Y por fin resucitó. El Hércules levanta el vuelo en un partido trascendental ante un rival directo. Los alicantinos vuelven a ganar y a convencer, algo que no ocurría desde la temporada pasada. Quique inventó un nuevo centro del campo con Hervás como eje y éste le devolvió la moneda con un gran encuentro. El Sabadell, más combativo de lo que el resultado dice, sólo pudo aplaudir los tres goles herculanos, dos de ellos de un eficaz Portillo, cuyo segundo gol es una obra de arte.

Eldin regresaba a la titularidad tras la lesión que le mantuvo fuera de la convocatoria ante el Córdoba, y el Hércules lo notó sobremanera. El canterano desborda, se ofrece, da alternativas a sus compañeros, asiste y dispara en cuanto ve hueco en la telaraña contraria. Quique mantiene su confianza en el bosnio y éste cumple con creces. Suyas fueron las mejores ocasiones herculanas en la primera mitad, pero un buen Nauzet impidió en varias ocasiones que el Hércules se fuese al descanso con algún gol a favor.

Javi Hervás, desaparecido hasta la fecha, movió el centro del campo y ordenó a sus compañeros. Crea y distribuye el balón como pocos en la plantilla herculana. El Hércules comenzó el choque presionando, con ganas de disfrutar y hacer disfrutar. Pudo adelantarse el conjunto alicantino pero los fallos de Eldin y Portillo, cuyo disparo, emulando al de la semana pasada ante el Córdoba, impidieron un marcador más amplio. 

El Sabadell pudo poner el 0-1 mediada la primera mitad en una jugada que sacó a relucir las carencias defensivas del Hércules. La pasividad de Peña ante Hidalgo provocó que éste cediese a Sutil el balón y, cuando éste ya cantaba gol, apareció Aulestia para sacar el disparo y evitar una  situación incómoda para Quique en el Rico Pérez. Los alicantinos perdieron el sitio y durante unos minutos fueron los de Salamero los dueños del partido, ante un Hércules que se desfonda con demasiada facilidad, tan irregular como su trayectoria. Tamudo pudo dar ventaja a los suyos de no estrellar su remate en el larguero, si bien la jugada estaba invalidad por fuera de juego del veterano delantero.

La segunda mitad cambió el guión y pronto el Hércules cambiaría el ritmo del encuentro. Portillo, de disparo cruzado, puso por delante al Hércules. El madrileño, pese al gol, no había cuajado una buena actuación hasta el momento. El gol sirvió de excusa a los locales para calmarse, más pendientes de su zona defensiva que de la portería de Nauzet. Por su parte, los arlequinados se quedaron congelados, chocando una y otra vez ante Pamarot y Escassi. El malagueño volvió a cuajar un gran encuentro pese a jugar fuera del sitio y está demostrando que puede ser parte de la dupla defensiva junto al francés.

Tras unos minutos de calma, la entrada de Sugi y De Lucas dio otro aire al Hércules y los alicantinos comenzaron a ganar en intensidad y en orden. La frescura aportada por los cambios permitió a los locales aumentar la presión sobre la salida de balón arlequinada. Esa presión fructificó en un error de Ciércoles que aprovechó Portillo para definir con maestría y, de preciosa vaselina ante Nauzet, llevar la tranquilidad a las gradas del Rico Pérez. El atacante madrileño prometió goles hace un par de semanas y, desde entonces, ya suma tres tantos. 

Sugi se quiso sumar a la fiesta herculana con un golazo. Recibió escorado, se abrió paso ante la defensa del Sabadell, y puso el balón donde Nauzet nada podía hacer, pegada al póster. Pudo el Hércules aumentar la ventaja si Portillo hubiese acertado a controlar un balón que le dejaba solo ante la portería visitante. Collantes escenificó la mala fortuna del ataque barcelonés cuando envió fuera un mano a mano en los instantes finales. Con esta victoria los blanquiazules se quedan a un punto del Barcelona B, que marca la salvación, y tratarán de refrendar la buena imagen en el clásico ante el Real Murcia en la Nueva Condomina. 

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Sobre el autor
Leandro Ortiz
Ahora colaborador en VAVEL, antes en Hércules de Alicante y El Importuno. 5º de Periodismo en la Universidad Miguel Hernández de Elche.