Llegamos mermados físicamente, porque necesitábamos competir desde el primer partido al 110% y lo verdaderamente raro nos pasó el partido del Lugo. Podíamos haber marcado el 2 a 0 con el palo de Sandaza, pero la crueldad del fútbol hizo que, en el tiempo de descuento, un equipo que deportivamente no se jugaba nada nos marca el fatídico gol para nosotros. A veces pongo como ejemplo a los futbolistas que en el fútbol un palmo antes o después puede ser la vida, y el fuera de juego de Lejeune tras el 1-1 fue ese palmo que nos separó de Primera.

P: ¿Y ante el Zaragoza? Tenían un 0-3 a favor...

R: Lo del Zaragoza fue querer y no poder, porque se nos puso todo en contra en el partido de vuelta, después de haber hecho un magnífico partido en el que podíamos haber metido más goles. Todo lo que ellos hubieran deseado les pasó aquí en Montilivi, y fue todavía un final más macabro. Teníamos claro que si queríamos subir a Primera era en el partido directamente contra el Lugo y dependiendo de nosotros mismos, porque aunque hubo gente que pensó que el Betis haría un buen partido, las circunstancias del fútbol fueron así.

P: Al equipo le ha costado arrancar esta temporada, en especial ante la afición. ¿Cree que puede pasar factura en lo psicológico el cruel final de la pasada campaña?

"En cuanto a sensaciones y juego creo que hemos estado por encima de lo que dice la clasificación"

R: Por mucho que digamos que son temporadas distintas, ello influye en el estado anímico y en el físico, porque hubo mucho desgaste físico y mental, y muchos jugadores llegaron al límite, medio lesionados y con sobreesfuerzos nada habituales en ellos. Aunque queríamos dar el máximo descanso, la competición estaba ahí y no tuvimos el descanso que deseamos. No estoy tan descontento con la primera vuelta, porque si bien es cierto que en cuanto a resultados estamos en la parte baja, en cuanto a sensaciones y juego creo que hemos estado por encima de lo que dice la clasificación.

La actualidad del Girona y del rival

P: En 2016 el equipo ha revertido la situación y solo gana en casa. ¿Es un plus de motivación también para la afición?

R: Es lógico que la afición se motive con los resultados, y cuanto más arriba estás, más motivada está la afición. He dicho siempre que el Girona dará la cara en todos los campos, que es valiente y ambicioso, y que siempre damos el máximo. Si ello lo completamos con un juego ofensivo, alegre y vistoso, mejor que mejor. Creo que los aficionados lo han visto todo en Montilivi, pero al ser un juego, en el que dependes de la calidad y del acierto propio y del rival, hay una parte de fortuna que no hemos tenido nunca.

Pablo Machín, sentado en la sala de prensa de Montilivi. | Foto: Narcís Franch (VAVEL).
Pablo Machín, en la sala de prensa de Montilivi. | Foto: Narcís Franch (VAVEL).

P: Tras ganar en Montilivi, tocará refrendarlo fuera, que hace varios meses que el equipo no consigue una victoria…

R: Sí, y el primer partido que tenemos es en Soria. Tocará ponerlo todo de nuestra parte para hacer un buen partido y conseguir traernos la victoria.

P: ¿Qué le dice el partido de Soria?

"Al enfrentarme al equipo de mi tierra y al que he entrenado hay un componente sentimental"

R: Ahora tengo dos equipos: el de mi vida, que es el Numancia, y el otro que poco a poco está siendo importante en mi sentimiento, como es el Girona. Al enfrentarme al equipo de mi tierra y al que he entrenado hay un componente sentimental, pero somos profesionales y hay que olvidar esto hasta que se acabe el partido. Hay que intentar ganarles, pero es cierto que llegaré ahí y veré mucha gente conocida y querida. El desplazamiento más emotivo allí se produjo el año pasado; agradezco cómo me trataron y me recibieron.

P: ¿Cómo ve al Numancia? Tras empezar muy bien se han ido deshinchando…

R: Empezaron en puestos de ascenso, donde se generan rápidamente muchas ilusiones. Han hecho fichajes de renombre, y parecía que sería un año en el que el Numancia pondría toda la carne económica en el asador para hacer un equipo que les llevara a estar peleando en los puestos de ‘playoff’, teniendo en cuenta que, para ellos, tanto como para nosotros, el objetivo es la permanencia. Por las circunstancias no han podido aguantar ahí arriba, y la realidad es que ahora somos dos equipos igualados en la clasificación.

P: Cuando vinieron aquí, ganaron 2 a 3 en el minuto 95 un partido que, diez minutos antes, era del Girona...

