Casi al final del mercado, pero lo logró. El Sporting consiguió su 'objetivo' de la pretemporada, cristalizar la venta de Stefan Scepovic, la madrugada del lunes al oficializarse su traspaso al Celtic de Glasgow, equipo que pagará dos millones y medio de euros por el traspaso, además de un exiguo porcentaje -apenas un cinco por ciento- de una hipotética venta futura.

El tema del verano en las oficinas de Mareo durante todo el verano se resolvió, finalmente, de forma caótica. El traspaso del serbio al cuadro británico parecía hecho en los últimos días, tras un periodo estival sin apenas movimientos en torno al futbolista, lo cual había despertado la voz de alarma en la directiva rojiblanca, ávida de venderle para desatar ligeramente la soga de la injustificable deuda que le aprieta el cuello. Sin embargo, la eliminación de los de Ronny Deila de la UEFA Champions League abrió un nuevo escenario.

Sobre la bocina pareció aparecer el Getafe, con Doyen de por medio, como nuevo destino, pero el escaso margen de maniobra y los límites salariales impidieron el cambio de rumbo y el Celtic volvió a quedarse como única opción, cerrándose el acuerdo al filo de la medianoche.

Nulo beneficio deportivo; escaso económico

De este modo Scepovic, que llegó cedido la pasada campaña para anotar 23 goles en 41 partidos, y cuyo rendimiento hizo que el Sporting le adquiriese en el mercado invernar por un millón de euros de dudosa procedencia, abandona España en una operación ruinosa desde el punto de vista deportivo y más que oscura desde el económico.

Sin fichajes

La marcha no consiguió tampoco aligerar lo suficiente la masa salarial como para que la secretaría técnica acometiese fichaje alguno, toda vez que ni siquiera se pudiera llegar a un acuerdo con Dejan Lekic, loco por volver, y que finalmente se ha ido al Eibar. Así, la plantilla ha quedado tan exigua y extrañamente compuesta que son Julio y Carlos Castro, central y delantero respectivamente del Sporting B, los únicos 'fichajes' al quedar inscritos como miembros del primer equipo de pleno derecho. Con ello el Sporting logra el ridículo honor de convertirse en el único equipo del fútbol profesional español que no ha incorporado jugadores a su plantilla.