A la quinta salió el sol. Después de cuatro partidos sin ganar y en una semana rodeada de polémica, el Sporting se reencontró con la victoria ante un Alavés que llegaba a Gijón lanzado, cinco victorias en los últimos seis partidos, y que buscaba meterse, al menos momentáneamiente, en puestos de playoff. Los hombres de Abelardo, con Rachid como principal novedad en el once, salieron sin complejos, conscientes de que un nuevo tropiezo podría suponer alejarse demasiado de la cabeza.

Por contra, el equipo vasco esperaba agazapado en su campo, dejando a su máximo goleador, Manu Barreiro, como única punta de lanza. Precisamente otro Manu, García, sería el primero en probar suerte, pero su disparo se marchó por encima de la portería defendida una semana más por Iván Cuéllar. No se amilanó el Sporting, que encontró en su perfil izquierdo el arma para hacer daño al Alavés. Medina se veía impotente para frenar las constantes acometidas de Jony, que encontraba en Isma López, incansable durante todo el encuentro, un aliado perfecto.

Los rojiblancos crecían exponencialmente según pasaban los minutos y sería Jony, pitado en algunos momentos del encuentro, el primero en buscar, sin éxito, la portería de Goitia tras una falta de Laguardia sobre Guerrero que le costó la amarilla al ex del Zaragoza. De nuevo el cangués lograba llegar a línea de fondo, pero su centro moría en las manos del guardameta rival. Un minuto después, tras un saque de banda desde la derecha, Carmona marraría, en el corazón del área, una doble ocasión; a la primera se encontraría con el arquero, mandando fuera el segundo disparo.

Susto, bajón de juego y fin de fútbol

Cerca del minuto 31 era Jony el que probaba de nuevo a Goitia, pero su buena acción se vio empañada por su flojo disparo. 5 minutos después, un fallo de Lora estuvo a punto de ser aprovechado por Barreiro, que no pudo superar a Cuéllar. El susto, pareció desconcentrar al equipo asturiano, que dejó de lado la fluidez y comenzó a precipitarse, cayendo una y otra vez en el nerviosismo.

Un nerviosismo al que contribuiría muy mucho el colegiado, Sánchez Martínez, que castigaba con falta cualquier acción de mínimo contacto. Tras la reanudación, Lora dio el susto tras un aparatoso encontronazo con Juli. El mostoleño logró recuperarse, pero se vio obligado a abandonar el campo poco después al recibir una dura entrada, sancionada con amarilla, de Llamas.

Salida de Meré, cambios tácticos y festival de tarjetas

La lesión del capitán sportinguista obligó a Abelardo a reestructurar su zaga. El joven Jorge Meré, que estrenaba mayoría de edad, saltaba al verde sin calentar, pasando Luis Hernández al carril derecho. En su primera acción, el ovetense se durmió, aunque el centro de Cerdá no encontraría a Barreiro gracias a Cuéllar, que muy atento, se anticipó en el punto de penalti.

En el 59, Pablo Pérez desde fuera del área, puso a prueba a Goitia, que despejó a córner. En la siguiente acción, un desbarajuste del Sporting desembocó en una fea entrada de Luis Hérnandez en el centro del campo rival. El trencilla, con la mano ligera, mostraba otro cartelón. La quinta amarila para el ex del Castilla, que cumplirá ciclo en Palamós.

El tiempo pasaba y el Álaves, bien plantado, se sentía comódo ante un Sporting que empezaba a impacientarse. El balón apenas rodaba y los cortes en el juego eran cada vez más frecuentes. En dos acciones aisladas y con Manu Barreiro de protagonista, primero Bernardo y luego Meré, eran amonestados ante el descontento de la afición local.

El regreso de Hugo Fraile

A falta de 20 minutos para el final, el equipo, espoleado por El Molinón, comenzaba a estirarse y 'El Pitu' daba entrada a Hugo Fraile por un desaparecido Jony, buscando más mordiente ofensiva. Un cambio clave, pues ocho minutos después de su ingreso, el ex del Getafe B servía un balón de oro a Guerrero, que en boca de gol solo tuvo que empujarla. El toledano y la afición explotaron con el gol, conscientes de su importancia.

Pudo el Sporting aumentar más su ventaja en la prolongación si Carlos Castro, que había entrado por Pablo Peréz, hubiera acertado a resolver ante Goitia, y, sobre todo, si el árbitro hubiese señalado penalti, el enésimo, por una clarísima mano de Rafa. Acción por la que el preparador local Gerardo Ruiz sería expulsado. No fue así, y el partido moría con un despeje de la defensa asturiana tras otra mala noticia: la amarilla recibida por Isma López, que tampoco estará la próxima semana ante la Llagostera por sanción.

Con esta victoria, el Sporting sigue la estela del Betis y se coloca en posiciones de ascenso directo a tres puntos de los verdiblancos; eso sí, con un partido menos.