Visión de juego, organización, zurda de oro, carácter, liderazgo... Características aplicables a uno de los pilares del Girona de la actualidad, la batuta de Montilivi o la sala de máquinas del cuadro rojiblanco. Se trata de Àlex Granell Nogué (Girona, 2 de agosto de 1988), que atiende a VAVEL para repasar lo que da de sí la categoría de plata, su paso por numerosos equipos antes de recalar definitivamente en el equipo dirigido por Machín o aspectos más personales.

Echando la vista atrás

Pregunta: Empieza en el fútbol base en el Girona, pero se va en su etapa de cadete. ¿Es consciente en aquel momento de lo que ello representa?

Respuesta: Me voy con 15 años, y había estado desde los cinco hasta los 15 jugando en el Girona, por lo que no me planteaba jugar en otro equipo que no fuera allí. Que te digan que no eres lo suficientemente válido para seguir en la disciplina de tu club, en una edad que no estás preparado para recibir estos golpes, es muy difícil. Recuerdo que fue una época en la que me planteé incluso apartarme del fútbol y dedicarme a otro deporte. Al final empecé una época en “Germans Sàbat” [un barrio de la ciudad de Girona], que fue muy importante porque entendí el fútbol desde un punto de vista apartado de la presión y donde hice amistades muy importantes. Fue un momento muy difícil porque era un adolescente.

P: Empezó una etapa en la que pasó por muchos equipos y no estaba más de una temporada por club. ¿Era difícil mantener la regularidad que uno necesita?

"No me preocupaba porque cada año era para mejorar deportivamente"

R: Es cierto que hasta que no llegué al Girona no estaba más de un año en un club, pero no me preocupaba porque cada año era para mejorar deportivamente. Afortunadamente tenía propuestas para continuar en los equipos en los que estaba, pero irme significaba dar un paso adelante en mi trayectoria deportiva, en el fútbol amateur. Dado que mi rendimiento era notable, ello me permitía dar un salto de categoría o hacerlo hacia equipos más importantes en la misma categoría.

P: Estuvo dos años en el Llagostera. ¿Cómo lo recuerda?

"En la primera etapa se consiguió un ascenso; en la segunda tuve que irme al Cádiz"

R: Tengo buenos recuerdos de esta etapa, especialmente de la primera, porque se consiguió un ascenso muy importante para el club, de Tercera a Segunda B, donde se pasó a jugar al fútbol semi-profesional. Lo recuerdo como un año con una participación importante en el doble pivote con Eloi [Amagat], con el que ya nos conocíamos pero allí nació la amistad que todavía sigue, y que acabó con un ascenso deseado por todo el mundo. La segunda etapa fue más difícil porque estuve solo medio año en Segunda B, donde siempre había querido jugar, y tras medio año tuve que irme a probar una experiencia que es la más importante que he tenido hasta ahora: irme de casa y jugar en un equipo como el Cádiz. De manera casual juegan en Segunda B, pero tienen una entidad de élite, son el mejor equipo de Segunda B y podrían ser uno de los punteros en Segunda A, y por qué no jugar en Primera. Me fui en Navidad, la salida fue difícil porque entendieron que tenía que seguir vinculado al Llagostera, por lo que recuerdo con más aprecio la primera etapa.

P: ¿Encontró en Cádiz lo más parecido al fútbol profesional?

"¿Cádiz? Fue la primera vez que conocí lo que es y lo que representa el fútbol profesional"

R: Sí, fue la primera vez que conocí lo que es y lo que representa el fútbol profesional. Estaba en una entidad que jugaba en Segunda B contra equipos de ciudades y estadios pequeños, pero como club el Cádiz es de Segunda, como mínimo. La presión de jugar en el Ramón de Carranza, ante 10.000 o 12.000 aficionados, me hizo crecer mucho, y tuve la suerte de tener dos entrenadores como Rodri y Agné, que me hicieron entender el fútbol de otro modo, el que me ha permitido asentarme en el fútbol profesional.

P: En verano de 2014 volvió al Girona. ¿Fue demasiado tarde?

R: Cuando me fui con 15 años, estuve en categorías donde me costó mucho ir subiendo. Para el Girona era arriesgado apostar por un jugador como yo, pero cuando conseguí ser un jugador con un buen rendimiento en Segunda B, se me abrieron las puertas para volver al club de mi casa. Tenía que demostrar que tenía suficientes capacidades para jugar en Segunda A, y gracias a la confianza del míster lo conseguí. Siempre pienso que ojalá lo hubiera conseguido antes, como mis compañeros Pere Pons, Carles Mas o Coris, que con 21 o 22 años ya tocan la élite del fútbol, pero madurativamente me ha ayudado volver con 26 o 27 años, porque soy mucho más consciente de todo y más responsable de mis actos.

