Nueva exhibición de dotes ilusorias la protagonizada por el mago de Arguineguín. Juan Carlos Valerón volvió a confirmar sobre el césped del Estadio de Gran Canaria que su labor durante el presente campeonato va más allá de instruir a las jóvenes promesas dentro del vestuario amarillo y, de igual modo, de aportar la calma necesaria para afontar situaciones deportivas como la que se vive actualmente en la isla. El "21" saltó al terreno de juego con su escuadra cargando el marcador en contra y sirvió de brújula para que ésta encontrara el camino idóneo para hacer daño a un cuadro pucelano que a punto estuvo de vencer en el recinto de Siete Palmas. No obstante, la aportación del carismático futbolista grancanario sirvió para empatar el encuentro y, posteriormente, contar con acciones de peligro que no fueron acabadas de manera fructífera, por lo que un empate insuficiente acabó campeando en el luminoso.

Primeras jornadas con un rol distinto

Las primeras semanas del presente campeonato transcurrían prácticamente sin ningún tipo de aportación por parte de Juan Carlos, en gran parte propiciado por las buenas formas expuestas por la escuadra grancanaria. La UD Las Palmas se gustaba jornada tras jornada ante rivales que no podían plantarle cara y, fruto de ello, el conjunto amarillo pudo afrontar un total de 17 semanas de manera consecutiva encaramado en la mejor posición de la tabla clasificatoria.

Valerón como suplente durante la primera jornada ante la Llagostera / LFP

De este modo, el portador del dorsal número 21 no parecía entrar en los planes del técnico catalán. Los insulares atravesaban un camino de rosas que parecía acabar en la Primera División y la labor de éste quedaba destinada en comenzar a gestar los triunfos dentro del mismo vestuario, pues futbolistas de la talla de Valerón saben utilizar perfectamente sus vivencias durante la amplia trayectoria profesional para instruir a jugadores noveles a los que, la ansiedad, les puede llevar por el mal camino.

Su participación quedaba anulada, salvo en los encuentros correspondientes a la Copa del Rey, donde el cuadro grancanario logró llegar hasta los dieciseisavos de final del prestigioso torneo, hasta que el Celta de Vigo despojó a los insulares de cualquier sueño por seguir superando rondas. Por su parte, en el campeonato liguero, el jugador grancanario prácticamente no parecía tener acomodo dentro de un equipo que, con el paso de las jornadas comenzó a atascarse y, finalmente, éste se vio obligado a quitar el polvo de su brújula, que sigue dando momentos de gloria en Gran Canaria.

Un as bajo la manga de Herrera

Después de 35 jornadas disputadas hasta el momento en la Liga Adelante, Juan Carlos Valerón no ha entrado en los planes del técnico catalán para formar parte de ninguna formación titular. El futbolista natural de Arguineguín tiene su rol enfocado a utilizar su veteranía para apaciguar los ánimos dentro de un vestuario que, durante el encuentro ante el Real Valladolid, volvió a demostrar que la ansiedad de la actual situación le lleva por el peor de los caminos. A la Unión Deportiva le pudieron las circunstancias y no fue capaz de aprovechar las numerosas acciones de carácter ofensivo de las que dispuso ante el cuadro pucelano, por lo que el ascenso directo se aleja más que nunca para los palmenses.

No obstante, la labor del "21" amarillo no queda ahí, pues éste se ha postulado como un as bajo la manga de Paco Herrera. El máximo responsable técnico amarillo siempre encuentra en Valerón a una pieza que sirva para activar los engranajes saturados dentro de su mecanismo circulatorio, ya que su facilidad para distribuir el balón con notorio criterio sigue estando intacta pese a sus 39 años de edad. Si el partido está atascado, su varita mágica aparece en el momento más indicado para cambiar la situación sobre el césped de un equipo que, por momentos, se muestra con una imagen impropia por lo visto con anterioridad.

