Se presentaba una temporada más en Segunda División para un conjunto histórico como el Sabadell. Con el objetivo de la permanencia, los laneros afrontaban un año más una Liga Adelante ilusionante. Finalmente, tras muchas dificultades con Javi Salamero, Miquel Olmo pudo sacar al equipo del pozo y llevarlo a luchar hasta el final por el play-off de ascenso a Primera División.

Altas y Bajas

Altas: Javi Barral, Martí Crespí, Kiko Olivas, Carlos Hernández, Cristian García, Paco Sutil, Edgar Hernández, Sotan Tanabe y Raúl Tamudo.

Bajas: Nabil Baha, Eneko, Fito Miranda, Manu Lanzarote, Óscar Ramírez, Samu de los Reyes, Ulises, Juvenal, Abraham Paz y Tortolero.

Movimientos en los despachos

El curso 2013-2014 empezó movido en los despachos del Sabadell. El día 2 de julio dimitió el presidente Joan Soteras, que cogió el equipo en Tercera División y lo dejó consolidado en Segunda. Así empezaba la etapa del empresario japonés Keisuke Sakamoto al frente del club arlequinado. El entrenador elegido para tomar el relevo de Lluís Carreras fue Javi Salamero, rodeado de polémica ya que dos semanas antes había fichado como director deportivo del Girona.

El día 30 de julio Keisuke Sakamoto fue aprobado por la junta de accionistas como el nuevo presidente del club y se inició la nueva etapa del Sabadell post Joan Soteras y Lluís Carreras. El nuevo máximo mandatario del club se mostró ilusionado y muy ambicioso respecto al futuro deportivo del club vallesano, ya que aseguró que su objetivo era llevar el Sabadell a Primera División.

Pretemporada y ‘stage’ en Japón

Una vez nombrado el nuevo entrenador, el Sabadell empezó la pretemporada con una gira por Japón. El primer partido de preparación que realizó el conjunto vallesano fue frente al FC Tokyo (2-2) en un partido que vieron más de 8.000 espectadores y que levantó mucha expectación en el país nipón. Este partido fue el debut de Javi Salamero como nuevo técnico y también debutaron con la camiseta arlequinada algunas de las nuevas incorporaciones del club, como el japonés Sotan Tanabe, que anotó el primer gol del Sabadell 2013-2014.

El segundo partido de pretemporada fue frente al RCD Espanyol, de Primera División. El partido terminó en victoria por la mínima (2-1) de los arlequinados gracias a dos goles de Collantes. Luego llegó el turno de la selección de Andorra B, un partido que el Sabadell ganó con facilidad por goleada (3-0). Los siguientes rivales de la pretemporada fueron el Nàstic de Tarragona y la SD Huesca, ambos equipos de Segunda B. El conjunto entrenado por Javi Salamero perdió contra el Nàstic (1-2) y no pudo pasar del empate sin goles contra el Huesca.

Por último, el Sabadell cerró la pretemporada con una victoria contra un rival de Tercera División, el Palamós (1-3). El equipo vallesano demostró su superioridad y goleó gracias a los tantos de Edgar, Collantes y Sotan. Con esta victoria, el Sabadell puso punto y final a la preparación de la nueva temporada con un balance de una sola derrota, en casa frente al Nàstic. El primer rival en partido oficial: el RCD Mallorca en la Nova Creu Alta.

Un inicio sorprendente

Con Javi Salamero al frente del conjunto arlequinado, el Sabadell no empezó nada mal la temporada. En la primera jornada de liga, los laneros sorprendieron a todos endosando cuatro goles al Mallorca, que llegaba dispuesto a luchar por volver de nuevo a Primera División. Con tres puntos en el bolsillo, el Sabadell se situó líder en la clasificación de la Liga Adelante. A partir de ahí, las malas noticias empezaron a llegar a la Nova Creu Alta. En la segunda jornada de liga, la Ponferradina ganó a los vallesanos por 2-0, y en la tercera el Deportivo de la Coruña puso tres goles en el marcador de la Nova Creu Alta. Todo pareció un susto después de que los de Salamero lograran empatar a uno en el campo del Alavés.

Justo la semana siguiente al partido en Mendizorroza, el Sabadell se estrenaba en la Copa del Rey ante la U.D. Las Palmas. Disputado entre semana, los arlequinados quedaron eliminados de esta perdiendo 1-3 en casa. Dejando de lado la Copa, los laneros volvieron a centrarse en la principal competición, la liga. Llegaba la quinta jornada de liga, donde el Sabadell recibió al Eibar en casa. Los catalanes ganaron por la mínima gracias a un gol de penalti de Gato. La siguiente jornada les tocó visitar al Numancia, donde se volvieron a encontrar con la derrota fuera de casa (3-1). El mes de octubre fue el menos negativo para los de Javi Salamero. El Sabadell logró endosar tres goles al Jaén en casa, empatar a uno en Girona y empatar a cero en Las Palmas.

