El partido disputado en El Molinón a la ida entre Sporting y Lugo se saldó con victoria del conjunto asturiano por la mínima tras un polémico final en el que el árbitro anuló un gol a los lucenses por una clara falta de Iriome sobre Bernardo. Con una autoridad asombrosa, el colegiado del encuentro no se dejó intimidar por el minuto -tiempo extra- ni por las quejas de los visitantes, invalidando el tanto que haría perder dos puntos a los rojiblancos. Finalmente, el partido terminó con un 2-1 en el marcador que permitió a los asturianos colocarse colíderes durante esa jornada.

Primera parte: el Lugo, a por los tres puntos

El encuentro, que se preveía intenso desde un principio entre dos equipos del norte, con un juego sin esconderse y gran manejo del balón, con lo que el gol no se hizo esperar y en este caso el Lugo golpeó primero. Los gallegos comenzaron con una marcha más el encuentro, poniendo en serios apuros a los locales. Prueba de ello fue el remate de cabeza de Aganzo, que terminó en la red sportingusita haciendo justicia a lo ofrecido en los primeros minutos. Un Lugo dominador puso contra las cuerdas a los asturianos, que hasta ese partido no habían sentido esa sensación de sumisión y de no generar peligro en sus acciones ofensivas.

Pero el partido no quedó aquí y, con bastante suerte, el Sporting pasó a poner contra las cuerdas al Lugo en una falta botada por Jony -bastante alejada del área- en la que ni jugadores locales ni visitantes lograron tocar el balón y se coló en la portería de José Juan. Este gol cambió el sino del partido y la mentalidad de los gijoneses para lograr la victoria en un partido que se presentó complicado. El Sporting gozó de muy buenas ocasiones para lograr la superioridad, pero sin ningún gol más que añadir a la cuenta de los primeros 45 minutos. Con tablas en el marcador se retiraron ambos equipos para dar paso a la siguiente mitad.

Segunda parte: final con polémica

El Lugo acusó el esfuerzo y en la segunda mitad no ofreció la misma cara que en la primera. Los lucenses bajaron el escalón que subió el Sporting, y eso permitió a los locales sentirse dueños del partido. Pablo Pérez y Carlos Castro dieron otro aire al conjunto dirigido por Abelardo. Con un Sporting volcado al ataque y un Lugo a la contra discurrió buena parte de la segunda mitad. Las internadas de los gallegos eran peligrosas pero un buen Cuéllar y una defensa de altos vueltos, y desbarataron cualquier posible ocasión de gol visitante.

En uno de esos momentos en los que el Sporting se sentía más cómodo sobre el césped y la afición alentando a su equipo para darles ese plus que faltaba para lograr un gol que parecía que estaba al caer, llegó, de nuevo en una acción a balón parado, el segundo gol del Sporting. Un córner botado por Juan Muñiz fue rematado por el canterano Pablo Pérez a la red de un cabezazo. Como ya ocurrió en el primer gol, ante la dificultad de generar mucho juego ante un rival que tapó muy bien todos los espacios, las acciones de estrategia tomaron el mando permitiendo a los rojiblancos ponerse por delante en el marcador. La expulsión de Alex Menéndez hizo que los rojiblancos sufrieran más de la cuenta en el final del partido.

El acoso y derribo que realizó el Lugo para lograr al menos salvar un punto de su visita a Gijón quedó en vano. Los últimos minutos de partido se desarrollaron en campo local, pero la tónica del partido se repetía con un portero y defensa inspirados que desbarataban cualquier ocasión gallega. La polémica llegó en el último instante. Un salto de Iriome sobre Bernardo -impidiendo el salto del colombiano para despejar- que terminó en gol del delantero fue la acción que desencadenó la anulación posterior del mismo. Pese a que es difícil ver una acción tan rápida, en frío y por televisión se ve el acierto del colegiado en anular la acción, con lo que los tres puntos se quedaron legalmente en Gijón para conseguir el coliderato de la categoría.