Al Hércules le falta suerte y puntos. Cuando los alicantinos ya se veían vencedores de un encuentro que tuvo de todo, Juanma devolvió a la tierra a los alicantinos y los dejó helados. Ahora, con el punto logrado, el puesto de Quique continúa en el ojo del huracán, pese a que en Soria el Hércules lavó su imagen con un partido serio, ordenado en defensa y aprovechando sus oportunidades arriba. Quique Hernández innovó con la entrada de Azkorra y dando el mando del centro a Yuste y Sissoko, una combinación que va a mejor con el paso del tiempo.

Quique cambió el dibujo y mandó a sus jugadores una premisa a cumplir: no encajar un solo gol. Y así se presentó el conjunto blanquiazul en Los Pajaritos. El Numancia apenas logró poner en apuros a la defensa visitante en los primeros 45 minutos. Bien replegado, esperando un robo o una pérdida de los sorianos, el Hércules salía bien a la contra, comandadas por Eldin o Assulin. 

Con el partido en punto muerto, sin un dueño claro y con más oscuros que claros, la suerte parecía de cara con los alicantinos. Un balón colgado al área por Ferreiro sirvió al Hércules para adelantarse. Ripa en propia puerta adelantó a los blanquiazules y, de paso, aflojó la soga que ahogaba a Quique Hernández. Con el gol el Hércules se crecía por momentos, sabedor de que tenía ante sí la oportunidad de cerrar un partido a su favor, algo que no ocurría desde la victoria ante el Castilla.

Los minutos iban pasando y el partido volvió a caer en un ritmo lento y soporífero. Sólo Natalio estuvo a punto de empatar el encuentro al filo del descanso tras una triple ocasión del Numancia. Mal partido de ambos en la primera mitad, sin apenas ocasiones por parte de ambos conjuntos y que dejaba al Hércules más cerca de un imposible: ganar a domicilio.

Peña cambia el partido

La segunda mitad iba a empezar peor de lo esperado. Nada de lo comentado en vestuarios podía intuir lo que al comenzar ocurrió. Doble amonestación para Peña, la última por una agresión a Julio Álvarez, y el Hércules de nuevo a contracorriente. Una nueva expulsión para los alicantinos en apenas 10 jornadas, por lo que el dibujo varió de manera sustanciosa. Assulin, uno de los más activos en el ataque herculano tuvo que salir para que Borja Gómez pudiera ocupar el puesto del reicidente Peña. 

A partir de la expulsión el Hércules se dedicó a defender los tres puntos con uñas y dientes, sabedor de su importancia. Los alicantinos se replegaron bien, ordenador en defensa y dejando atrás unas jornadas para olvidar con varias goleadas encadenadas. A balón parado era la única fórmula a la que el Numancia podía agarrarse y ahí es donde tuvo más ocasiones para empatar.

Pero el partido aguardaba más sorpresas. Del Pino había visto una amarilla por intentar rematar con la mano en la primera parte y, de forma incomprensible, cometió el mismo error en la segunda, cuando los de Anquela más le necesitaban. Su expulsión igualó las fuerzas de sorianos y alicantinos, aunque los minutos habían hecho mella en los visitantes y no tenían intención de poner en peligro los puntos. 

Los minutos finales fueron un auténtico calvario para los de Quique. Anquela introdujo cambios y el Numancia comenzó a poner serios apuros el fortín visitante. Los numantinos encadenaron varias jugadas de peligro muy seguidas y al final sonó la flauta. Juanma, tras una gran jugada de estrategia, superó a Falcón y dejó petrificado a un Hércules que, ante todo, había completado un partido serio y disciplinado. Esta vez los alicantinos sufrieron un castigo, tal vez, demasiado cruel. 

El empate deja en el aire la continuidad de Quique Hernández en el banquillo del Hércules. Si la actitud era uno de los factores en su cese, la mejoría ha sido notable respecto a jornadas pasadas, aunque tal vez insuficiente para lograr algo más que haga pensar en una dinámica distinta. El tiempo dictará sentencia favor o no del de Anna. Mientras, el Hércules buscará no desaprovechar este empate y lograr una victoria ante el Jaén que haga pensar en que un Hércules distinto es posible.