Una de las imágenes más llamativas que dejó el encuentro del Málaga en Vallecas fue la falta de un responsable técnico en el banquillo malaguista, un hombre al que los jugadores pudieran agarrarse, consultar una táctica, o simplemente corregir alguna posición en un momento dado. 

Schuster cumplió en Madrid el primero de los dos partidos de sanción que arrastra tras su expulsión la pasada semana en el derbi ante el Sevilla. El alemán vio el encuentro de sus hombres en Vallecas desde una cabina de prensa, acompañado de Fabio Celestini, su segundo entrenador. Con el bávaro castigado y su mano derecha con el título provisional de entrenador caducado, la responsabilidad en el área técnica parecía recaer sobre Carlos Cascallana y Ángel Mejías, preparador físico y entrenador de porteros, respectivamente.

Pero no fue así, en absoluto. Durante los noventa minutos que duró el esperpento y pobre partido del Málaga, no hubo ni rastro de un responsable técnico y tanto Cascallanas como Mejías permanecieron sentados en el banquillo sin hacer aspaviento alguno, dejando en manos de los jugadores la autogestión del partido.

Al ser preguntado por ésto en la rueda de prensa posterior, Schuster se mostró enojado y restó importancia al hecho, argumentando que "estaba todo hablado y bajo control". Pero lo cierto es que los jugadores parecían perdidos durante muchos minutos, giraban la cabeza mirando a la banda para encontrar solución pero allí no había ningún entrenador. Ante la Real Sociedad el lunes, Schuster cumple su segundo partido de sanción y se prevé que la situación siga siendo igual de caótica y rocambolesca.