P: El año pasado recuperó el tiempo perdido. Grandísima temporada y cinco goles en su haber...

"No me hubiera imaginado nunca tener un rol tan importante, con el Girona haciendo la mejor temporada de su historia"

R: La temporada en la que debuto en Segunda A me la planteo como una temporada de adaptación, para conseguir minutos en la categoría y demostrar que soy válido para estar en la plantilla. No me hubiera imaginado nunca tener un rol tan importante, ser el jugador de campo con más minutos, y con el Girona haciendo la mejor temporada de su historia no me lo había planteado nunca. El hecho de sentirme tan protagonista fue porque hay un técnico que no tuvo ninguna manía en confiar en jugadores como Pere [Pons] o en mí, que no teníamos nombre en la categoría. Sin esta confianza no hubiera tenido la continuidad que tuve, y también tuve la suerte que mi rendimiento fue alto desde el principio, lo mantuve durante toda la temporada y eso fue lo que me permitió ir jugando cada partido. Se juntó todo, la mejor temporada que hice con el gran nivel del equipo.

P: ¿Se imaginaba estar formando parte del triángulo gerundense en el centro del campo, con Pere Pons y Eloi Amagat?

"Tener este sentimiento es un valor añadido que permite que te impliques y quieras más a tu club"

R: No, para nada. Además, los tres tenemos un sentimiento ‘gironí’ muy fuerte. Con Eloi ya tenía una amistad incluso fuera del campo, y Pere lo puedo considerar uno de mis amigos tras un año. Compartir el centro del campo fue una de las fuerzas del Girona del año pasado; lo digo siempre, tener este sentimiento es un valor añadido que permite que te impliques y quieras más a tu club, y por tanto lo quieras defender siempre a muerte.

P: Acostumbrado a jugarlo todo, ¿le extrañó ser suplente en varios partidos de esta temporada cuando las cosas no iban bien?

"Aquel parón viendo el equipo desde el banquillo sirvió para dar un plus e intentar recuperar mi mejor versión"

R: El equipo no empezó bien, lo hizo con dudas, y entiendo perfectamente que el entrenador quisiera probar alternativas en el equipo. El año pasado iba todo perfecto y no hacía falta tocar nada porque el equipo ganaba jornada tras jornada, pero esta temporada, al empezar con dudas, estuve fuera dos o tres partidos, que me sirvieron para entender el mensaje que hacía falta dar un plus más. Sabía que el míster confiaba en mí porque ya lo había demostrado, pero necesitaba volver a ver una buena versión, y en poco tiempo volví a sentir su confianza en mí. Ahora he estado fuera por una pequeña lesión, pero acumulo muchos minutos y la gran mayoría como titular. Aquel parón viendo el equipo desde el banquillo sirvió para dar un plus e intentar recuperar mi mejor versión.

P: ¿Le sorprende acumular nueve tarjetas amarillas cuando en toda la temporada pasada vio solo cuatro?

R: Lo he explicado en alguna ocasión. Las dudas o los nervios del principio de temporada se trasladan al campo y acabas cometiendo alguna entrada algo más agresiva o intensa de lo habitual, o tienes una conversación con el árbitro más intensa de lo normal. Antes iba todo rodado y no era necesario cometer faltas duras. También es anecdótico y no es normal acumular cuatro amarillas en todo un año, sino que es más lógico que un mediocampista que ataca y defiende lleve nueve tarjetas. Lo normal es cumplir dos ciclos; con dos tercios de la temporada cumplidos llevo nueve tarjetas, pero no me preocupa.

P: En febrero renovó su compromiso con el club para dos años. ¿Se siente importante en el proyecto?

"Quiero seguir vinculado a este grupo, con un proyecto que tiene buena pinta y del que quiero ser partícipe"

R: Sí, tenía claro que quería seguir en el Girona si no era para estar en una categoría superior, aunque no cierro las puertas a soñar algún día en llegar a la máxima categoría, y si es con el Girona mucho mejor. Siempre digo que hay que estar agradecido al club que te da la oportunidad, el club de casa y al que más quiero y desde donde empiezo. Ir a cualquier otro equipo de Segunda A era una falta de respeto, y qué menos que con unas condiciones con las que me sintiera cómodo. Quiero seguir vinculado a este grupo, con un proyecto que tiene buena pinta y del que quiero ser partícipe.