R: Lo que es el fútbol. Empezó el partido con un gol a favor suyo, y acabó el tiempo cumplido con otro gol a favor suyo. En el resto del partido creo que fuimos superiores, pero los partidos duran desde el minuto cero, en el que nos metieron el primero, hasta el 95, en el que nos metieron el último. Fue un partido como ejemplo que no te puedes relajar, y que en cualquier acción el rival se puede meter en el partido, como en el penalti (84’). Luego, la confianza que tenían de llevarse el partido les ayudó a estar acertados en el balón parado.

P: La semana pasada, Borja García salió unos minutos y decidió un encuentro que estaba atascado con un gol. ¿Puede ser el madrileño un gran fichaje invernal?

R: Nosotros tenemos mucha confianza en la gente en la que hemos apostado desde el principio. Siempre digo que lo bueno está en casa y está por llegar, porque por ahora no hemos podido disfrutar de futbolistas que tienen que ser importantes. Hay el caso de Javi Álamo, que tuvo dos lesiones de rodilla en una vuelta (algo que no es habitual), en momentos que nos estaba enseñando pinceladas del buen futbolista que es. Borja no llegó en las mejores condiciones y aunque estuvo cuatro partidos de titular, coincidió con un momento en el que no fue el mejor del equipo. De él depende, si tiene un nivel superior al de los compañeros al final se mostrará. Y el fichaje que no hemos disfrutado nada es el de Sobrino, porque cuando ha jugado lo ha hecho mermado y espero que sea otro fichaje de invierno.

P: Habla de Sobrino. ¿Cree que puede asemejarse a los casos de Felipe, hace dos años, y de Juncà, el pasado, como ejemplos de lesiones que se alargan más de lo previsto?

R: Son cosas que tenemos que asumir. Siempre queremos que las lesiones se diagnostiquen y traten correctamente, y que se recuperen en el menor tiempo posible. A veces queremos hacerlo todo rápido y ello puede llevar a precipitación. Tampoco ganamos mucho lamentándonos de los que no están, somos todos importantes y los que nos harán ganar partidos son los que están y no los que pueden llegar. Estando yo, quizás los casos de Felipe y Juncà son los más llamativos, igual que me pasó en Soria con Julio Álvarez. Se tiene que intentar que sea el menor número de jugadores y veces posible.

P: Se refiere a los que no están. ¿Empieza a cansar el tema de Nwakali?

"No podemos pensar que lo que hay fuera es mejor de lo que tenemos"

R: No quiero desgastarme en pensar estas cosas, él llegó tarde, ya teníamos un grupo hecho y pienso que los que estamos, cuanto más implicados mejor, y somos los que conseguiremos los objetivos. Todos nos pueden ayudar, pero no podemos pensar que lo que hay fuera es mejor de lo que tenemos, porque no iríamos bien y sería una falta de reconocimiento a los jugadores que día a día están trabajando.

P: ¿Cómo ve las incorporaciones de Pablo Maffeo y Dejan Lekic?

Pablo [Maffeo] nos va a aportar porque tiene mucho potencial. Y en cuanto a Lekic, refrendará la apuesta con goles"

R: Bien, con el nivel que sabíamos que tenían. Pablo es muy joven y con un potencial enorme, y el City ha hecho un esfuerzo muy grande teniéndolo y pensando que estará en el primer equipo dentro de poco tiempo, y así lo ha hecho renovándole. Buscamos aumentar la competitividad con él, y si en un momento dado necesitamos jugar con una línea de cuatro atrás, él se adapta ahí perfectamente, aunque también le vamos a ir inculcando los automatismos del carril para que lo podamos utilizar ahí. Es un futbolista que, a pesar de haber llegado tarde, seguro que nos va a aportar porque tiene mucho potencial. Y en cuanto a Lekic, es un nueve referencia, que no ha llegado en el mejor estado de forma, pero ya lo sabíamos, y por eso decidimos apostar por él antes que otro equipo se metiera por medio porque no hubiéramos podido competir. Es una apuesta que él seguro la va a refrendar con goles, que es lo que ha hecho siempre.

Machín fuera de los terrenos de juego

P: ¿Cómo se define Pablo Machín como persona?

R: Eso te lo podría decir más la gente de fuera, pero me considero bastante normal, afable, amigo de sus amigos. Soy bastante abierto, campechano como diríamos en mi tierra, y no necesito grandes cosas para ser feliz, siempre que mi familia esté bien; también me gusta apreciar las pequeñas cosas y los pequeños momentos.

P: El año pasado viajaba mucho a Soria. Este año su mujer y sus hijas han venido a vivir a Girona. ¿Se siente más tranquilo en ese aspecto?

