Es posible que la horrible jornada para el Hércules, que terminaría con una derrota en Ponferrada por 5-1 comenzase con la enfermedad (nada grave, gastroenteritis) de Javi Hervás, que le hacía quedarse en el hotel y por tanto que su equipo perdiera su aportación. Aportación, que no se sabe si hubiese sido clave o no, pero sí se puede señalar que la mala fortuna herculana empezó con este hecho significativo.

Planteamiento deportivo

En lo puramente deportivo, Quique apostó por Escassi junto a Yuste, una decisión que una vez finalizado el partido, es fácil indicar que fue equivocada. En cualquier caso, daba la sensación de que el técnico de Anna buscaba músculo para un escenario como este: partido duro de segunda divisón, con un calor de 32 grados y un viento seco que dificultaba el juego, así como uno de los rivales más sorprendentemente peligrosos de la categoría.

La primera parte fue una auténtica catástrofe para el equipo alicantino. A los cinco minutos ya perdía mediante un gol de Jonathan Ruíz, al cuarto de hora la diferencia era de dos goles, ya que Alcorán marcaba el segundo, y a los veintidós minutos de este comienzo la goleada ya era un hecho. Casi todas las opciones de puntuar se disipaban y el resto del partido solo era un pesada losa.

En realidad, existió una cierta mala fortuna en este arranque blanquiazul. Tuvo por medio de Dioni, principalmente, un par de ocasiones de marcar en la portería de Santamaría. Sin embargo, erró en estas situaciones y no así hizo su rival. Por medio de Yuri, Fofo, Christian y el resto de atacantes, pusieron a Falcón en más de una ocasión en peligro, no solo en las que terminaron en la red sino en muchas más.

No obstante, fue en la zona defensiva donde el Hércules perdió el partido. No se explica cómo pudo presentar esa fragilidad teniendo en cuenta que se apostaba por un doble pivote formado por Escassi y por Yuste. Y se entiende aún menos cuando estos dos jugadores no estuvieron especialmente mal, es más, Héctor Yuste volvió a demostrar su jerarquía y Escassi se volvió a desvivir tanto en el medio, como de central.

La lacra de las lesiones

Es complicado que haya algo peor para un equipo que una goleada así, pero en este caso es posible que exista. Se trata, en primer lugar, de la lesión del francés Noé Pamarot. Hay que aclarar que la corta plantilla que se ha confeccionado este verano solo permite contar con dos centrales puros, el ya citado Pamarot, y Borja Gómez. Con la salida de “El Alcalde” entraba Sissoko, y Escassi pasaba a la defensa.

La segunda parte comenzaba con una mezcla de esperanza y de deseo de no hacer más el ridículo. Entraban al terreno de juego Eldin y Azkorra por unos desafortunados Assulin y De Lucas. A pesar de este intento de revulsivo, la cosa solo podía empeorar y no tardaría el equipo local en poner el cuarto gol en el marcador y la sentencia definitiva. Dicen que las desgracias nunca vienen solas, y Borja Gómez daba un susto con un dolor en su rodilla. No hace falta decir la complicación que esto suponía, sin centrales ni cambios disponibles.

Un solitario gol blanquiazul de Azkorra no era suficiente para maquillar un resultado que Javi Lara ampliaría con la manita, a falta de quince minutos para el fin del choque. Lo poco bueno se torció, ya que incluso el delantero vasco acabó el partido lesionado. Es la historia de una catástrofe herculana en Ponferrada, eso sí, con un rival impecable y que es merecedor total del puesto que ocupa en la actualidad en el fútbol español.