Definitivamente Las Palmas ha llegado a la liga y parece que para quedarse y superar cualquier obstáculo que le venga. La dura derrota en Jaén hace más de un mes que casi le cuesta el puesto a Lobera se convirtió en el descubrimiento de la panacea amarilla. Ese bloque de jugadores, liderados por un cambio de sistema del entrenador maño, ha dado con la tecla que hace funcionar al cuadro grancanario y desde entonces los amarillos sólo coleccionan víctimas.

A los de Lobera ya no le afectan las bajas -la semana pasada faltaban tres teóricos titulares y golearon al Sabadell; hoy sin Apoño, Tana o Deivid, este último en el banquillo, también superaron al Murcia-. El motor amarillo ha empezado a funcionar desde la columna vertebral formada por David García en defensa, Javi Castellano en el mediocentro y Carlos Aranda en punta. Estos jugadores, unidos a la mezcla de hambre y talento con la que cuenta la plantilla amarilla, han confirmado a Las Palmas como un equipo temible capaz de ganar en cualquier campo de la categoría.

El Real Murcia, que ya supo maniatar a los amarillos en Gran Canaria pese a la temprana expulsión de Acciari, trató de discutirle de inicio la posesión del balón a Las Palmas, conscientes de que sin el balón sufren los canarios. Les funcionó durante los primeros 25 minutos, donde Las Palmas apenas se acercó a Casto y se mostraba incómoda en el césped, mientras que los locales tenían más posesión aunque sin llegar a inquietar a Barbosa.

Las Palmas esperó con paciencia el error local

Pero el equipo amarillo ha madurado y aprendido de sus propios errores y supo esperar su momento. Con paciencia y sin hacer mucho ruido empezó a quitarle el balón al Murcia, acercándose lentamente a los dominios de Casto, esperando un hueco o un error que se pudieran dar en la zaga pimentonera. Y el error llegó. Al filo del descanso, un balón de Aranda a Momo a la espalda de la defensa no lo supo cortar Alcalá, que por si fuera poco, agarró al interior amarillo dentro del área cuando éste se disponía a retar a Casto. Penalti que anotó el propio Momo y expulsión para el defensor que, sin saberlo todavía, había acabado con el partido.

La situación no era nueva para el equipo pimentonero, que ha destacado esta temporada por desenvolverse bien en inferioridad numérica. Velázquez, consciente de ello, reforzó la defensa en el descanso dando entrada a Mauro Dos Santos y arengó a los suyos para dar un plus de intensidad que pusiera en aprietos a los visitantes. No obstante, no le funcionó, ya que en Las Palmas emergió la figura de Juan Carlos Valerón para monopolizar la posesión del juego y desesperar a los locales.

El Murcia trató de ir arriba y empezó a descuidar más su defensa, cosa que no perdonó Las Palmas. A los diez minutos de la reanudación, Masoud encontró a Carlos Aranda entre los centrales en la primera vez que no lograban dejar al malagueño en fuera de juego. El veterano delantero se plantó ante Casto y con una clase de superior categoría se deshizo del meta para marcar a placer.

El Murcia no se rindió

No bajó los brazos el Real Murcia, decidido a morir con las botas puestas. Y su empeño encontró frutos. A los 69 minutos, una falta en el vértice del área la colocó Alex Martínez directamente en la escuadra de Barbosa, en el único lanzamiento a puerta de los pimentoneros durante el encuentro. El tanto espoleó a los de Velázquez, que empujados por un ruidoso público se fue con decisión a por el empate con 20 minutos por jugar. Sin embargo, en un exceso de ímpetu, Iván Martínez también acababa expulsado con roja directa por una dura entrada sobre Dani Castellano tras un mal control.

Con nueve jugadores el equipo local bajó definitivamente los brazos, aunque Las Palmas no quería sustos de última hora y liderados por un excelso Valerón, disfrutando de espacios para distribuir a su antojo, cerró el partido. El Mago de Arguineguín condujo sin oposición el balón hasta la frontal del área, donde abrió para la llegada de Nauzet Alemán desde la izquierda que se encargaría de cerrar el partido.

Las Palmas suma 13 de los últimos 15 puntos en juego y recibe la próxima semana en Gran Canaria al Sporting de Gijón, en un duelo directo entre dos colosos en la lucha por el ascenso. Los de Lobera parecen haber alcanzado la velocidad de crucero y su engranaje parece funcionar ya a su máxima potencia. Mantienen el pie del acelerador y superan con solvencia los baches que encuentra en el camino, un camino, que de seguir así, les puede llevar a la gloria del ansiado ascenso.