Este Hércules de Quique Hernández es práctico hasta para perder. Tras más de diez partidos sin conocer la derrota, llega a ella y la retoma en el mejor momento: Cuando ya no importa en absoluto. El equipo blanquiazul saltaba a "Los Pajaritos" con la información de que los deberes estaban hechos, que la permanencia, tras mucho pelearla, era matemática. Esto ocurría después de que el Racing de Satander no pasara del empate a cero goles en su casa.

Y bien es cierto que ser conocedores de que el objetivo estaba cumplido, afectó a la dinámica del partido. El técnico valenciano había planteado un partido con precaucion. Nacho González y Sardinero saltaban al once titular para sorpresa, aunque lo realmente sorprendente, más que su presencia, era la ausencia de dos jugadores que hasta el momento habían sido indiscutibles: Edu Bedia y Eldin. ¿Descanso? ¿Cierto toque de atención por bajar un poco el acelerador? Solo el entrenador lo sabe.

Comenzaba el encuentro como se esperaba, tranquilo, sin que pareciese algo que fuera a tener la historia que luego sí tuvo. Diez minutos de tanteo, quizás con mayor presencia soriana en el juego, y de pronto, Portillo se queda solo frente a su portero rival y define con maestría. Adelantaba a su equipo y marcaba su gol número dieciséis. Sigue sorprendiendo el caso de Portillo, su evolución desde que llegó hasta ahora mismo, es espectacular.

A partir de este momento, el encuentro comenzaba a ir en contra de los intereses herculanos. La sensación de verse por delante en el marcador, más la comodidad de la salvación en el bolsillo, propició que la concentración no fuera la recordada en otros partidos. En denfensa, el Hércules fue especialmente frágil, dando muchas facilidades a jugadores como Cedrick, Julio Álvarez o Natalio. Las ocasiones se sucedían y solo un inspirado Falcón (como de costumbre) conseguía que el Numancia no marcara.

Tanto fue el cántaro a la fuente que al final, un Cabrera muy patoso, cometío un dudoso penalti que transformado supuso el 1-1 en el marcador. Además, el árbitro mostraba la roja al central uruguayo. Se llegaba al descanso con un marcador corto para el equipo soriano, también salvado del descenso. Con la segunda parte llegó para los locales el merecido premio, poniéndose por delante en el marcador a los pocos segundos de que el árbitro reanudara el partido.

No obstante, no contaba el Numancia con la presencia de un inspirado Portillo, que no dudó en cabezar como los grandes rematadores un centro especialmente bueno de Toti, que acababa de saltar al terreno de juego. Parecía que Quique acertaba con los cambios y las cosas no pintaba mal para el equipo alicantino. El partido entraba en una dinámica de choque en la que no parecía claro cuál sería el resultado final. Con uno menos, el equipoherculano se veía lastrado y desmotivado.

Con el paso de los minutos los rojillos volvían a hacerse con el dueño del partido. Tenían más presencia y ganas, puede que por el fáctor local se veían más motivados y dispuestos a ofrecer una victoria a su afición. Por tanto, y a base de insistir, Julio Álvarez batía a Falcón tras un mal rechace del cancerbero herculano, para nada acostumbrado a esos pequeños errores. El partido moría con el paso del tiempo y todos querían que se acabara.

Mucho tuvo este partido para lo que se esperaba de inicio. Era de esperar un partido trabado que no ofreciera espectáculo, ya que se encontraban dos equipos salvados, sin aparente motivacion ni lucha ya. Sin embargo, los futbolistas demostraron su profesionalidad dando un buen rendimiento y dejando muestras de calidad y parar recordar. El Hércules se limitaba a disfrutar, ya que contaba con un pasarte para la temporada que viene que ponía: Segunda División.