Dos equipos muy similares en la zona de la tabla y con el mismo objetivo se encontraban en el estadio de ElTolarín. La Ponferradina quería acabar con su dinámica de no conseguir la victoria en los últimos partidos, al igual que el Real Murcia necesitaba ya volver a ganar.
Nada más comenzar el encuentro, no pudo correr peor fortuna el conjunto del Real Murcia. A los cuatro minutos de juego, cuando apenas había acontecido nada, entre Acciari y los centrales provocaron un penalti a Yuri, para que este posteriormente marcase desde los once metros. El terreno de juego estaba en muy mal estado y provocaba imprecisiones en los jugadores de ambos equipos. El juego se basaba en pelotas en largo sin mucho juego interior. El Murcia tuvo una oportunidad en un pase largo que Kike no llegó a rematar donde la defensa leonesa se despistó. Tras unos minutos después del varapalo del gol encajado, el conjunto grana fue adaptándose al campo y comenzando a monopolizar la posesión del balón.
El juego directo era la única alternativa del Murcia y poco daño hacía debido a los balones tan complicados que recibía Kike. Los blanquiazules tampoco estaban teniendo mucho protagonismo en el juego, balones para los desmarques de Yuri eran las opciones en ataque que pretendían. En una falta lanzada por Saúl, que cabeceó posteriormente Acciari, pudo llegar el empate, pero el balón se marchó desviado por poco. Más tarde, Iván Moreno disparó a puerta con la izquierda pero detuvo bien Santamaría. Se animaban los visitantes debido a que iban por debajo en el marcador teniendo llegadas al área y dominando el balón. No cesaba el equipo pimentonero en su intención de ir a por el partido, y en un ataque Iván Moreno cabeceó y estuvo a punto de marcar.
La Ponferradina se aferraba al gol inicial y fue a menos durante la primera parte, no llegaba apenas a la portería rival y estaba sufriendo en su área las apariciones de los jugadores murcianos. A pocos minutos del descanso fue cuando el equipo de Barragán se animó al ataque con las incorporaciones de Javi Lara y Rueda.
Impotencia pimentonera
En la reanudación del partido la dinámica del Real Murcia no cambió. Los jugadores granas estaban teniendo protagonismo en el partido yendo a por el gol del empate. Tuvo tres ocasiones el Murcia por medio de Eddy, Kike y Molinero en una misma jugada, pero el portero Santamaría desbarató dejando su portería a cero. Pero entonces cuando mejor estaba siendo el Murcia, Truyols realizó una falta en la frontal del área a Yuri provocando la segunda amarilla y dejando a su equipo en inferioridad. Esto supuso el respiro que la Ponferradina necesitaba dándole más tranquilidad y que le animó para buscar el gol de la tranquilidad. Esto no hundió a los murcianos que no desistieron en su intento de ir a por el empate. En una recuperación de Eddy, Iván Moreno recibió en el costado derecho y su disparo se marchó directamente fuera desaprovechando otra situación de peligro.
Poco juego se veía durante el partido, la Ponferradina no insistía mucho en el ataque aguantando el resultado que le daba la victoria, mientras el Murcia apretaba las opciones que le restaban. Casto salvó a su equipo del resultado final en una parada providencial. Para más mala fortuna del equipo de Velázquez, Mauro Dos Santos se lesionaba y no podía continuar en el terreno de juego. A pesar de las adversidades, el conjunto grana no cesaba en su empeño de no irse de vacío de El Tolarín. Kike lo intentaba todo en la zona de ataque dirigiendo a un Murcia que no perdía la fe en buscar el gol.
Tras dos o tres contraataques de la Deportiva, en un disparo de Lara que rechazó Casto, Acorán recogió el rechace y marcó el segundo del partido dejando el encuentro casi sentenciado a favor de los leoneses. El Murcia no perdía la compostura en el campo en los últimos minutos yendo todavía al ataque para conseguir el gol del honor.
Los tres puntos se quedaron en el estadio de El Tolarín. El gol tempranero dio mucha ventaja a la Ponferradina, que supo aguantar el resultado durante todo el partido, mientras que el Murcia lo intentó todo para rascar por lo menos un punto que no llegó definitivamente.