Un partido más sin sacar la cabeza. Y un partido menos para concluir un temporada que, si nadie lo remedia, va camino de convertirse en el mismo suplicio que la anterior. El Hércules parece hallado en un camino de espinas, solo encuentra obstáculos. Y lo peor es que se los pone él mismo. Los herculanos no encuentran la varita mágica que les lleve a, al menos, asentar una idea de juego, un sistema y así poder escalar puestos en la tabla. Solo Borja Bastón se bastó para superar a un Hércules desquiciado, previsible y sin ideas. Suyos fueron los goles del partido, el segundo tras pegar el balón en un defensa. El Dépor, a medio gas, controló el partido y no dejó que los alicantinos tuviesen una mínima esperanza. 

Quique sabía que el Hércules necestiaba parar la sangría de goles encajados en los últimos partidos (11 en los 4 últimas jornadas). Sin embargo, la suerte fue esquiva con el conjunto alicantino. Cinco defensas, con Sissoko de enlace entre Héctor Font y la defensa, no sirvieron para frenar las ocasiones del Deportivo, y estos encontraron los huecos necesarios para salir airosos del envite. El Rico Pérez debería ser un fortín y hasta ahora va sirviendo como elixir rejuvencedor a aquellos que lo visitan. 

Quiso comenzar el Hércules mandando, con Ferreiro incorporándose al ataque, Font llevando la batuta y Dioni como principal referencia ofensiva. Pero el único acercamiento con cierto peligro se quedó en eso. Una falta colgada al área que Escassi prolonga al segundo palo no encontró destinatario. Y ahí se quedó todo. El Deportivo se estiró, jugó y mandó en el centro del campo. De repente, los de Vázquez notaron la indolencia del Hércules y la aprovecharon. Un buen balón de Juan Carlos entre la defensa alicantina dejó a Borja Bastón solo ante Falcón, que no pudo hacer nada para evitar el 0-1. El gol dejó muy tocados a los locales, que lo intentaron y dominaron pero acabaron cediendo al balón en largo en busca de una solución que no llegaría. 

Las imprecisiones eran dueñas del partido, y fruto de la mala suerte llegó la estocada. Un nuevo disparo envenenado de Borja Bastón superó a Falcón tras tocar en Borja Gómez. El Dépor puso la puntilla y a partir de ahí el Hércules se dedicó a pasar el mal trago lo más rápido posible, ansiando el descanso. Antes de la finalización de los primeros 45 minutos, los locales tendrían la oportunidad de recortar distancias. Unas manos en el área visitante supusieron la pena máxima, pero Dioni mandó el balón por encima del larguero, y con él las esperanzas de remontada. 

Cambios obligados

Quique Hernández cambió el esquema en la segunda parte, y con ello las piezas. Portillo, De Lucas y Assulin se sumaron al encuentro y fueron los encargados de iniciar un imposible. Sin embargo, ninguno cuajó un buen encuentro y, aunque sobre todo De Lucas y Gai lo intentaron, no era el día para el Hércules. Tan solo Ferreiro, que sorprendió con un gran encuentro de lateral, y Eldin, llevaron peligro a la meta de Lux. El Dépor se agazapó atrás con la misión de aguantar y lanzar contras rápidas y venenosas. Pese a ir por debajo en el marcador, con la obligación de al menos intentarlo, los alicantinos solo contabilizaron una ocasión clara en la segunda mitad. Eldin lanzó un duro disparo que encontró una gran intervención de Lux.

Para colmo, Escassi tampocó colaboró y se expulsó de manera gratuita y descarada. Cuando ya tenía ganada la posición y el dominio del esférico, propició un codazo a Luis. Roja y un partido más que el Hércules acaba con 10, y mermado para el próximo encuentro contra el Alavés. A la baja de Pamarot se suma la del malagueño, por lo que la defensa alicantina se queda bajo mínimos, precisamente en un momento crítico. En Mendizorroza debe comenzar el cambio para bien si el Hércules no quiere revivir los fantasmas del año pasado.