Lo que se veía venir…

A partir de la décima jornada de liga, Javi Salamero empezó a ver seriamente peligrar su puesto como entrenador del Sabadell. El Córdoba ganó por la mínima a los laneros por un 1-0. Los catalanes vieron repetido el mismo resultado la semana siguiente en Lugo. La última victoria de Javi Salamero con los vallesanos llegó en la jornada 12. El Sabadell ganó por la mínima a un Murcia al que no le acompañó la suerte (2-1). A partir de ahí, los arlequinados, visto lo visto, no volvieron a saborear los puntos. Perdieron ante Alcorcón (1-2) en casa y ante Sporting (3-1) y Hércules (3-0) fuera. Este último partido fue el detonante para que Salamero dijera adiós al C.E. Sabadell.

Carlos Hernández en el famoso partido ante el Hércules. Foto: Carla Cortés | VAVEL

La tarde del 28 de noviembre del 2013, el consejo de administración del club catalán, liderado por el japonés Keisuke Sakamoto, decidió despedir a Javi Salamero y encargar la tarea provisional de liderar el equipo al segundo entrenador, Miquel Olmo. En sus 15 partidos de liga como técnico lanero, Salamero solo logró cuatro victorias, tres empates y ocho derrotas, donde encajó 21 goles y solo endosó 15. Tras estos resultados, Salamero solo pudo dejar a los arlequinados 20º en zona de descenso con 15 puntos, es decir, con un promedio de un punto por partido.

A todo esto, se le unía la dimisión irrevocable del director deportivo, Xavi Roca, por lo que además de estar sumidos en una crisis deportiva, los arlequinados veían cómo pasaba a ser institucional. Sin embargo, con la llegada del egarense, se dio un giro radical al asunto y se volvió a la senda de la victoria bajo la tutela de la unidad en el banquillo, el esfuerzo y la constancia.

Cambio drástico

Tras la cosecha de tres derrotas consecutivas, se cumplió el tópico: entrenador nuevo, victoria segura. Y es que el conjunto, ahora, dirigido por Miquel Olmo comenzó a salir del pozo después de derrotar por 3-1 al Mirandés en casa, escenario en el cual pocos puntos se dejaron escapar. A pesar de derrotar con solvencia a los ‘rojillos’, Miquel Olmo, aún en estado interino, tenía enfrente su primer examen: volver a vencer lejos de la Nova Creu Alta. Pero suspendió. El Sabadell cayó por 2-0 en el Mini Estadi sembrando dudas. No obstante, la junta encabezada por el nipón Keisuke Sakamoto, creyó oportuno dar continuidad al proyecto del técnico Miquel Olmo, y acertaron. La entidad catalana, poco a poco, comenzó a escalar posiciones en la tabla tras un bagaje de cuatro victorias consecutivas, dos de ellas lejos del feudo arlequinado, por lo que el aficionado sabadellense abandonaba la desazón.

De vuelta a las andadas

Los catalanes, ya lejos de la zona roja de la tabla, reincidieron en las malas rachas y acumularon un total de seis encuentros sin conocer la victoria, demostrando así cierta irregularidad. La primera derrota (4-1), y más dolorosa, fue contra el Mallorca, que selló venganza por el abultado resultado de la ida y doblegó a un Sabadell que dejó entrever sus carencias fuera de casa. Seguidamente, los vallesanos no pasaron del empate a uno frente a la ‘Ponfe' y de una desesperante derrota por 2-1 ante el Deportivo, ya que en ambos hubo polémica. En el primero, el colegiado anuló un gol con una valía de tres puntos a Arteaga al filo del pitido final; mientras que en el segundo Muñoz Mayordomo hizo caso omiso a un clamoroso penalti. Pese a jugar notablemente, los arlequinados no conseguían la victoria, y cayeron por un contundente 0-4 ante el Alavés, una derrota por 1-0 ante el Eibar y, para finalizar la racha, un empate gafas ante el Numancia.

Se pudo soñar

A raíz de la igualdad en la categoría, el Sabadell pudo acabar soñando. Dos victorias consecutivas, ante Jaén (0-1) y Girona (4-0), devolvían la esperanza, que quedó relegada en Las Palmas con un 5-0 en contra. Pese a ello, y desde entonces, los arlequinados acariciaron la zona noble de la clasificación hasta la última jornada gracias a las victorias logradas ante Córdoba (3-2) y Lugo (1-0), que reengancharon al equipo y, a su vez, a la afición. Para ello, fue fundamental el factor de jugar en casa, en la Nova Creu Alta, pues el Sabadell finalizó la temporada siendo el mejor local de la categoría. Un 2-0 ante el Sporting acercaba a soñar a los arlequinados, que afrontaron las últimas ocho jornadas como auténticas finales.

La afición arlequinada en La Romareda. Foto: Andrea Royo | VAVEL

Fuera de casa, los laneros no fueron capaces de ganar un partido en estos ocho encuentros, pero empataron dos de cuatro. Sin embargo, en casa fueron capaces de ganarlos todos, a excepción del último partido, que enfrentaba catalanes y recreativistas. El Sabadell afrontaba el último partido con toda la ilusión de poder disputar el play-off de ascenso, algo que se presentaba como un premio, ya sea para los jugadores como para la afición. Sin embargo, no se pasó del empate a cero, por lo que el aficionado arlequinado acabó despertando del sueño para invadir el césped del ‘Templo’ arlequinado para tratar de animar el decaído estado de ánimo de unos jugadores que acabaron desolados.