La competición y la situación del equipo

P: Al equipo le costó empezar la temporada. ¿Lo vincula con el cruel final de la temporada pasada?

R: Sí, todo el mundo es plenamente consciente que lo que pasa la temporada pasada pesa mucho y nos afecta a todos. Nadie lo supera en verano, cuesta mucho pasar aquel mes de vacaciones porque todo el mundo tenía en su cabeza lo que había sucedido; la pretemporada cuesta porque encuentras los compañeros con los que habías tenido la situación dramática; y al comienzo de la liga ves que estás allí mismo donde habías luchado para no estar la temporada siguiente. Cuesta, es inevitable y les costaría a todos los equipos. Tiene mucho mérito salir de esta situación, con el Girona virtualmente salvado y con la oportunidad de luchar para intentar ascender a Primera División.

P: El equipo ha ido de menos a más y se encuentra a tres puntos del ‘playoff’. ¿El vestuario cree que se puede luchar de nuevo?

R: Sí, porque somos un equipo que viene de abajo, con mucha ambición, y nadie se lo espera. Siempre hemos dicho que el máximo objetivo es la permanencia, y así lo indicaban los números de la primera vuelta, pero ahora mismo, a falta de diez partidos, nos encontramos a tres puntos del ‘playoff’, hemos perdido uno de los últimos doce partidos, somos el equipo menos goleado de la categoría... Todos los factores te invitan al optimismo y a pensar que todavía podemos afrontar un último tramo de temporada ilusionante, que Montilivi vuelva a presentar los días de mucha gente y trajes de gala, y si podemos llegar a las dos o tres últimas jornadas con opciones de ser equipo de ‘playoff’, no dudo que este año tenemos posibilidades de no defraudar a nadie y de conseguir lo que dejamos escapar la temporada anterior.

P: ¿Cómo valora el hecho que en Segunda División solo tres puntos separen al quinto del decimotercer clasificado?

"Ello habla bien de la competitividad en Segunda y de lo rica que es esta categoría"

R: Es una categoría en la que, a diferencia de Primera, a los equipos que están arriba les cuesta ganar a los de abajo. En Segunda, equipos como el Mallorca o el Almería están con el agua al cuello, y equipos como Girona o Leganés se mueven por zonas tranquilas -en el caso del Leganés, con opciones serias de subir a Primera-, cuando no son equipos predestinados a hacerlo. Ello habla bien de la competitividad en Segunda y de lo rica que es esta categoría.

P: ¿Cree que los equipos que están arriba padecen el ‘mal de altura’?

R: Esto les pasa a los equipos pequeños que no están acostumbrados a estar arriba. El Betis o el Villarreal no tienen el mal de altura, pero algunos equipos pequeños que no están llamados a estar arriba lo tienen porque tienen miedo a perder algo que poseen y que cambie a los jugadores o a la entidad. Otros, sin embargo, lo tienen muy interiorizado desde el principio de temporada y no les es tan difícil aguantar esta situación. Nosotros no estábamos acostumbrados a convivir con esta situación, pasó lo que pasó y seguramente nos servirá para el futuro, y si Dios quiere, para un futuro muy cercano.

P: ¿Qué ha sucedido para que el Girona mejore como lo ha hecho?

R: Creo que fue clave salvarnos de entrar en descenso en el partido antes de Navidad. Hubiera sido un golpe muy duro y lo salvamos en Mallorca en el minuto 91. Supimos enderezar el rumbo y ser muy competitivos en Montilivi, conseguimos victorias como local -ya lo hacíamos como visitante-, y especialmente a partir de 2016 el cambio más grande ha sido este.

P: ¿Cómo valora el hecho que Isaac Becerra sea, desde este fin de semana, el ‘Zamora’ de la categoría?

"[Becerra] es un gran portero dentro y fuera del vestuario y uno de los mejores de la categoría"

R: Es extraño que Becerra esté en Segunda División. El año pasado demostró ser el mejor de la categoría, este año vuelve a ser uno de los mejores y está a un nivel muy alto. Me gustaría mucho que renovase con el Girona, porque entiendo que él también está agradecido al equipo porque le ha dado la oportunidad de jugar en Segunda A dos temporadas y media completas. Es un gran portero dentro y fuera del vestuario y uno de los mejores de la categoría, y el Zamora así lo ratifica.

