La cara y la cruz. El día y la noche. Nada que ver con aquel Girona de la primera vuelta al que le costaba horrores sumar de tres en tres. Cuando ganaba, acababa empatando, y si empataba, perdía. En la mayoría de ocasiones, sin merecimiento, pero el fútbol es así de caprichoso. La actual racha de los de Montilivi es de un equipo que merece subir. Con la boca pequeña, con humildad, pero con toda la ilusión del mundo. Y es que el fútbol le debe una a estos jugadores.

El ritmo de los de Machín es vertiginoso. En la segunda vuelta, los catalanes han conseguido ocho victorias, seis empates y una única derrota, en Almería (1-0). El último triunfo, el cosechado ayer ante otro de los equipos que está firmando una segunda parte de campeonato estratosférica, el Tenerife. Su entrenador, Pep Lluís Martí, ya advirtió que sus pupilos no vendrían a Montilivi "de paseo", y lo cierto es que hicieron sudar sangre a los locales.

Intensa primera parte

El choque prometía intensidad y no defraudó. Machín apostaba por la medular gerundense -Pere Pons, Granell y Eloi- y por Mata y Lekic arriba. Los delanteros sufrieron de lo lindo con los centrales tinerfeños y los zagueros catalanes hicieron lo propio con la velocidad de Suso, Moutinho, Nano y 'El Choco' Lozano. El Girona controló la posesión del esférico pero no se sentía cómodo en el terreno de juego.

Sin embargo, la primera aproximación clara fue para los locales. Una dejada de Lekic para Eloi permitió que éste probara fortuna ante Dani Hernández, quien sacó una buena manopla para evitar el primero de la tarde (min. 6). La siguiente ocasión gerundense ya no tuvo lugar hasta el minuto 25, en un manso cabezazo de Kiko Olivas que el meta tinerfeño no tuvo problemas en detener.

En medio de los dos avisos rojiblancos, los cerca de veinte aficionados insulares mezclados entre el público local protestaron airadamente un gol correctamente anulado al 'Choco' Lozano, que se encontraba en posición antirreglamentaria (min. 19). Los mismos fueron protagonistas, fuera del terreno de juego, porque varios miembros de seguridad les llamaron la atención por sus actitudes. El choque tuvo momentos de tensión, especialmente entre Mata y Aitor Sanz, justo antes que Germán cabeceara fuera de forma casi incomprensible, cuando lo tenía todo a favor (min. 39).

Lekic decide en fuera de juego

Ante la tensa e intensa primera parte, Machín preparó un doble cambio en el intermedio, y dio entrada a Aday, que reaparecía tras su lesión, y Borja García, que dejaba en el banco a Granell. Algo había que cambiar porque, aunque el Girona no estaba siendo dominado, no tenía la frescura de otras fechas. Sin embargo fue Lozano, que tuvo problemas físicos en la primera mitad, quien avisó tras la reanudación a la parroquia local con un disparo que se marchó arriba del marco de Becerra.

El cuadro gerundense fue engrasando poco a poco la maquinaria y fue Borja quien intentó un disparo raso que se fue desviado. Quien sí vio puerta fue un Lekic en estado de gracia. Jugada por banda izquierda de Clerc, que ha ido de menos a más durante la temporada, centro para el otro carrilero, Aday, que chutó a puerta pero fue Lekic, quien detrás de Dani Hernández y, por tanto, en posición antirreglamentaria, empujó el balón para que subiera el único tanto en el marcador (1-0, min. 61).

El Tenerife quedó abatido durante varios minutos en los que los locales podrían haber sentenciado. Primero lo intentó Borja, con un disparo lejano, pero Dani Hernández se lució para mandar a córner (min. 63). También lo intentó Aday, que cruzó demasiado ante el meta venezolano (min. 69), mientras que Mata mandó el balón más cerca del banderín de córner que de la portería cuando medio estadio cantaba el segundo (min. 72).

Pep Lluís Martí hizo reaccionar a los suyos dando entrada a Javi Lara y Cristo, primero, y a Omar, en la recta final. Los gerundenses fueron reculando poco a poco y acabaron sufriendo en su propio campo. Aurtenetxe remató flojo ante Becerra (min. 82) antes del gran susto, protagonizado por Cristo, quien se plantó en el área, y solo la mano del meta badalonés impidió la igualada (min. 89). El Girona supo gestionar los minutos finales e incluso pudo aumentar su renta si entre Mata y Christian Herrera no hubieran fallado un dos para dos que Dani Hernández volvió a mandar a saque de esquina. 

Con todo, los tres puntos se quedaron de nuevo en casa y los de Machín sumaron la tercera victoria consecutiva por vez primera este curso. Solamente el empate entre Ponferradina y Zaragoza (1-1) impidió que el Girona esté esta semana en posiciones de 'playoff', pero un punto le separan de esta zona privilegiada y cuatro del ascenso directo. Con todo el derecho del mundo a soñar, las visitas seguidas a Córdoba y Elche marcarán en gran medida las aspiraciones de este Girona, que ahora mismo no parece tener freno.