R: Sí, sobre todo porque son edades en las que se necesita los dos padres. Yo aquí estaba bien y es posible que me echaran más de menos ellas a mí que yo a ellas, pero hay momentos que hay que pensar que fuera del fútbol hay algo más, y viene bien desconectar. De hecho, era lo único que hacía el primer año que llegué, poco a poco fui teniendo amistades y ‘hobbies’, pero al final el aspecto familiar es importante para la familia y para uno mismo.

P: En noviembre fue galardonado como el mejor entrenador de Segunda División. ¿Se lo esperaba?

R: Yo iba con la idea que, en este tipo de premios, el ganador ya sabía que lo iba a ser, y por tanto no me planteaba si me lo merecía o no. Sin embargo, con el tiempo la gente te hace ver que es un premio muy merecido y es un reconocimiento no solo personal, sino extensible al Girona y a la excelente campaña que hizo. Quizás lo normal, por haberse llevado el premio gordo y por ser más mediático, hubiera sido que ganara Abelardo, pero nosotros lo hicimos igual de bien y con muchísimos menos medios en cuanto a club, infraestructuras, ser menos mediático e incluso en el tema económico estaban por encima del nuestro. Me satisface y es muy gratificante porque lo otorgan por votación de futbolistas y entrenadores.

Pablo Machín, en pleno discurso en la gala de la LFP. | Foto: LFP.es.
Pablo Machín, en pleno discurso en la gala de la LFP. | Foto: LFP.es

P: Compartió gala con grandes estrellas del fútbol, como Messi, Neymar, James o Sergio Ramos, y habló con ellos. ¿Cómo son?

R: Al final todos somos personas y un chaval de 20 años lo es siempre, tenga más o menos dinero o sea más o menos mediático. A veces es imposible ser accesible a todo el mundo si eres una estrella. Si cualquiera de nosotros estuviera en su sitio, sería muy difícil contentar a todo el mundo, y lo malo de estar a estos niveles es que no te puedes comportar como el resto de los mortales como ir a un restaurante, a un bar o dar un paseo de la misma forma que lo hace una persona normal.

P: ¿Le conocían?

R: Me imagino que no, pero Sergio Ramos estaba detrás y me sorprendió porque me saludó y me felicitó por el nombre. Pensé que quizás algo sí que saben, por el hecho de estar allí saben que eres entrenador del Girona, pero antes de que sucediera la gala, si te saludan es porque te han conocido de algo de antes.

P: ¿Con qué filosofía de entrenador se siente identificado?

R: Tampoco conozco a los entrenadores mediáticos profundamente como para decir “me gustaría ser como este”. He ido cogiendo lo que más me gustaba de los entrenadores con los que he podido trabajar día a día estando de segundo, y éstos han sido los que más me han marcado. He tenido una base autodidacta de entrenador de cantera, en la que aprendí muchas cosas. Tuve la suerte de estar con Unzué de segundo entrenador, y ello se tradujo en horas de charlas y curiosidades de lo que hacían con Guardiola en el Barça. Tengo la suerte de conocer a Vicente del Bosque personalmente y gente que trabaja con él, y al final tratas de coger cosas que te gustan de todos, pero sobre todo saber el porqué de las cosas y cómo se llega a jugar así. A todos nos gustaría jugar y atacar como el Barcelona. Lo fundamental es tener los futbolistas que tienen, pero un buen entrenador es el que saca el mayor rendimiento a los mimbres que tiene y es el que pueda amoldarse a los jugadores que tiene. La base es ser un equipo equilibrado y sobre todo competitivo, difícil de superar defensivamente y tener la capacidad, con los medios que tengas, de ser rápido y directo, que es como más se sorprende.

P: Un libro:

"La base es ser un equipo equilibrado y sobre todo competitivo"R: No soy un lector muy asiduo de algo que no tenga que ver con mi trabajo, no sé si es una excusa o que es más fácil ver alguna película. Lo que más leo son artículos en Internet, mientras que el último libro que leí fue ‘Aurora Boreal’, de Åsa Larsson, y de esto hace bastante tiempo.

P: Una película:

R: Por el hecho de cómo fue, me gustó mucho la de ‘Ocho apellidos vascos’. La vi después de ganar al Alcorcón aquí, que fue la primera victoria en casa en marzo de 2014. En uno de los paseos solitarios que me daba por el centro de Girona, entré en el cine y decidí verla. Hay mejores películas, pero muchas son dramas, y ésta, por el hecho de no tener mucho contenido intelectual y que me hizo reír, me gustó. Hay otra, ‘Días de fútbol’, que ya había visto en Soria pero que Jofre nos ponía muy a menudo y, desde que estoy aquí, es la película que más veces he visto. Nos sentíamos identificados con aquella película porque tenía que ver con muchas circunstancias que nos pasaron.