El enfermo ha mejorado. A pesar de sumar su séptima jornada consecutiva sin ganar, la UE Llagostera dejó en éste partido un regusto muy agradable, de esperanza. Las medicinas suministradas por el doctor Oriol Alsina, parece que empiezan a dar resultados. La actitud ha cambiado y el paciente parece que intenta levantarse de la cama. Pero la enfermedad del Llagostera es grave y aún es pronto. Dependerá mucho su evolución de que la suerte deje de ser tan esquiva para el equipo catalán.

Las numerosas bajas del conjunto de la Costa Brava, obligan cada semana a hacer un milagro al entrenador. Pequeñas lesiones o expulsiones como la de Escassi en tiempo de descuento (con una amarilla hubiera bastado), condicionan cada semana la estrategia y la propia alineación de Alsina. Un puzle semanal que repercute directamente en los movimientos del equipo, en la ejecución de su juego, en la continuidad y en la moral.

Todos los equipos del campeonato cometen errores durante un partido, pero los errores del Llagostera casi siempre cuestan un gol. Y cuando un balón de los catalanes tiene que ser gol, no lo es. Pero la actitud de los futbolistas ha mejorado.

El CD Lugo es un conjunto fuerte, alto, robusto. Además juega muy bien al fútbol y dispone de jugadores de mucha calidad. Buscan constantemente las triangulaciones en el centro del campo y aseguran un nivel de posesión de balón muy alto. Crean peligro por alto y por bajo. En Palamós, no fue una excepción.

Los visitantes salieron al campo desde el principio mandando. Tenían la pelota y no tardaron en crear peligro. Iriome tuvo en sus botas el primer gol, pero René estuvo muy seguro. A los diez minutos, el Lugo ya había rematado tres veces. La sensación era de que el gol gallego estaba a punto de caer. Pero poco a poco, el Llagostera pasó de ser comparsa a ser protagonista. Juanjo, Natalio (que debutaba en los locales) y Benja, comenzaban a crear ocasiones de peligro sobre la meta de José Juan. Ríos Reina se comía su banda y volvía loca a la defensa gallega. 

A la media hora, el partido era ya un correcalles con acercamientos de los dos equipos, sin miedo a perder. Caballero estrelló un balón en el palo de René tras un remate desde el punto de penalti. Y Samu convertía cada saque de banda en un suplicio para la defensa del Lugo. Incomprensible que la primera mitad acabara sin goles.

Decididos a por la victoria

En la segunda mitad, el conjunto local salió con otro aire. Pitu controlaba el medio campo, escoltado por un imperial Tébar, que dentro de poco (si no ya) se convertirá en imprescindible para el equipo. Natalio se movía como pez en el agua y abría constantemente espacios a sus compañeros. Juanjo y Benja se dejaban el alma por cada balón en una lucha titánica contra las dos torres gallegas. Aimar conectaba por banda con Natalio. El juego fluía. El gol estaba a punto de llegar.

El CD Lugo ya no encontraba espacios y se sentía presionado y acorralado en su campo, cada vez más. Aún así no renunciaba a salir a la contra, pero a esas alturas el Llagostera ya estaba en modo "al ataque" y no daba opciones a los gallegos.

Pitu y Ríos, partidazo de ambos, dejaron su lugar a Emilio y Querol. Aún más presión y velocidad que desencadenaron otras tres ocasiones locales. Natalio aprovechó una dejada de Aimar para chutar y forzar a José Juan a realizar la parada del partido. El propio Natalio tuvo en sus botas el gol, pero la defensa la sacó bajo palos. Después Benja se plantó sólo ante el guardameta pero en el último instante le rebañaron la pelota cuando ya casi se cantaba el gol.

A pesar de no encontrar esa fortuna de cara a portería, la actitud del equipo fue muy buena hasta el final. Pero justo antes del final, otra mala noticia para Oriol Alsina. Escassi golpeó a David Ferreiro, que se marchaba sólo hacia portería y ante la aparatosa sonoridad de la patada, el árbitro le expulsó con roja directa. Otra baja más para la próxima jornada. 

La receta para éste enfermo está muy clara para el doctor: actitud, presión, lucha y coraje. La suerte cambiará sóla.