Los minutos que Valerón contabiliza sobre el terreno de juego son cronometrados tácticamente por un Paco Herrera que, en todo momento, demuestra saber visualizar en qué circunstacias utilizar su aportación, pues así lo ha expuesto durante la totalidad del campeonato. El técnico catalán encuentra en éste a un complemento idóneo que intente facilitar el último pase a un equipo que asume el control del juego cuando tiene que hacerlo pero, en numerosas ocasiones, la falta de profundidad le acaba condenando. Para ello, el de Arguineguín ha vuelto a sacar su brújula para señalar el camino a los amarillos, un instrumento que con el tiempo no ha visto su funcionamiento alterado.

Exhibición ante el Mallorca para vencer

La figura de Juan Carlos Valerón es durante el presente campeonato un diamante en bruto que reluce con total brillantez durante los peores momentos, y ante el Real Mallorca el cuadro palmense atravesó uno de ellos. El conjunto bermellón consiguió adelantarse en el marcador gracias a un gol materializado por Arana, mientras que posteriormente, la impotencia amarilla hizo acto de presencia para que la falta de puntería se acentuara y los minutos transcurrieran con derrota momentánea en el marcador.

No obstante, la carta de mayor valor dentro del naipe barajado durante el encuentro estaba en poder de Paco Herrera, que decidió poner sobre la mesa al prestigioso futbolista grancanario y éste saltó al terreno de juego como viene siendo habitual. Una sonora ovación le recibió a su salida al césped, donde el marcador en contra no pareció suponerle ningún tipo de problema para guiar a sus compañeros hacia un nuevo triunfo.

El de Arguineguín se posicionó en una demarcación más adelantada que Culio y Hernán para facilitar un último pase que ni el argentino ni el de Zárate habían encontrado hasta el momento, por lo que minutos después, el encuentro dio un giro radical. Valerón ingresó en el terreno de juego con una pócima mágica que llevó a Las Palmas a contabilizar un nuevo triunfo, pues colaboró con el tanto del empate tras visualizar notoriamente bien el desmarque de Nauzet Alemán en banda derecha, mientras que cuando el partido parecía llegar a su fin, un envío suyo para Sergio Araujo acabó con el argentino siendo derribado dentro del área y Momo cambiando la pena máxima por el gol de la victoria.

Su brújula volvió a ser utilizada ante el Valladolid

Durante el pasado domingo, una nueva jornada con amenaza de derrota fue protagonizada por la Unión Deportiva Las Palmas. El cuadro grancanario no pudo materializar las acciones de carácter ofensivo con las que contó durante el primer acto y, un error de Casto a la hora de calcular su salida para despejar por alto acabó con Dani Castellano introduciendo el balón en su propia portería. Los de Pucela se adelantaban y las opciones de ascenso directo se nublaban más de lo esperado para un equipo que atraviesa un bache prolongado desde hace varios meses.

Valerón durante el encuentro del pasado domingo ante el Real Valladolid / LFP

De este modo, el tanto visitante sirvió para que Paco Herrera moviera sus fichas sobre el tablero de manera inmediata, ya que Ortuño y Momo fueron reemplazados por Guzmán y Valerón, mientras que a raíz del gol, Jonathan Viera cubriría la totalidad de las sustituciones. La salida del jugador de Arguineguín al terreno de juego fue diferente a las demás, pues el ambiente encrispado que se vivía en la grada debido a la impotencia del cuadro grancanario impidió que éste recibiera la ovación que biene siendo habitual. No obstante, ésto no sirvió para evitar que el mago sacara su varita e hiciera lo que mejor sabe: guiar a sus compañeros.

El "21" ingresó en el terreno de juego y, pese a que no colaboró en la acción del gol, el equipo amarillo puso las tablas por mediación de Sergio Araujo solamente cinco después de que saltara al césped. Posteriormente, Juan Carlos volvió a dar una exhibición en el recinto de Siete Palmas, pues se adueñó de la posesión y sirvió para que Las Palmas contara con mayores acciones de carácter ofensivo sobre el área visitante, ya que una magnífica asistencia a Guzmán a punto estuvo de suponer el tanto de la victoria. El últlimo cuarto de hora de partido fue suyo, pero la falta de acierto provocó que el empate acabara campeando en el marcador, enturbiando así las opciones de ascenso directo para la Unión Deportiva.