Gran victoria la conseguida por el Sporting de Gijón este mediodía. El cuadro asturiano rompió su negativa racha a domicilio, situación en la que no conocía la victoria, derrotando por 1-3 al CD Lugo. Los de Quique Setién se adelantaron a los cinco minutos en el marcador, pero los asturianos mantuvieron el orden y encontraron en el balón parado la vía por la que fraguar la remontada. Una vez dada la vuelta al marcador, el oficio en defensa y la calidad de Lekic y Scepovic permitieron consolidar la ventaja y sellar sin apuros tres puntos de gran importancia.

Revolución total

El Sporting saltó al Anxo Carro con un esquema novedoso y muchas sorpresas. Sandoval, que desde su llegada a Gijón hace ya más de un año siempre ha apostado por un 4-3-3 muy marcado, optó por primera vez tras casi 50 partidos por cambiar sensiblemente su esquema. Tal y como debe hacer un entrenador, adaptó su filosofía a los jugadores disponibles, y con buen tino dio cabida a sus dos mejores hombres, Lekic y Scepovic, a la postre vitales en el triunfo. No solo eso, sino que además sorprendió apostando por la continuidad de Lora como carrilero con una defensa de tres, la titularidad de Isma López en el costado opuesto en detrimento de Canella y, sobre todo, la suplencia de López Garai. El vasco, blanco de las críticas de la afición, fue suplente por primera vez en toda la temporada ocupando Sergio Álvarez, inédito en Liga, su lugar.

Con todos esos condicionantes, el Sporting salió espeso. Demasiadas novedades como para que se viera un equipo sólido desde el principio, y eso permitió tomar pronto la manija al Lugo, que no tardó en asestar el primer golpe. Apenas se habían cumplido cinco minutos cuando Seoane ajustó un disparo al ángulo de la portería de Cuéllar adelantando a los suyos. Peor comienzo imposible para un equipo débil a domicilio, que en pleno desconcierto inicial ya afrontaba el resto del partido a remolque.

El Sporting comenzó a recuperarse haciéndose fuerte en la medularPero pese al mazazo del gol el Sporting no se descompuso. El 3-5-2 dispuesto por Sandoval fue poco a poco consiguiendo que la batalla se dirigiese al centro del campo, donde la acumulación de hombres propició unos minutos muy poco vistosos. Sergio, el pivote más cercano a la defensa que hoy vestía de verde, ayudaba a la circulación, con una fluidez en la salida del balón muy superior a la que ofrece López Garai, y Nacho Cases y un sensacional Álex Barrera comenzaban a adueñarse de la situación, pero no eran capaces de generar peligro. Isma López y Lora, con demasiado territorio para ellos, no interpretaban bien los espacios y las bandas no eran todo lo útiles que deberían.

El encuentro entraba en una fase donde las ocasiones eran pocas y no demasiado claras, sin que ninguna de las dos escuadras lograse profundizar. Así, tuvo que ser a balón parado como llegaran los tantos. Cuando el ritmo era más anodino, fue Luis Hernández quien despertó a los aficionados consiguiendo el empate. Nacho Cases botó un córner desde la derecha al punto de penalti donde el madrileño, con el muslo y casi sin querer, mandó el balón con muchísima fortuna al fondo de las mallas. Y seis minutos despúes, nuevamente Cases ejecutó un balón parado, esta vez una falta desde el perfil diestro. En el segundo palo Bernardo la devolvió de cabeza al centro, para que Sergio volviese a prolongar y apareciese la certera testa de Lekic, que hacía el segundo tras tres toques en el área local ante la inutilidad de la zaga lucense.

De ahí al descanso, poco más se vio. El Sporting, tranquilo y cada vez más habituado a su novedoso esquema, vivió con calma el cuarto de hora final ante un Lugo sorprendido por el devenir de los acontecimientos, encontrándose con dos goles inesperados ante los que no supieron reaccionar.

Lección al contraataque

En el segundo tiempo el Lugo salió con mucho ímpetu, pero apenas le duró siete minutos el arreón, los que tardó el Sporting en poner la sentencia virtual en el marcador. Un robo de Sergio propició una contra bien llevada por Álex Barrera, que prolongó hacia Lekic caído en banda izquierda. El peligro parecía disiparse, pero entonces el serbio abrió el tarro de las esencias. Pisó la bola, se salió de su marcaje lo justo como para tener pase y vio en el área a Scepovic. Le puso un balón largo de 35 metros por arriba y su compatriota, con maestría, enganchó la volea para meter el tercero y a la postre definitivo gol.

A partir de ahí el Sporting recuperó su esquema habitual. Sandoval, aparentemente poco atrevido con el cambio, sacó del terreno de juego a Lekic para volver a su 4-3-3 con la entrada de Roberto Canella. Sin embargo, la variante fue perfecta. El Sporting se echó atrás lo justo como para no dejar huecos en defensa y cercó a cal y canto la portería de Cuéllar, seguro en las pocas veces que tuvo que intervenir. Mientras, controlaba el ritmo del partido y salía puntualmente a la contra llevando cierto peligro.

En la media hora restante apenas hubo sobresaltos. El Lugo se vino arriba con la artillería pesada, especialmente tras la entrada de su 'pichichi' Vincenzo Rennella, pero ni con esas fue capaz siquiera de generar ocasiones claras, con lo que el partido fue languideciendo hasta certificarse la primera victoria a domicilio del Sporting de Gijón, que se coloca así quinto recuperando plaza de playoff. El Lugo, por su parte, pese a desperdiciar la ocasión de colocarse líder se queda en la tercera plaza, justo por delante de los gijoneses con un punto más.