Sergi Darder ha trabajado duro durante los partidos que Bernd Schuster dejó de confiar en él para mover los hilos del equipo junto a Tissone en el medio del campo. Camacho parecía haberle comido la tostada pero en el cuentro de ayer en Barcelona, Darder fue de nuevo titular y cuajó una actuación imperial a la que sólo le falto el gol, si un disparo suyo durísimo llega a entrar. "Le pego desde donde sea, ya entrará", reconocía el jugador. 

El rostro del centrocampista balear al término del partido denotaba la satisfacción del que se siente importante, además de la ambición por seguir creciendo y aportando su granito de arena al equipo:  "Estoy contento. El míster ha vuelto a confiar en mí, trabajo para jugar y no salir. Por suerte he entrado otra vez. Estoy contento por el punto, a hacerlo mejor el domingo ante el Betis", señaló Darder.

No pierde la confianza en este equipo, pese al bache de resultados en el que está sumido el cuadro de Martiricos: "Sabíamos que el Espanyol lo iba a poner poner difícil. Es un punto importante. Hay que olvidar los partidos anteriores y volver al principio. Los goles y victorias llegarán", aseguró.

Pese a jugar contra su exequipo, Darder barrió para casa y no dudó en decir que " fue emotivo jugar contra el Espanyol, pero Málaga es mi casa y espero estar el máximo tiempo posible aquí". Toda una declaración de intenciones de un jugador que aspira a echar raíces en La Rosaleda y con las miras muy altas.