Málaga y Rayo se veían las caras en el duelo correspondiente a la jornada número nueve de la Liga BBVA. El partido se presentaba como una pugna igualada entre dos combatientes a los que solo un punto les distanciaba en la tabla clasificatoria. Los dos conjuntos querían continuar con el vuelo desplegado en anteriores jornadas con el objetivo de escalar puestos.

La Rosaleda se vistió de gala para la batalla, siendo la mejor entrada del estadio malacitano en lo que llevamos de competición. Tras un minuto de silencio en memoria de Juan Cortés, el esférico echó a rodar y tan solo 20 segundos de juego fueron suficientes para que los locales pusiesen por primera vez en peligro al plantel de Vallecas. Antonio Amaya se cruzó de forma providencial en el disparo de Samu Castillejo para evitar el que pudo haber sido el primer tanto malaguista.

Vendaval en La Rosaleda

El equipo de la Costa del Sol entró muy inspirado al choque y en apenas cinco minutos generó las ocasiones suficientes para poner en aprietos a la escuadra de Paco Jémez. El tanto se estaba cocinando y Samuel, que volvía a la titularidad después de la gran imagen mostrada en la pasada jornada ante el Córdoba, recibió un balón escorado a la banda, se perfiló y soltó un zurdazo magistral con el que el equipo de Javi Gracia consiguió ponerse por delante. 

El Málaga sacó a relucir todas las virtudes del proyecto Javi Gracia

Tras el tanto inicial, los malacitanos siguieron disfrutando de numerosas ocasiones para ampliar la ventaja en el marcador. Amrabat se mostró explosivo, cayendo a la banda y ganando la espalda a sus rivales. Hasta seis futbolistas del Málaga se sumaban a la presión, y fue eso, la presión, una de las claves del dominio local. Corría el minuto 20 cuando entre Amrabat y Antunes sirvieron en bandeja un balón a Sergi Darder que con la puntita de la bota remató el pase del lateral portugués para poner el segundo.

El Málaga no bajó los brazos y adelantó la línea de presión, hecho que dificultó la salida de balón del Rayo. Los de Vallecas necesitaron 24 minutos para realizar su primera posesión larga. A Paco Jémez no le gustaba lo que estaba viendo y antes de la media hora de juego realizó su primer cambio. Retiró a Insúa para dar entrada a Aquino. Desde ese momento el equipo franjirrojo planteó sobre el césped una defensa de tres, no tenían nada que perder. 

Con la ventaja de dos, el Málaga atrasó ligeramente la presión y el Rayo buscó el tanto que le metiese en el partido pero en los instantes finales del primer tiempo cayó el tercero de los blanquiazules. De nuevo el gol vino tras una recuperación en el centro del campo que fue a parar a los pies de Amrabat que internó un pase entre líneas a Juanmi quien picó el balón con frialdad ante Toño para ensodar el tercero. La Rosaleda era una aunténtica fiesta. 

Mismo guion 

El inicio del segundo tiempo fue calcado al del primer asalto. Los blanquiazules entraron enchufados y una falta botada por Antunes terminó con un remate de cabeza de Camacho que se estrelló en el larguero. La jugada quedó anulada por posición ilegal, pero los locales demostraron que no se iban a conformar con una ventaja de tres. 

Amrabat fue sustituido entre aplausos

Dos minutos después, Samuel cayó en el área por un agarrón de Amaya y Álvarez Izquierdo decretó la pena máxima. El lanzador desde los once metros no podía ser otro que Amrabat. Al jugador marroquí no le tembló el pulso a la hora de batir a Toño desde el punto de penalti y poner el definitivo 4-0.

Los dos equipos agotaron sus cambios, entraron Recio, Horta y Santa Cruz por parte del bando local y Jozabed y Manucho por el lado visitante, pero la sentencia ya estaba dictada. El Málaga supo sacar a relucir todas las virtudes del proyecto Gracia. Desde muy pronto el Rayo se vio lejos del marcador y no tuvo el peso necesario como para invertir el mal comienzo de partido. Amaya, con un dedo del pie roto, evitó una goleada mayor. Con esta victoria la escuadra de Javi Gracia logra consolidarse como equipo e iguala el registro de Manuel Pellegrini de tres victorias consecutivas, algo que no se logró en la era Schuster. 

Partido cómodo, victoria clara y un equipo con mucho futuro. Los malacitanos se sitúan momentaneamente en séptima posición, con 15 puntos, a la espera de que finalice la jornada dominical de fútbol. El Rayo se marcha a Vallecas con 11 puntos en su casillero.