Jornada 36 de la Liga Adelante. Instancia en la que por lo general muchos equipos ya se dejan llevar por la marea tras el deber cumplido, sensación que apenas se va a vivir este año por lo igualado de la categoría, en la cual salvo el Deportivo de La Coruña, que parece haber ganado ya la escalera al piso superior, todos deben seguir trabajando hasta el final.

También es esta una fecha en la cual los equipos ya tratan de alcanzar sus metas con una identidad y un esquema. Es este el caso general, pero siempre hay excepciones, una de ellas este Sporting de Gijón. Más de tres cuartos de la competición después, el cuadro rojiblanco vaga sin rumbo alguno, caído incluso de la zona de playoff toda vez que su nula fortaleza en lo colectivo ha salido a flote conforme se ha ido apagando la llama de las individualidades. Pero los Scepovic, Lekic o Barrera son humanos, y lo terrenal de sus segundas vueltas ha enseñado las vergüenzas de un equipo sin alma, sin patrón de juego y sin continuidad, abocado a luchar por una promoción de la que, líder de la tabla, huía hacia delante hace escasos meses.

Al fin, Sandoval parece haber visto la luz con el 4-4-2

Con este triste panorama del que es responsable José Ramón Sandoval, no único pero sí principal, el equipo apura sus opciones de recuperar el derecho a pelear por volver a la Liga BBVA. El de Humanes, que se juega su continuidad tras dos semanas sostenido en el alambre más por la delicadísima situación económica del club que por lo convicente de sus métodos, con los que ya nadie comulga en Mareo, planea tras 35 jornadas enrocado en varios sistemas que jamás se han sostenido el retorno a los apuntes más básicos del libro del fútbol: el 4-4-2. Ese sistema, tan evidente para la mayoría de la parroquia como demoniaco para el míster, puede ser hoy su tabla de salvación, toda vez que los palos de ciego que ha ido dando, con poco ton y menos son, han tocado a su fin.

El peso de la guillotina sobre su cuello le llevará a alinear, por primera vez en el curso, a sus dos mejores futbolistas juntos y en su posición. Algo que parece tan básico que asusta, y que hace complicada la tarea de explicar al lector cómo han tenido que transcurrir ocho meses hasta llegar al punto de que Sandoval se dé cuenta de la necesidad de adecuar su sistema a los futbolistas disponibles. Y hacerlo sin experimentos, como aquel extraño 3-5-2 que se vio en la ida en Lugo y con el que se castigó a la grada sportinguista en alguna ocasión puntual más. Esquema que no generó una gota de fútbol pero, al menos, permitía el juego directo con Scepovic y Lekic, los dos mejores delanteros de la categoría, y quienes ganaron solos aquel partido.

Con ese recuerdo Sandoval repite hoy delantera, variando en las líneas posteriores. La defensa, toda vez que otro de los errores de bulto como la alineación de Mandi de central parece subsanado -aunque Luis Hernández solo sea un parche-, será la misma que apenas sufrió la pasada semana ante el Murcia, con el citado canterano formando el eje de la misma con Bernardo, escoltados en las alas por Lora, que se asienta en el once al fin, y Canella. En la medular Barrera, Jekyll en las primeras 21 jornadas y Hyde en las revanchas, se va para dejar paso a un doble pivote, sin enganche delante, formado por el canario, que regresa a su sitio, y Sergio, el mismo que pasó la pretemporada entrenando en solitario porque no se contaba con él. En las alas, para surtir balones, dos extremos puros como el irreverente Santi Jara, que vuelve a pasar reválida ante su afición tras el harakiri de hace dos semanas en Sabadell, e Isma López, también recuperado para la causa tras meses de ostracismo.

El Lugo, a seguir cazando cadáveres

El rival del equipo gijonés no será el más indicado para empezar una 'mini-remontada'. El Lugo, pese a venir con el precedente liguero del 1-3 encajado en casa, se presenta a orillas del Cantábrico como aspirante claro, fruto de la manifiesta igualdad de la Liga Adelante. Haciendo un fútbol atractivo de la mano de Quique Setién, el cuadro lucense ya atravesó hace unas jornadas una racha similar a la de los hoy locales, pero que ya ha dejado atrás.

Tras una primera vuelta siempre en los puestos de honor y una posterior caída hasta la zona media, ahora el Lugo avanza como el escalador que sube a ritmo, sin responder a los ataques pero sin permitir que los del pelotón de cabeza pasen de ciclistas a sombras. Con el grupo cabecero siempre en el horizonte, se mantiene sentado en el sillín, haciendo la goma pero aferrándose a cualquier rueda dejando atrás a Sabadell, Mallorca o Numancia, que buscan aire ya a bocanadas con el maillot abierto y el rictus desencajado.

Jorge García, previsible titular, y Pablo Álvarez, suplente, cuentan con pasado rojiblanco

Presentando así como aval la confianza en un juego y un estilo reconocibles, los del mítico exfutbolista del Racing de Santander se encuentran a solo dos puntos del playoff, zona que pretenden abordar dando el golpe mortal al Sporting, que apenas les aventaja en un puesto y un punto. Con la ilusión por bandera, perturban su sueño la baja de Víctor Marco, previsiblemente sustituido por el exrojiblanco Jorge García, y el pobre rendimiento a domicilio. Lejos de la ribera del Miño, los lucenses apenas han sumado cuatro victorias en la temporada, datando la última de mediados de enero. Losa demasiado pesada como para sustentar un asalto a la Liga de las Estrellas, palabras mayores para un club cuyo objetivo inicial no iba más allá de una permanencia con el menor componente posible de agonía.

Salvo la citada ausencia del central Marco, Setién tendrá a su disposición al resto de hombres, donde destaca sobre todos Vincenzo Rennella. El espigado ariete de origen italiano es el estilete de los suyos en ataque, un ataque en el que no formará de inicio otro jugador con pasado sportinguista como Pablo Álvarez, quien tras superar una lesión esperará su momento desde el banquillo. El mítico jugador que en 2006 con contrato firmado con el Deportivo se partiera la pierna dándolo todo por el que aún era 'su' Sporting, y que desde que abandonara la entidad de Mareo firmaba un doble castigo. Para él, en lo personal, tras años con más pena que gloria en Riazon; para el Sporting, que ocho años después de su partida aún busca inquilino de categoría para su posición, en un carril diestro que parece haber quedado maldito.

El encuentro contará con el arbitraje de Valdés Aller, del colegio castellano-leonés. Será la primera vez que pite este año en El Molinón, tras dirigir este año al Sporting en dos comprimisos a domicilio, el empate 2-2 ante el Córdoba y la derrota por 3-2 ante el Jaén. Mismos resultados, un empate y una derrota, ha sufrido el Lugo con el trencilla de León, que impartió justicia en su derrota por 2-0 en Valdebebas y en el empate sin goles en la visita del Eibar.