El Real Murcia esperaba este pasado domingo desquitarse de su tendencia a no ganar desde hace seis partidos en su estadio, pero finalmente todo acabó como peor se esperaban el equipo, la directiva y la afición. Con esta derrota frente el Hércules el conjunto grana suma su cuarta esta temporada, y su séptima jornada consecutiva sin conseguir los tres puntos en un partido.

Aunque el Murcia se mantenga décimo en la tabla y con 22 puntos en su casillero, preocupa mucho el bajón del equipo en los últimos partidos que aún dejándose todo en el campo ha sido incapaz de ganar en partidos como frente Córdoba, Alcorcón, Lugo o Hércules. El estado anímico de los jugadores viendo que poniendo todo su esfuerzo puedan sacar resultados asusta aún más.

El comienzo esperanzador que tuvo el equipo de Velázquez trajo ilusión y tranquilidad al ambiente que rodea el club, pero conforme han ido llegando los malos resultados ya han llegado los primeros murmullos en la grada de Nueva Condomina. El entrenador pimentonero siempre ha mandado el mensaje de ir partido a partido hasta conseguir los cincuenta o cincuenta y dos puntos, dejando claro el objetivo del club, por tanto el equipo no va tan mal encaminado hasta ese objetivo consiguiendo casi la mitad de puntos a falta de cinco jornadas para acabar la primera vuelta.

Las jugadas a balón parado y los cambios no funcionan

La caída de los buenos resultados ha llegado en gran parte por el poco rendimiento en las jugadas de estrategia, que tantos puntos dieron anteriormente al equipo pimentonero. Desde el partido ante el Sabadell, donde marcó Mauro Dos Santos en una falta lanzada por Saúl que no sirvió para remontar el encuentro, el Murcia no ha vuelto a marcar en jugada a balón parado. Se ha visto a los equipos rivales cogerle la medida a Julio Velázquez y sus jugadas ensayadas, teniendo más cuidado en cada falta sacada y cada saque de esquina anticipándose a los jugadores granas.

Otro aspecto a resaltar como consecuencia de esta cadena de resultados adversos son las pocas variantes que tiene el entrenador para sacar al campo. Los jugadores que salen desde el banquillo no son decisivos debido a los pocos minutos que juegan y la poca seguridad que demuestran. El once titular del Real Murcia está claro, con la única variante en la media punta que suele ser Eddy. Fuera de esos once jugadores parece que Julio ve poca variabilidad, y algo que le guste para corregir lo que tiene en el terreno de juego. Los cambios más habituales han sido Albiol, Iván Moreno y Wellington, este último siempre usado como revulsivo para activar el partido. Cuando los partidos se le han puesto muy cuesta arriba, ha recurrido a Malonga usando dos delanteros y dos extremos ofensivos pero no ha sido suficiente como para remontar y ganar los partidos.

Quizá por lo ajustada que está la plantilla y la poca confianza del entrenador en algunos jugadores, el club puede que recurra al mercado invernal para reforzar un jugador por puesto en defensa, centro del campo y delantera, cosa que la directiva presidida por Jesús Samper lleva sin contemplar desde hace varias temporadas debido al ajuste en el presupuesto del club.

Tras la nueva derrota en casa, ahora le toca al equipo visitar el campo de Anduva, un estadio bastante difícil para cortar la mala dinámica y reencontrarse con la victoria. A pesar de ello el año anterior el Real Murcia consiguió ganar por la minima ante el Mirandés y seguir vivo en la categoría. Un año después se reencuentran otra vez en una situación delicada aunque muchos más distanciados de los puestos de abajo, pero con el mismo objetivo de conseguir la salvación en Segunda División.