Guardameta veterano, con experiencia en la categoría y muy completo bajo palos. Así es Alberto García, el hasta ahora portero suplente del Sporting de Gijón. En su segunda temporada en Asturias, el catalán se encontrará con su primera oportunidad para opositar por la titular. Durante las seis próximas jornadas, frente a Mirandes, Valladolid, Las Palmas, Leganés, Recreativo y Osasuna, el arquero intentará convencer a Abelardo de cara a la vuelta de Cuéllar.

Un portero criado en La Masía

Formado en las categorías inferiores del Barcelona, Alberto no es el prototipo de portero blaugrana, con un gran juego de pies y problemas aéreos, sino que es muy completo en todas las facetas de la portería. Si bien los balones por alto no son su fuerte, se defiende ante ellos y no cuenta con muchos errores en su carrera de este tipo. Tras su paso por el Europa, Cornellá, Rayo Majadahonda y Sant Andreu, llegó al filial del Villarreal, pero no fue hasta su llegada al Águilas, club de Segunda B, cuando comenzó a despuntar. Al año siguiente firmó por el Figueres, de la misma categoría, club en el que no pudo evitar el descenso a Tercera.

Sorprendentemente, llega ese verano al Murcia, que por aquel entonces era equipo de Primera. Tras pasar toda la temporada como suplente, llega a debutar en la jornada 38, con el equipo ya descendido, ante todo un FC Barcelona. En dicho partido, Alberto encajó cinco goles, anotados por Eto´o, Henry y tres de Giovanni. El resultado final fue de 3-5. Tampoco encontró su sitio con el equipo en Segunda, por lo que acabó fichando por el Córdoba.

Buenas temporadas en Córdoba

Su inicio en el club andaluz no invitaba al optimismo, y es que en su primer año vio como Raúl Navas pasaba por encima de él y se hacia con la titularidad. Pero en su segundo año su suerte cambio. Comenzó a ser el portero titular, aunque el equipo iba a evitar el descenso por poco. En su tercer año en el Córdoba, iba a llegar su mejor temporada. Con Paco Jémez en el banquillo, el Córdoba iba a subir a la sexta plaza, ganándose así el derecho a participar en el playoff de ascenso a Primera.

En la ida de la primera ronda el Córdoba conseguiría un valioso empate en casa frente al Valladolid, pero en la vuelta, los pucelanos iban a perforar la meta de Alberto en tres ocasiones, ganando por tres tantos a cero. En la siguiente ronda, el Valladolid conseguiría el ansiado ascenso tras derrotar al Alcorcón. En su cuarto y último año en Córdoba, y ya sin Jemez en el blanco, el equipo iba a volver a verse condenado al olvido en la mitad de la tabla.

Llegada a Gijón

Tras cumplirse su contrato, Alberto iba a poner sus miras en un equipo con vistas a ascender, el Sporting. Con su llegada comenzó el debate de quien sería el portero titular, pero tanto Sandoval primero, como Abelardo después, dejaron claro que el guardameta titular era Pichu, quedando Alberto como la alternativa para una competición secundaria como es la Copa del Rey. Nada cambió en el comienzo de esta temporada, con Cuéllar como inquilino de la meta y Alberto un habitual del banquillo. Su único partido hasta ahora es desgraciadamente la única ocasión en la que el Sporting ha encajado tres goles, frente al Valladolid en Copa, donde Alberto no pudo hacer mucho para evitar la derrota.

Con la eliminación en Copa, Alberto volvía al ostracismo. Hasta que, tras una mala salida, Cuéllar se iba a lesionar ante el Girona. Comenzó entonces el momento de Alberto. Primero haciendo frente a balones áereos con los que se mostró cómodo, y siendo decisivo después al detener un balón que se colaba en la portería tras un corner sacado por el equipo catalán. Su próximo objetivo, dejar la puerta a cero contra el Mirandés, y después, empresas mayores, como son hacer frente a dos de los gallitos de la categoría, Las Palmas y Valladolid.