Once jornadas llevaba sin conocer lo que era sumar tres puntos el Barcelona B. Once partidos en los que había descendido hasta ocupar la última plaza de la clasificación. Once partidos que deberían ser enmendados por los once hombres que saltasen al campo contra la Ponferradina, un equipo que da una imagen diferente cuando juega lejos de El Toralín. Sin embargo, los hombres de Díaz salieron con las ideas muy claras, sabiendo lo que tenían que hacer. Esperar, robar y salir rápido aprovechando la fragilidad defensiva local. Varios balones largos metieron el susto en el cuerpo a la zaga culé, pero no a José Suárez, omnipresente en todo pase vertical para salir al quite. 

El filial blaugrana tenía la posesión pero no creaba peligro sobre Kepa. El tráiler que sacó en la delantera Jordi Vinyals con Sandro Ramírez, Munir y Dongou, no encontraba espacio para maniobrar entre la bien organizada defensa visitante. Poco a poco la Ponferradina se encontró más cómoda y gozó de ocasiones muy claras, como una de Sobrino que se plantó ante Suárez, cuya parada con el pie desquició al delantero de Daimiel. Antes, Berrocal, había avisado con una volea desviada. 

Transición antes de la guerra

Los últimos minutos de la primera mitad no fueron más que para preparar la segunda. Una tregua momentánea que se alargó con el periodo de descanso. En ella, aún así, salieron damnificados momentáneamente Lucas y Kepa con un choque aéreo. Se recuperaron y pudieron continuar sin problemas. El Barça B parecía esperar al destello de calidad de alguno de sus mejores hombres y la Ponferradina mantenía pacientemente el resultado deseosa de aprovechar alguna futura ocasión. 

La tregua finalizó cuando el colegiado señaló el inicio de la segunda mitad. En una falta insulsa de Jonathan al borde del área, Grimaldo cogió su francotirador para apuntar a la diana perfecta, la escuadra de Kepa, que hizo la 'estatua'. Un golazo que desató la alegría blaugrana, aunque debían luchar mucho para intentar no mostrar otra vez la debilidad defensiva. 

Locura final comandada por la Deportiva

Rubén Sobrino, poco después del gol de Grimaldo, intentó igualar el choque con un disparo desde la frontal del área que se fue desviado. La aparición de Yuri dio más mordiente a la Ponferradina y se cocía el gol visitante. Tanto fue así que, cuando menor parecía ser el peligro berciano, llegó. Acorán buscó sitio dentro del área y su centro potente con dirección a portería fue golpeado por Suárez para hacer el 1-1. 

Un gol motivador, puesto que el Barça B dejó más huecos en busca de la victoria ya que el empate no les valía para salir de su situación clasificatoria. Palencia fue expulsado por una segunda cartulina inútil, saltando a un balón de un saque de banda con Sobrino. Cuando todo estaba de cara para la Ponferradina apareció Munir. El internacional absoluto pescó un balón largo de Juste desde la defensa, se coló en el hueco dejado por Lucas y Carpio, que acaba de salir por Camille, y sorprendió con una vaselina a Kepa. Tanto de mucha calidad del hispano-marroquí. Desató la locura en el Mini Estadi, aunque aún les quedaban muchos minutos que pelear. 

Sin poder de reacción

Con un futbolista menos, los hombres de Vinyals se pusieron el mono de trabajo para defender el resultado, algo a lo que no están acostumbrados los filiales. Pese a conceder algunos espacios, ni Acorán, ni Yuri, ni Sobrino, supieron aprovecharlos. El partido se cerró con un remate de Andy muy desviado y con un Grimaldo demostrando que es el lateral izquierdo del futuro por su inteligencia. Fue expulsado por doble amonestación, pero sus tarjetas fueron ambas para evitar un peligro mayor. Agarró a Acorán cuando el canario enfilaba el área con mucha ventaja y se fue al vestuario, perdiendo el tiempo necesario y confiando en que sus compañeros aguantasen el 2-1, que fue definitivo. 

La victoria supo como un título a los culés, que se acercan a la permanencia. La Ponferradina dejó otra vez su peor cara, antes de un partido trascendente, el que la enfrente con el Real Zaragoza. Ambos pugnan por la sexta posición, última que da derecho a jugar la fase de ascenso.

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Sobre el autor
Juan Manuel Serrano
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