Osasuna se mantiene en los puestos de playoff gracias a uno de esos partidos que hacen afición. Las cosas se pusieron en su contra enseguida, con dos goles de un Numancia que llegaba sin nada que jugarse. La fe de los jugadores en comunión con la afición lograron una remontada que les aúpa al cuarto puesto de la tabla. Merino con dos goles y De las Cuevas fueron los máximos exponentes ofensivos de los locales.

Ambientazo en Pamplona para apoyar al Osasuna en su lucha por conseguir una plaza en los playoffs. El recibimiento a los rojillos fue el ideal, el clásico de una tarde que debía ser redonda. Tenían que salir a comerse al rival, a dar una alegría a la afición que les había recibido con tanto cariño. Sin embargo, lo que parecía ser una tarde plácida acabó con una remontada in extremis.

El inicio del partido fue vibrante y comenzó con dominio local. Tras un gol anulado al central Callens por fuera de juego, fue Nacho en el minuto 10 quién adelantó al Numancia con un disparo desde fuera del área. Gran final de temporada del riojano. Poco después, en el 15' Pablo Valcarce aprovechaba un contrataque bien llevado por los de Arrasate para colocar el 0-2. Los locales no se amedrentaron y Merino conseguía recortar distancias en el 16' al aprovechar un rechace de Munir. En los primeros veinte minutos ya se habían visto tres goles sobre el césped.

El Numancia tuvo que sobreponerse al contratiempo de la lesión de David Concha, Vicente entró para sustituirle. Osasuna siguió atacando para buscar la igualada. Olavide se quedó a centímetros de alcanzar un balón que hubiera terminado en el segundo de los locales. Los locales seguían cercando la portería rival, Alex Berenguer volvió a tener el empate en un cabezazo que pecó de poca fuerza. Ninó se sumó al festival ofensivo pero su disparo acabó en córner. El Numancia se defendía como gato panza arriba pero aguantó el marcador hasta la llegada del descanso.

Con la reanudación el Numancia se soltó más y Nacho avisó en primera instancia con un contragolpe dónde pecó de egoísta y no pudo culminar en gol. Pese a todo, Osasuna seguía llevando la manija del encuentro. El tiempo apremiaba y el técnico local empezó a quemar naves. Un delantero, Urko Vera, sustituía a un defensa, Tano, para buscar más mordiente arriba. Los golpes seguían sucediéndose, Íñigo Pérez probaba a Nauzet de libre directo y Nino a punto estaba de marcar por parte visitante.

El ritmo del partido descendió, como no podía ser de otra manera. El Numancia reorganizó su formación dando entrada a Marc Mateu por Nacho en el minuto 70. De las Cuevas entraba por Olavide en el cuadro local, para seguir buscando desborde en banda. El extremo sería clave.

Cuando más cómodo parecía el conjunto visitante, unas manos de Callens en el área dieron lugar a un penalti que Roberto Torres transformó con suma tranquilidad. Minuto 75, 2-2, vuelta a empezar. Osasuna se volcó más aun si cabe tras conseguir el empate sobre la portería visitante.

Por su parte, el Numancia sacó a Aquino en sustitución de Martínez para intentar conseguir el tercer gol, pero sin mucho éxito. Roberto Torres estuvo a punto de conseguir el tercero de los locales pero su disparo no encontró fortuna en el minuto 82. David García también tuvo la suya, pero el gol se resistía.

Finalmente, Merino, el mejor del partido, conseguía la remontada al rematar un corner al fondo de las mallas en el minuto 88. El estadio estallaba de alegría. La fe de los locales tuvo su premio al final.