Ya han pasado dos temporadas. Dos años militando en Segunda División, un hecho más que histórico para la SD Ponferradina. Tras un par de intentos previos —2006/2007 y 2010/2011— el equipo berciano volvía a Segunda B después de jugar tan solo 42 encuentros en la división de plata del fútbol español. Era hora de consolidarse, pero para ello era necesario volver a subir. Y el ascenso se consiguió hace exactamente dos años. Un 24 de junio de 2012 que pasó a engrosar el libro histórico de la Ponferradina. Tenerife fue el lugar y su homónimo el rival. Sant Andreu y Alicante son buenos recuerdos. Tenerife lo es aún más porque refleja el trabajo y un proyecto que ha dado sus frutos.

Claudio Barragán comandó al equipo desde el banquillo y, tras eliminar al Real Jaén y al Lucena con sendas remontadas en El Toralín —en la ida el resultado siempre fue de 2-1 para los andaluces—, llegaron dos choques frente a un histórico del fútbol español, el Club Deportivo Tenerife. En la ida un solitario gol de Yuri dio ventaja al cuadro berciano. El viaje a territorio insular no estuvo exento de incidencias. Sobre todo en la piel de Orlando Quintana, quien había desvelado una llamada procedente de Tenerife de alguien que pretendía comprar el partido. Eso sucedió días antes de empezar la eliminatoria, pero las buenas relaciones entre los clubes propició que quedase en una mera anécdota. Lo relevante, y que se pudo apreciar en las imágenes del encuentro, fue que parte de la equipación de la Ponferradina —negra en ese encuentro— no llegó por negligencias en el trasporte aéreo. Algunos jugadores salieron sin su número de toda la temporada y, por lo tanto, los nombres fueron tapados con un esparadrapo que se despegaba. Otros salieron con números completamente realizados a base de tiras blancas. Un despropósito que al final pareció animar aún más a los jugadores.

El Heliodoro Rodríguez López presentó un ambiente envidiable, como en las grandes ocasiones, para intentar llevar en volandas a su equipo. Sin embargo, pronto se empezaron a centrar en el colegiado valenciano del encuentro, Gil Coscolla, y eso descentró al conjunto tinerfeño. Pasaban los minutos y el nerviosismo se apoderaba de los locales. Al volver del descanso una acción entre Acorán y Yuri hizo que el canario, criado en la cantera del Tenerife, cayera en el área con la ayuda de Kitoko. Penalti que el brasileño convirtió en el 0-1. Los centenares de aficionados que viajaron a tierras canarias celebraron un gol que, prácticamente, otorgaba el ascenso.

El Tenerife tenía que remar el doble y a contracorriente para poder ascender. Imposible, más aún cuando llegó el segundo tanto berciano. Alan despejó, Máyor luchó y cedió de cara para Dídac que anotó con un sutil disparo con su pierna derecha. La locura se desató en toda Ponferrada. Ya solo quedaba esperar para certificar otro ascenso, el tercero. Kiko Ratón maquilló el resultado y el colegiado señaló el final que colocaba de nuevo a la Deportiva en Segunda División.

El 'último' ascenso quizás. El equipo berciano ha dejado de ser un equipo ascensor y después del hito logrado en Tenerife se ha mantenido en la Liga Adelante de la mano de Claudio Barragán. El futuro reciente consiste en conservar la categoría los máximos años posibles. Eso ya es un logro sobresaliente para un equipo y una ciudad como Ponferrada. Lo que es seguro es que todos los aficionados blanquiazules desean que el de Tenerife, el del Heliodoro, haya sido el último ascenso de la Deportiva. De Segunda B a Segunda...

La plantilla y el cuerpo técnico celebrando el ascenso. | Foto: César Sánchez (leonoticias.com).