El Sporting de Gijón visita esta tarde de sábado a la Unión Deportiva Las Palmas en un encuentro en el que, tanto unos como otros, tienen muy poco que ganar y sí mucho que perder por las circunstancias en que llegan ambos equipos al duelo. Los locales lo hacen defendiendo su sexta plaza en la tabla clasificatoria, la última que da derecho a luchar por el ascenso a la Liga BBVA. El ambiente debería ser por tanto de fiesta, pero el conjunto insular empieza a sentir la presión como no la había sentido en toda la temporada. Los tropiezos en las visitas de Guadalajara y Hércules han puesto al equipo en un brete, del que solo se salvan momentáneamente gracias a su buen hacer en el campo de la Ponferradina, donde lograron la victoria por 0-1 ante su más inmediato perseguidor.

Por su parte el Sporting vive la situación más convulsa de los últimos años. Una vez perdidas virtualmente todas las esperanzas de ascenso, el equipo y el club en general son un auténtico polvorín. A seis jornadas de la conclusión de la temporada regular la distancia de nueve puntos con conjunto de Sergio Lobera ha dilapidado las opciones de alcanzar el playoff, toda vez que las derrotas en Ponferrada y el pasado sábado ante el Hércules han hecho vano todo el esfuerzo anterior. La afición ya da la espalda a sus jugadores pero, sobre todo, a la directiva, que cada vez escucha más y más quejas sobre su nefasta gestión, principal causa de la crisis que atraviesa ahora una entidad que aparentaba y debía estar saneada tras los años en la Liga de las estrellas.

Retomando el aspecto meramente futbolístico, este es un partido con trampa. Nadie en el Sporting ve la más mínima posibilidad de meterse en la lucha por ascender, e incluso jugadores importantes como Lora o Mate Bilic hablaban durante la semana de que lo único que restaba era dar todo por la camiseta y por la profesionalidad de los jugadores. Pero aún hay una voz que confía en lograr el objetivo, algo que paradójicamente ha irritado aún más a parte de la afición. Esta no es otra que la de José Ramón Sandoval, el técnico madrileño, que ha insistido en la necesidad de seguir en la porfía. "Si ganamos podemos ponernos a seis puntos, y aún quedarían quince en juego" afirmaba el de Humanes, que empieza a cansar a la hinchada con estas aseveraciones en las que solo ven humo, toda vez que hace apenas dos meses el propio Sandoval aún defendía que era posible incluso el ascenso directo.

Precisamente ese hartazgo de la afición y parte de los jugadores que actuarán como visitantes es lo que puede jugar en contra de los intereses de la unión. Enfrentarse a un equipo que aparantemente no va a ofrecer pelea siempre es un papel complicado, pues serán los locales quienes tengan la presión para tratar de continuar en los puetos de honor. Más aún cuando los pupilos de Sergio Lobera suman dos tropiezos consecutivos en casa ante equipos inferiores.

Sangoy, fuera de la lista

La ambición de Sandoval de cara a seguir peleando se ha visto reflejada en la convocatoria, en la que están casi todos los habituales. Solo falta Gastón Sangoy, suplente la pasada semana ante el Hércules y que esta semana se quedó fuera de la lista tras haber sido uno de los mejores jugadores de la plantilla rojiblanca en esta atípica temporada, así como uno de los más utilizados por el técnico, principalmente escorado a una banda y dándole galones en las acciones a balón parado.

Más alla de la citada baja por decisión técnica del argentino el resto de la convocatoria lo conforman los expedicionarios más habituales, entre los que se encuentra Mandi. El canario, relegado al ostracismo desde la llegada de Cristian Bustos, tendrá una oportunidad en su tierra de redimirse de los errores que le han condenado a la suplencia durante prácticamente toda la segunda vuelta.

El de Mandi es uno de los pocos nombres fijos en la pizarra sportinguista junto a los del portero Cuéllar y los de la línea defensiva, hoy previsiblemente integrada por Lora, Bernardo, Iván y Canella. Sandoval, que jamás ha tenido un once de confianza durante la Liga excediéndose en el número de rotaciones -así lo refrenda que solo al menos seis de los previsibles titulares no lo fueran en el partido de ida-. Por delante del pivote insular se situarán Nacho Cases y Trejo, toda vez que el experimento ante el Hércules de reforzar el centro del campo apenas durase 45 minutos.

Las dudas llegan en el tridente ofensivo, donde si el madrileño sigue con su costumbre de castigar a quienes demuestran bajo rendimiento tendrá serias problemas para confeccionar la alineación. Ninguno de los atacantes rojiblancos ha estado a la altura en los últimos compromisos, por lo que lo más probable es que Bilic actúe como punta de lanza respaldado de Guerrero y Carmona, quien podría volver a tener una oportunidad tras una temporada decepcionante, si bien ambos flancos son las posiciones donde el abanico de opciones disponible es más amplio.

Lobera, con pocas dudas

Menos problemas para elegir un once tendrá el técnico del conjunto canario, Sergio Lobera. Con las bajas por sanción de Dani Castellano y Hernán por sus respectivas expulsiones en la debacle del pasado fin de semana ante el Córdoba, la única duda en el once inicial parece centrarse en la continuidad en la banda diestra de Tato, que tendrá la competencia del exjugador del Xerez Momo toda vez que este ya cumplió su encuentro de sanción. Asimismo Aythami, otra de las incógnitas por sus problemas físicos, no podrá entrar tampoco en la lista.

Pese a las citadas ausencias y su reciente mala racha, la Unión Deportiva Las Palmas toma el favoritismo en un encuentro en que las necesidades deberían marcar la diferencia. Ante un rival aparentemente entregado como el Sporting los locales deberían recuperar sensaciones y mantener, si no ampliar, el colchón con el grupo de perseguidores en que Ponferradina y Córdoba aseguran no haber dicho aún la última palabra.

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Sobre el autor
Manuel F. Cartón
Diplomado en Ciencias Empresariales sobre el papel, pero periodista de vocación. Soy redactor de tenis y de la sección de fútbol del Real Sporting de Gijón.