El Hércules afrontaba el partido como si de una final se tratara, así lo reflejaban alguno de los jugadores durante la semana. Para afrontar esta final Quique Hernández planteaba un nuevo sistema táctico con Javi Hervás como timonel del equipo. Por delante del centrocampista cordobés se situaban Yuste y Sissoko, con el objetivo de ejercer una férrea presión sobre el rival. En la parte más ofensiva, Quique volvía a confiar en Eldin, Assulin y Portillo.

El planteamiento de Quique surtía efecto en los primeros compases de partidos ya que el equipo alicantino era claro dominador de la posesión, con un Gai Assulin muy activo. El israelí llegó a disparar hasta en tres ocasiones a la portería defendida por Irureta.

Con el paso de los minutos el Eibar se fue asentando en el partido y aunque el Hércules seguía siendo el dueño de la posesión, el conjunto vasco comenzó a llegar a la portería herculana.

Tras el paso por el vestuario Quique decidió romper ese trivote en el centro del campo. Retiró a Javi Hervás del terreno de juego para dar entrada a De Lucas. Con la incorporación del catalán el Hércules disputó, quizá, los mejores minutos del partido. En estos primeros compases de la segunda parte llegó la mejor oportunidad del equipo alicantino cuando Raúl Navas despejó en línea de gol un cabezazo de Sissoko.

Pese a la gran ocasión del Hércules, el conjunto vasco se encontraba cómodo saliendo a la contra buscando sus opciones de llevarse los tres puntos.

Un equipo roto

Quique sabía de la importancia que tenían los tres puntos dada la situación en la tabla clasificatoria. Debido a esa necesidad por ganar el entrenador valenciano decidió dar entrada a Dioni y Sardinero, para ello retiró a Yuste y a Portillo que salió del campo con una tremenda pitada por parte de la grada.

Los cambios no sirvieron para que el Hércules mejorara en la faceta ofensiva, aunque el conjunto eibarrés sí se benefició de esta situación. Las sustituciones realizadas por Quique dejaron un equipo roto, con un Sissoko que no podía controlar todos los contrataques del equipo vasco. En esa situación de partido el Eibar gozó de sus mejores ocasiones de gol. Garitano no se conformaba con el empate y prueba de ello es que sacó a Urko Vera.

El punto sumado por el Hércules le deja en antepenúltima posición con siete puntos en el casillero, la misma cifra de puntos que había sumado en la temporada anterior en esta misma jornada y que le valieron Juan Carlos Mandiá ser cesado en el cargo.

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