Toca seguir remando. La SD Ponferradina cedió tres puntos más lejos de El Toralín y ya van seis derrotas en nueve partidos cuando el equipo de Manolo Díaz juega como visitante. Un bagaje semejante al nivel de los equipos que van en descenso en esta Liga Adelante y que solo se salva por el intachable rendimiento de los bercianos en su feudo. El partido de la semana que viene contra el Deportivo Alavés será clave para determinar si la Ponferradina está para pelear por los puestos de ascenso o si por el contrario debe fijarse la permanencia como objetivo principal. 

Salió Manolo Díaz con un once que presentaba tres novedades. En primer lugar el carril diestro iba a llevar el nombre de Diego Seoane, que tuvo la oportunidad de jugar ante la baja de Adán Gurdiel y sin embargo, no la aprovechó. Desbordado una y otra vez, dos de los tres goles del CD Lugo llegaron por su banda. Otro de los no habituales fue Vullnet Basha, que fue de lo mejor de la Deportiva en la hora que aguantó en el campo. Y por último, David Caiado. El portugués venía de exhibirse en Copa frente al Eibar y el míster le premió con los 90 minutos, siendo además uno de los pocos salvables de la debacle.

El fallo de Santamaría y posterior gol de Pereira al filo del descanso lo cambió todo

No lo hizo mal la SD Ponferradina en la primera parte. Aguantó los envites del CD Lugo, se defendió como pudo con un buen Lolo Pavón y un gran Ignasi Miquel y en ataque se encomendó a la habilidad de Álvaro Antón de crear peligro de la nada y a la capacidad goleadora del Pichichi, Yuri. El plan no pudo salir mejor. Al menos en principio. Tras una primera media hora de juego espesa, en la que solo destacó el fallo de Iriome tras un pase medido de J. Pereira y un tiro muy forzado de Caiado, la Ponferradina se adelantaba en el marcador con un testarazo inapelable de Lolo Pavón a la salida de un córner. En la que fue su casa los últimos tres años, el central granadino se estrenaba como goleador esta campaña y ponía a la Deportiva por delante gracias una vez más a una jugada a balón parado de Álvaro Antón. Un tanto por cierto, que no celebró por respeto a la afición del Lugo.

Sacaba réditos la Ponferradina de la estrategia para alegría de los cientos de aficionados bercianos desplazados al Anxo Carro para animar a su equipo. Duraría poco el jolgorio a pesar de que justo después del gol los visitantes disfrutaron de su mejor momento de juego y el propio Álvaro Antón tendría una oportunidad única de poner el segundo con una tremenda volea que José Juan despejaría a córner.

Todo apuntaba a que los dos equipos se irían a vestuarios con ese 0-1 pero en una cantada poco habitual de Roberto Santamaría, Jonathan Pereira pondría el empate. En un centro sin aparente peligro el portero criado en la cantera de Osasuna no acertaría a despejar de puños y el balón quedó muerto para que el ariete rematara a placer. Todo por decidir, por tanto, en la segunda mitad, y sensación agridulce para la Ponferradina. Habían logrado adelantarse fuera de casa, pero apenas habían aguntado ese marcador favorable.

Desaparecidos en combate en la segunda parte

Con la rabia en el cuerpo todavía por ese postrero gol de Jonathan Pereira salió la Ponferradina al campo en la segunda parte e insistió por la banda izquierda en busca de la victoria. Casado y Caiado traían todo el peligro de la Deportiva pero apenas inquietaban a la zaga rojiblanca que fue capaz de neutralizar a Yuri. Ni una sola oportunidad clara tuvo el delantero brasileño en todo el partido y acabó desesperado pidiendo a sus compañeros que subieran líneas para intetar remontar un marcador muy adverso.

En el 57´ se adelantaría el CD Lugo con una pared entre Ferreiro y Jonathan Pereira que el delantero finalizaría con un inapelable disparo. Nada que objetar en esta ocasión a Santamaría pero sí a los dos centrales, que dejaron sin marca al escurridizo delantero del conjunto gallego. Con el resultado en contra, Manolo Díaz dio entrada a Jonathan Ruiz en lugar de un Gonzalo Melero desdibujado que pasó desapercibido la mayor parte del encuentro. Quería reforzar esa línea del centro del campo en la que una y otra vez estaban en desventaja. El siguiente cambio, sin embargo, tenía una finalidad bien distinta pero quizás llegó un poco tarde. Guardar y reservar a Acorán para el próximo partido era clave, pero el extremo canario pecó de inocente al intentar frenar una contra del CD Lugo y el árbitro le mostró una tarjeta amarilla, la quinta que ve esta temporada, que acarrea sanción. El liberiano William Jébor, que entró en su lugar, apenas participó en dos jugadas, pérdido en una presión inoperante para recuperar el control del balón, siempre en poder de los locales. 

A falta de un cuarto de hora para el final del encuentro, el recién incorporado Pablo Caballero se sumaba a la fiesta con un gol, el tercero del CD Lugo. El ariete argentino resolvió un mano a mano con un sutil disparo y dejaba el partido visto para sentencia. Ni siquiera la arriesgada decisión de Manolo Díaz de cambiar a Basha por Berrocal, jugando el último cuarto de hora con tres delanteros, sirvió para crear peligro a un conjunto local muy bien plantado que durmió el partido a su antojo y dejó pasar los minutos sin mayores problemas.

En la rueda de prensa que tuvo lugar al finalizar el encuentro, Manolo Díaz agradeció a la afición su apoyo y esperó "darles una alegría el miércoles" en clara alusión a la vuelta de Copa contra el Eibar. Veremos si allí, en Ipurúa, la Ponferradina da su mejor versión, la que suele dar cuando juega de local, y no a la que nos tiene acostumbrados cuando lo hace como visitante.