La Ponferradina sumó de nuevo en el Toralín un empate, que aunque escaso para las aspiraciones de permanencia, le permite seguir soñando y encontrar un haz de luz y esperanza, tras una segunda parte en la que el equipo recordó a la verdadera Deportiva como local, un equipo temible y ofensivo que obligó al Zaragoza a recular, y que en durante prácticamente todo el segundo tiempo fue un juguete en manos blanquiazules, al que tan solo un fallo defensivo de los locales le permitió sacar un inmerecido punto. El empate no saca a los bercianos de descenso pero les permite continuar a tan solo un punto de Almería y Mallorca y a dos del Huesca, aunque con una jornada menos. Quedan seis finales y la Deportiva deberá empezar a ganar si no quiere que su estancia en la categoría de plata se esfume.

La Deportiva minimizó riesgos

La Deportiva salió consciente de lo que se jugaba y del rival que tenía enfrente, por lo que la primera mitad fue más bien una toma de contacto del rival intentando minimizar los riesgos en defensa y sin apenas acercamientos con peligro al área visitante, lo que que permitió al Zaragoza salir un poco más suelto y poder mostrar sus armas. Aunque los maños, ante las bajas importantes, especialmente en ataque, también plantearon un sistema algo más defensivo de lo habitual, por lo que en el primer tiempo los dos equipos apenas presentaron armas para la segunda parte. A pesar de eso el conjunto de Carreras no tenía dificultad para plantarse en el área local.

Ante la baja de Hinestroza, una de las piezas claves del conjunto blanco en banda, el Zaragoza apostó por la velocidad de Dongou, y la calidad de Pedro para desplegar su fútbol por el medio, ante una Deportiva que ayer volvió a su habitual sistema de 4-2-3-1, con Jon y Andy en el centro del campo, por lo que el fútbol blanquiazul caía a bandas con Acorán y Caiado. El jugador camerunés fue una amenaza constante para la zaga berciana, que sufrió en exceso la potencia del camerunés, que ya había sufrido en sus carnes al jugador la temporada pasada durante la visita del Barcelona B, donde el delantero provocó un gol en propia puerta de Castañeda tras una galopada y centro que el jugador blanquiazul terminó por introducir en su portería. 

En la primera media hora la Deportiva apenas se desperezó en ataque y solo Caiado tras un disparo centrado obligó a intervenir a Manu Herrera. Los bercianos eran conscientes que un gol en contra complicaría mucho el choque por lo que durante este tiempo, la seguridad defensiva y los pocos riesgos en ataque fueron la nota predominante. El Zaragoza, consciente de que una victoria le podría aupar a zona de ascenso directo venía con las ideas más claras pero sabiendo que un riesgo innecesario podría suponer un golpe letal.

Vendaval blanquiazul

Tras el descanso, sin embargo, todo cambió para los locales y la Deportiva salió embalada al campo en busca de un gol que abriera la lata y cambiara la dinámica del encuentro, y así fue. Acorán y Caiado empezaron a hacer daño por las bandas con Aguza y los laterales como una segunda línea de ataque muy bien sujetados por un centro del campo que casi rozó la perfección con Jonathan y Andy bregando todo el juego blanquiazul por sus pies. Las ocasiones se empezaron a suceder y el Zaragoza empezó a sentir el miedo del Toralín ante un público que se encendió también y convirtió el estadio berciano en esa jaula temible donde el más fiero de los rivales acaba convertido en un adorable gatito. 

Acorán aparece al rescate

Dos córner seguidos con grandes paradas de Herrera a remates de Raillo primero y Aguza después, avisaban a los maños de que no iba en broma, que la Ponferradina estaba ahí y que iba a por la victoria. Especialmente el remate de cabeza de Raillo, inapelable tras centro de Acorán pero que Herrera tras una espectacular intervención despejaba. Gran actuación del guardameta visitante que fue el culpable de evitar la derrota de los suyos. Y poco después llegaría el gol, tras un gran pase largo de Ruíz, Acorán tras ganarle en el cuerpo a cuerpo a Cabrera, iba a controlar el balón con gran calidad, y avanzaría solo ante Herrera al que iba a batir por bajo tras un disparo raso y seco que ponía el primero en el marcador y terminaba por poner patas arriba el estadio.

El gol iba a terminar por espolear a los locales que se volcarían en busca de un segundo gol que terminara por fulminar al Zaragoza y dejara la victoria en casa. Y a punto estuvo de llegar el segundo tras un centro raso de Aguza que tras no llegar Berrocal, iba a dejar el balón para Acorán quien iba a estrellar el disparo en el pecho de Herrera el cual salió para evitar el gol. Poco después Djordjevic, desde medio campo disparó intentando sorprender a Herrera, que se encontraba adelantado pero el guardameta reaccionó rápidamente evitando el tanto. El jugador montenegrino pudo haber continuado con el balón solo, pero prefirió el disparo. De nuevo la Deportiva cercaría el área visitante tras un disparo de Aguza que se iría fuera por poco. 

Ángel tumba la ilusión berciana

Sin embargo, cuando parecía que el partido terminaría con victoria local, una jugada rápida de los maños terminó con el balón en los pies de Diamanka, que tras un centro raso iba a ser rematado por Ángel en el área pequeña poniendo las tablas y dejando el Toralín helado. De ahí al final la Ponferradina no se rendiría y buscaría la victoria, un triunfo que Luka tuvo en sus botas tras una gran jugada de Aguza que puso el balón en el área pequeña, pero Djorjevic remató al centro evitando Herrera de nuevo el tanto que hubiera sido el de la victoria. 

El Deportivismo se aferra al milagro

La Deportiva termina la jornada de nuevo en descenso, ocupando la 19º posición con 39 puntos, a solo uno de Almería y Mallorca y a tan solo dos del Huesca. La semana que viene visita a Osasuna con la difícil misión de sumar una victoria que cada vez se antoja más necesaria si quieren evitar la quema del descenso. Pero tras la gran segunda parte de ayer, el equipo y la afición tienen un clavo ardiendo al que agarrarse para soñar con la permanencia. Quedan seis finales que el equipo deberá pasar si quiere soñar de nuevo en plata.