Siempre alejado de los focos, de lo mediático, de los primeros planos, Javi Gracia aterriza en la Costa del Sol con el objetivo de comandar la nave blanquiazul y devolver al Málaga CF a la senda del éxito, aparte de con el convencimiento y casi obligación de recuperar la ilusión de una hinchada que ha vivido el último año con más sombras que luces y más decepciones que alegrías.

Hombre de pocas palabras, este técnico, natural de Pamplona, basa su manera de concebir el fútbol en el trabajo a destajo y sin estridencias ni salidas de tono. Puesto a comparar, el perfil de Javi Gracia choca de frente con el estilo del anterior inquilino del banquillo malaguista, Bernd Schuster, acostumbrado a desenvolverse como pez bajo el agua ante la presión mediática.

A sus 44 años de edad fue el segundo técnico más joven de la pasada campaña en Liga BBVA, solo superado por el entrenador del Almería Francisco Rodríguez.  Pese a su juventud, Gracia acumula una ya una importante lista de equipos a los que ha entrenado.  A destacar, los dos ascensos logrados a Segunda con el Cádiz en 2009 y a Primera con Almería en 2013. Su debut como míster se produjo en el Pontevedra CF. También, como muchos otros ‘colegas’ de profesión, adquirió experiencia y aprendió en su paso por equipos de la liga turca como el Olympiakos Volou o el Kerkyra.

Los dos lunares en la carrera de Gracia como entrenador son su destitución como técnico del Villarreal ‘B’ en 2011, cuando el equipo solo logró sumar seis puntos de los últimos 39 y el reciente y conocido por todos descenso de categoría con el equipo de su tierra y del que él mismo confiesa ser aficionado, el CA Osasuna, al que llegó en septiembre de 2010 tras la marcha de su predecesor, Mendilibar.

Vivir por y para el fútbol

Javi Gracia pertenece a esa nueva hornada de técnicos españoles jóvenes, como ya el mencionado Francisco. De esos que le dedica una pasión desmedida al fútbol y se esfuerza día tras día por sacar el máximo partido a su plantilla. Los que han trabajado con él dicen que se trata de un analista a conciencia del fútbol, además de reconocer que no deja ni un detalle por pulir de sus rivales.

Javi Gracia es un hombre tranquilo y de club, un estudioso del fútbol En la praxis, el técnico navarro no entiende el fútbol sin pelota. A partir de la posesión y mimo del esférico empieza y acaba su idea futbolística. Se ataca y se defiende con el balón. Llevó al Almería a Primera poniendo en liza un fútbol atractivo, en el que mezclaba la veteranía y oficio de hombres como Soriano o Corona con la fantasía de futbolistas como Aleix Vidal o Iago Falque.

Su último servicio a Osasuna deja algunas dudas entre la afición malaguista sobre si es el candidato idóneo para ocupar el banquillo de un equipo que quiere y quizá debe aspirar a una plaza europea en los próximos años. No obstante, Gracia es una apuesta personal de Mario Husillos para el banquillo, quien ve en el navarro un hombre de club, con facilidad para adaptarse a lo que se ponga a su disposición y buscar el máximo partido, además de por ser un técnico conocedor y partidario del fútbol base. Los jugadores procedentes de la cantera han estado presentes en prácticamente todos los equipos que ha dirigido, circunstancia que gusta mucho en la zona noble de Martiricos.

A favor del nuevo técnico cabe destacar que tendrá plenos poderes para proponer nombres que confeccionen la nueva plantilla del equipo, situación que no pudo darse en Osasuna, donde llegó con una plantilla diseñada a imagen y semejanza de Mendilibar.

En Málaga tendrá dos años por delante para plasmar y llevar a la práctica su impronta futbolística y corresponder a la dirección deportiva la confianza depositada en él, en el reto más ambicioso que se le ha presentado hasta la fecha como entrenador. No es tarea fácil pero lo que es seguro es que por trabajo y voluntad, no será; de eso Javi Gracia va sobrado.