El Málaga vuelve a quedarse una vez más en cuartos. Como si de una maldición de Béla Guttmann se tratase, el conjunto entrenado por Javi Gracia vuelve a quedarse en el mismo sitio en el que se quedó el de Pellegrini tanto en Champions como en Copa.

Y para muchos malaguistas, el partido en San Mamés vuelve a tener el mismo protagonista que tuvo el del Signal Iduna Park, el árbitro, que anuló un gol legal a Javi Guerra y que midió con doble rasero las faltas de uno y otro equipo, dejando pegar más y más duro al Athletic que al Málaga.

Si bien es cierto que lo del árbitro influye, no es menos cierto que el Málaga en 2015 no ha vuelto a encontrar el punto de frescura y dinamismo que alcanzó a finales de 2014 y eso, en partidos a vida o muerte como el de ayer, se nota, ya que el equipo no inquietó la meta de Iago Herrerín prácticamente en todo el partido y así es difícil, por no decir imposible, pasar una eliminatoria, con un tiro a puerta en 180 minutos.

El mejor de la primera parte del Málaga fue el guardameta, Ochoa, que salvó al equipo con dos paradas extraordinarias. La primera en una llegada por banda izquierda de Balenziaga, que centró al segundo palo donde Susaeta vio cómo llegaba De Marcos, al que le dejó un balón que el "10" del Athletic remató ajustado abajo y obligó al guardameta mexicano a sacar una mano espectacular; la segunda, en una jugada que acabó en un gol anulado a Susaeta, pero en la que previamente Aduriz había rematado en el corazón del área obligando a otra demostración de los reflejos felinos que atesora el “Memo”.  

Poco más pasó en el primer acto, mucho respeto entre ambos equipos, mucho miedo a encajar un gol, pero con la sensación de que el Athletic rondaba más el área malaguista, que no sabía cómo inquietar la meta del conjunto local.

Esa sensacion se certificó en el comienzo de la segunda parte, que empezó de la peor forma posible para el Málaga. De una falta a favor que atrapó fácil el guardameta, nació una rápida contra del Athletic que inició Herrerín sacando rápido a Beñat, que condujo el balón y abrió a banda derecha para Susaeta. El de Eibar controló y condujo el esférico hasta que pisó área donde estaba Aduriz esperando el pase de la muerte para simplemente empujar el balón al fondo de las mallas.

Tardó poco el Málaga en devolver el golpe, exactamente cuatro minutos en responder al gol del Athletic. Antunes metió un centro al área que remató Javi Guerra en el segundo palo a gol tras superar a Herrerín con un remate cruzado, pero el linier señaló fuera de juego de Juanmi, que lo estaba al comienzo de la jugada, pero al que el balón le pasa por encima claramente. Lo único que puede interpretar el linier es que Juanmi haga por ir al balón, lo cual es más que dudoso, porque Javi Guerra entra en posición correcta sin duda alguna. El gol parece legal a todas luces vistas las repeticiones.

Ahí acabó el partido. Los jugadores del Málaga se fueron desquiciando con el paso de los minutos, a medias por un gol que creían más que justo, a medias porque seguían viendo que el árbitro permitía más a unos que a otros, el Athletic seguía teniendo el listón de amarillas bastante más alto.  

Javi Gracia movió el banquillo y metió a los dos Samus, Castillejo y García, por Horta y Juanmi, desaparecido desde que volvió de la lesión, pareciera que ha perdido el ritmo y no terminase de volver a cogerlo, cosa que el Málaga sufre porque necesita de la calidad del coineño, y subió la línea de presión intentando incomodar la salida de balón del Athletic, pero sólo llegaba con peligro a la portería de Herrerín en contadas ocasiones, como en un disparo de Camacho desde fuera del área que se fue lamiendo el poste derecho o el primer y único tiro a puerta del Málaga en toda la eliminatoria, con Samuel de protagonista cuyo chut fue muy centrado y fácilmente atajado por el portero local.

El Málaga presionó y embotelló al Athletic en los últimos diez minutos, gastó el último cambio en un gran lanzador como Duda, que entró por Recio, pero no logró ninguna ocasión a pesar de tener varios córners a favor.

Es difícil que se vuelva a tener una oportunidad tan clara de alcanzar unas semifinales de Copa del Rey, como la que ha tenido el Málaga esta temporada, en la que sólo ha faltado un gol para disputar la ronda previa a la gran final frente al Español, que eliminó al Sevilla contra todo pronóstico. La maldición de los cuartos sigue viva, ¿quién habrá sido el Béla Guttmann del conjunto blanquiazul? En cualquier caso, para romper la maldición habrá que esperar, como mínimo, hasta la próxima temporada.