Se acaba la fase regular de Segunda, la liga más apretada de los últimos años, con cinco equipos pelando por el ascenso directo. Ocho jornadas restan, y si esos equipos quieren estar el año que viene en Primera, deberán comenzar a sumar de tres en tres sí o sí, dejando al margen empates y pérdidas de puntos. En esta tesitura se encuentra el Sporting. Su segunda posición hace que tenga más margen que rivales como Las Palmas o Valladolid, pero los asturianos deberán desterrar esta mentalidad y concentarse en sumar el máximo de puntos de los 24 que quedan en juego.

El Llagostera aspira a colarse entre los seis primeros y disputar los playoff por el ascenso.

El primer paso será vencer en casa de la gran revelación de la categoría junto al Girona, el Llagostera. El cuadro catalán conseguía el ascenso la pasada campaña, pero su falta de experiencia inicial ha dejado paso a un equipo muy solvente y que comienza a soñar con arrebatarle la sexta plaza a la Ponferradina y así disputar los playoff de ascenso a Primera. Además de con el gran momento de forma del Llagostera, el Sporting deberá lidiar con su mala racha en lo que respecta a enfrentamientos contra los novatos de la categoría.

Un equipo de Primera contra jugadores de Segunda B

Tras su descenso en 2012, el Sporting volvía al infierno de Segunda con la mente puesta en un breve retorno a Primera. Un equipo plagado de jugadores con experiencia en la máxima categoría del fútbol español iba a cuajar una herrática temporada, concluyendo lejos del objetivo. Por el camino, cuatro visitas a campos de recién ascendidos: Real Madrid de Castilla, Ponferradina, Mirandés y Lugo.

El balance del primer año en Segunda contra recién ascendidos es de dos victorias, un empate y una derrota.

Contra el filial madridista iba a llegar la primera victoria, por dos goles a cuatro. Más tarde volverían los de Sandoval a ganar a un novato, esta vez el Lugo (1-2). A partir de ese momento iba a comenzar una pésima racha contra los menos expertos de la categoría. Primero un flojo empate en Anduva ante el Mirandés, y más tarde una derrota en Ponferrada, por un gol a cero.

Una inercia muy negativa

Con el inicio de la siguiente temporada no iba a mejorar esta racha, todo lo contrario. Un equipo que esta vez sí era capaz de estar en los puestos altos de la tabla, caería derrotado ante tres de los cuatro recién ascendidos de aquella campaña. En tierras vascas, con Sandoval en el banquillo, los rojiblancos iban a perder en dos ocasiones ante Eibar y Alavés por idéntico resultado, tres a cero. Más tarde llegaría otra derrota, esta vez en Jaén (3-2).

El Sporting de Gijón iba a sumar el único punto cosechado esa temporada ante los más novatos en Tenerife, donde un aburrido empate a cero haría que los rojiblancos volvieran a Gijón satisfechos viendo los últimos resultados. La inercia no podía continuar decayendo, y con Abelardo en el banquillo y un equipo unido concentrado en lograr por fin el ascenso, iba a tratar de romper la mala racha en la presente campaña.

Muchos puntos para tan pocos goles

La primera oportunidad para Abelardo de romper la mala racha llegaría en la tercera jornada. Un Sporting a gran nivel no cuajaba su mejor partido en Albacete, pero a pesar de ello, sumaba un punto en el último minuto tras un testarazo de Pablo Pérez. El resultado final de uno a uno, más que suficiente. Poco después llegaría el Racing de Santander, en un derbi a priori desigualado, ya que el Sporting se presentaba como claro favorito.

En la presente campaña el Sporting suma 5 puntos de 9 posibles ante los más inexpertos de la categoría.

Error. El partido, aunque fue dominado por los asturianos, fue igualado y el resultado final así lo dice; un nuevo empate a uno. Llegaría por fin la victoria en Leganés, donde un gol de Velasco en propia puerta daba unos poco habituales tres puntos al Sporting. En definitiva, con Abelardo, tres goles ante equipos recién ascendidos, cinco puntos, un dato que recalca la solidez defensiva del actual Sporting.

En Palamós el Sporting tiene ante sí una nueva oportunidad de realizar un buen partido ante un novato, recordando aquellos triunfos de la 2012/2013 ante Castilla y Lugo. De no ser así, el conjunto de Abelardo volvería a caer presumiblemente de los puestos de ascenso directo. ¿Lo mejor de que pase el partido de Llagostera? Que al Sporting no le quedan más recién ascendidos por visitar.