En estos últimos tiempos, hay cuatro estadios que se han convertido en territorio prohibido para la UD Las Palmas. Santo Domingo, donde Las Palmas colecciona memorables batacazos; Ipurúa, que históricamente no ha sido muy propicio para los amarillos; Anxo Carro, donde los canarios llevan dos goleadas consecutivas; y a este grupo hay que sumarle Anduva.

Como ya ocurriera la temporada pasada, donde Las Palmas dejó de depender de sí misma para clasificarse para una promoción a la que al final acabó accediendo, Anduva ha vuelto a cruzarse con Las Palmas en un momento que puede ser decisivo. Como pasara con los estadios anteriormente citados, otro campo de similares características vuelve a ser la mejor kriptonita para los de Lobera, que como sucediera en Alcorcón hace 15 días, volvieron a dar una mala imagen, especialmente en la segunda mitad.

El técnico amarillo, sabedor de esta circunstancia, planteó de inicio un partido físico igualando la propuesta burgalesa, jugando a un ritmo muy alto de presión e intensidad. Con estas premisas, la primera parte fue canaria. No obstante, a los de Lobera les costó entrar al partido y cerrar la primera parte. De inicio, Pablo Infante aprovechaba un resbalón de Aythami para avisar a Barbosa de que se las iba a ver con él durante la tarde.

Garmendia abrió el marcador

Sin embargo, en la siguiente llegada el Mirandés no perdonó. Al cuarto de hora, una rápida combinación entre los centrocampistas locales acabó con un preciso centro al segundo palo. Allí, esperaba Pablo Infante, consciente del desajuste defensivo amarillo con error de marcaje, para ceder de cabeza al área pequeña donde esperaba Garmendia, que sólo tuvo que poner el pie para abrir el marcador. El Mirandés golpeaba primero.

El gol dejó groggie a Las Palmas, que tardó en digerir el gol, aunque cuando lo hizo, fue con contundencia. Ocho minutos después del tanto de Garmendia, Aranda comanda una transición rápida en la que encuentras espacios y una defensa descolocada. Entonces encontró la internada de Momo con fuerza por la izquierda, a quien envió un balón preciso y el extremo grancanario no se lo pensó para fusilar a Bernardo de potente disparo.

El tanto espoleó a los amarillos, que comenzaron a dominar la posesión y a imponer su ritmo en el juego. No obstante, el dominio no se traducía en ocasiones ni llegadas peligrosas al área burgalesa, por lo que en la recta final de la primera mitad los de Terrazas volvieron a elevar el ritmo. Fue entonces cuando Díaz de Cerio se internó en el área con un gran control orientado y cayó ante Barbosa, pidiendo derribo del guardameta que no se señaló. En la jugada posterior el propio Díaz de Cerio no acertaba a rematar un pase de la muerte enviado por Pablo Infante.

La segunda parte fue para el Mirandés

Tras el descanso, Lobera decidió mover ficha. Dio entrada a Ángel López, recuperado de sus molestias, por David García, que partía en el lateral derecho y estaba amonestado, pasándolo mal por su banda. Pero el cambio no mejoró al cuadro amarillo, que se vio entonces superado por el empuje y la intensidad de un Mirandés que ya no encontró respuesta en los canarios.

El cuadro de Terrazas comenzó a colgar balones que sacaban con apuros los defensores amarillos. El Mirandés se sentía mucho más cómodo en este tramo y fruto de ello llegó el segundo tanto. Un balón en largo lo consigue controlar Pablo Infante para quedarse solo ante Aythami Artiles dentro del área. Entonces se impuso la calidad del delantero. El defensa canario se mostró tan blando por miedo a cometer penalti que ni siquiera fue un estorbo para Infante, que se deshizo del central y envió el balón colocado lejos del alcance de Barbosa.

Bernardo salvó el último intento de Ángel

De ahí al final, Las Palmas se ofuscó y no supo encontrar la forma de abrir huecos en una bien plantada defensa burgalesa. Sin embargo, tuvo su oportunidad a falta de cinco minutos. Un saque de esquina lo remató con todo al primer palo Ángel López, pero se encontró con la rápida respuesta del veterano Bernardo, debutante con el cuadro de Miranda de Ebro, para dejar la victoria en Anduva.

Al final, Pablo Infante aprovechó dos errores amarillos para hacer de Anduva otro estadio maldito y volver a alejar a Las Palmas del ascenso directo, nuevamente a cuatro puntos. Por su parte, el cuadro de Terrazas respira tranquilo con 47 puntos, situándose cómodamente en la media tabla y acabando la jornada, en el peor de los casos, a cuatro puntos de los puestos de descenso.