P: Tras la ausencia de Pere Pons en la medular, Rubén Alcaraz ha recogido su testigo. ¿Cómo le ve?

R: Rubén se está adaptando en Segunda A, y cuando ha jugado ha rendido a un gran nivel. Ha suplido la ausencia de Pere con notables actuaciones, y ni yo ni ninguno de nosotros tenía dudas de ello. En su primer año está haciendo muy buenos partidos y está sobradamente preparado para jugar en Segunda A. Es muy joven, tiene mucha voluntad, fuerza y talento; ya lo conocí cuando jugamos en el Prat, no tenía ninguna duda que jugaría en Segunda A y tenerlo al lado es todo un privilegio.

P: ¿Por qué con Pablo Machín el Girona consigue tan buenos resultados lejos de casa?

R: Parece extraño pero nos sentimos cómodos. Jugamos con un sistema distinto que nos ayuda, no tenemos ninguna manía para estar juntos atrás y cuando tenemos el balón lo conservamos bien. Al final hace falta amarrar las victorias en Montilivi, que son las que te catapultan hacia arriba, pero con Machín el Girona es uno de los mejores como visitante y espero que siga siendo así porque conseguir victorias fuera de casa es difícil, y consiguiéndolas tienes todavía más posibilidades de estar arriba en la clasificación.

P: Durante el mercado invernal se incorporó a Maffeo, Lekic y Cristian Herrera (estos dos últimos delanteros). En su día Jairo se quejó que había demasiados delanteros en la plantilla. ¿Cree que está en lo cierto?

"No hay que verlo como un problema sino como una gran virtud"

R: La variedad y la competencia bien llevadas son sanas. Jairo opinó que hay muchos delanteros y quizá es verdad que hay un volumen importante de delanteros, pero también hay muchos centrocampistas y muchos defensores. Al final cada uno tendrá su oportunidad y no hay que verlo como un problema sino como una gran virtud.

P: Este sábado visitan el Anxo Carro de Lugo, un estadio donde el Girona solo acumula victorias, a pesar que el rival no les trae buenos recuerdos...

R: Sí (ríe), recuerdo especialmente el partido en el campo del Lugo, un campo que al Girona se le da bien y donde gana a menudo. Recuerdo también el partido de ida en Montilivi, que fue especial por lo que había pasado, pero iremos a jugar allí y no nos afectará ni lo relacionaremos con ningún hecho anterior. Ya lo pudimos digerir con el partido de la primera vuelta, que lo perdimos, y tenemos ganas de ganar para dar por bueno el punto conseguido contra Osasuna.

P: Este sábado apuntaba que se sentía limpio de consciencia. ¿Dijo todo lo que tenía que decir en su momento?

"Toca hablar de un proyecto ambicioso que nos brindará alegrías en el futuro"

R: Sí, estoy plenamente limpio de mente. Tanto yo como el equipo. En su momento ya explicamos lo que opinábamos de la situación, y seguir hablando de este tema sería hacernos daño. Toca hablar de un proyecto ambicioso que nos brindará alegrías en el futuro.

En un plano personal

P: ¿Cómo se define Àlex Granell como persona?

R: Soy buen amigo de mis amigos, me considero una persona noble e intento ser honesto.

P: Ha tenido muchos entrenadores. ¿Cuál le ha ayudado más en su carrera?

R: Me quedaría con dos entrenadores: Raúl Agné y Pablo Machín.

P: ¿Un ejemplo de jugador?

R: Xavi Hernández.

P: Mejor y peor momento deportivo:

R: El mejor, el día del debut con el Girona contra el Racing de Santander, juntamente con mi primer gol en Montilivi, contra el Recreativo. El peor fue sin duda el frustrado ascenso a Primera División, la temporada pasada.

P: Un sueño:

R: Jugar en Primera División.

P: Un libro:

R: ‘El monje que vendió su Ferrari’, de Robin Sharma.

P: Una película:

R: ‘Venganza’, de Pierre Morel.

P: Un mensaje para la afición:

R: Que quedan diez partidos, de los cuales cuatro en Montilivi, y es vital que nos acompañen. Si queremos disfrutar de un ‘playoff’ para ascender a Primera División necesitamos que estén con nosotros, como casi siempre, pero cuando hay el calor de la afición y Montilivi presenta la mejor gala, es más sencillo ganar.

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