Se veía venir. Los últimos partidos del Málaga no recordaban a los del principio de temporada, cuando el equipo de Javi Gracia no solo ganaba, sino que desplegaba un buen fútbol y era claramente superior al rival. La racha de ocho partidos sin ganar ha hecho que los andaluces pierdan la séptima plaza, aquella, que si el FC Barcelona gana la Copa del Rey, da acceso a disputar la previa de la UEFA Europa League.

El segundo objetivo

Desde el inicio de la temporada, Javi Gracia ha tenido muy claro cuál era el objetivo principal. No solo él lo tenía claro, sino que lo ha transmitido a la perfección a sus jugadores. La permanencia se antojaba fundamental para el devenir de la temporada. Conseguir un buen colchón de puntos lo más rápido posible, era la preocupación del club de La Rosaleda.

Gracias a una primera vuelta espectacular, el objetivo estaba más que cumplido, por lo que una nueva ventana se abría. Una ventana que permitía mirar directamente a Europa. Una ventana que mostraba la UEFA Europa League.

La victoria en Córdoba ante el conjunto califal por 1-2 en la jornada ocho situaba al equipo en la 8ª posición, a solo un paso de poder ocupar una séptima plaza, que con el transcurso de la temporada, podría dar acceso a la previa de la segunda competición europea. Solo una semana más tarde, la goleada por 4-0 al Rayo Vallecano, impulsó a los andaluces a esa séptima plaza.

No obstante, el objetivo era seguir subiendo, y las victorias ante Real Sociedad y Eibar, dieron la posibilidad de ocupar la 6ª plaza al equipo blanquiazul. Con esta posición, no hacía falta hacer cábalas para jugar la UEFA Europa League, ya que en España, el sexto clasificado juega dicha competición.

A partir de la jornada 13, el Málaga ha sido 7º.

Sin embargo, la derrota ante el Atlético de Madrid en el Vicente Calderón y el triunfo del Real Madrid en La Rosaleda, hicieron descender a los jugadores de Javi Gracia un puesto en la tabla clasificatoria. Así pues, en la jornada 13ª, el Málaga era 7º, puesto que no iba a perder hasta la jornada 35.

Mantener esta posición de privilegio no iba a ser fácil. Los buenos resultados se volvieron a dar, y las victorias ante Deportivo de La Coruña, Celta y Elche abrían brecha con sus perseguidores. Fue entonces cuando llegó un pequeño bache en la temporada. La sorprendente derrota en casa ante el Almería, el empate en El Madrigal, la derrota ante el Sevilla y el empate en San Mamés, dejaba escapar unos preciados puntos que hubieran aupado al equipo boquerón aún más en la tabla.

Segunda vuelta descendente

Precisamente, ese partido en San Mamés, suponía el inicio de la segunda vuelta de la Liga BBVA. El equipo era séptimo, con la permanencia asegurada y con una confianza por las nubes. Todo hacía pensar que manteniendo la línea de la primera parte de la competición, el equipo iba a tener muy fácil ocupar un puesto europeo.

Además, otra posibilidad se abría en marzo. El Athletic Club, tras apear de la competición copera al Espanyol, iba a disputar la final de la Copa del Rey ante el FC Barcelona, que había eliminado al Villarreal. Si el equipo catalán ganaba el título, al tener plaza para la Champions League, la séptima posición iba a dar acceso a la previa de la UEFA Europa League. No ocurriría lo mismo si lo hacía el equipo vasco, ya que al no estar ocupando posición europea en la tabla, serían ellos quienes jueguen la previa.

Hubo diez puntos de diferencia con el 8º.

Aún así, sin dejar tiempo para conjeturas mentales, los de Javi Gracia querían clasificar por ellos mismos. Los partidos se sucedían, los resultados acompañaban y se llegaba a la jornada 16ª con diez puntos de ventaja sobre el octavo clasificado, la máxima diferencia de toda la temporada.

El empuje continuaba y victorias importantes llegaban al club, como el triunfo ante el Valencia por 1-0 o la victoria por la mínima en el Camp Nou ante el FC Barcelona. Así pues, a diez jornadas para el final de la liga, todo se ponía de cara. O eso parecía.

Partido ante el Rayo Vallecano (Foto: Beatriz Cobos. VAVEL.com)

Fue en la jornada 28, cuando el Málaga perdió ante el Rayo Vallecano 1-0 en el Estadio de Vallecas. Esta derrota se achacaba a la mala imagen que estaba dando el equipo lejos de La Rosaleda, pero nada tenía que ver con eso. Una racha de ocho partidos sin ganar, han echado por tierra una magnífica temporada en la competición doméstica.

Tras la derrota ante el Rayo Vallecano, el equipo de la Costa del Sol empató ante la Real Sociedad en casa, perdió contra el Eibar en Ipurúa y tenía que medirse ante Atlético de Madrid, vigente campeón de la competición, y Real Madrid, que luchaba por ocupar la primera posición. Un empate rojiblanco sobre la bocina y una gran imagen en el Santiago Bernabéu, hacían que el equipo sumara un punto de los seis posibles, pero dejaban unas sensaciones positivas para recibir al Deportivo de La Coruña.

Sin embargo, tras adelantarse en el marcador por medio de Amrabat, Oriol Riera situaba un empate en el marcador que hacía escapar dos puntos de La Rosaleda. Ya entre semana, un nuevo enfrentamiento ante un cuadro gallego se acercaba. Visitaban el Estadio de Balaídos para caer derrotados ante el Celta de Vigo en el último minuto. La imagen del equipo era más preocupante y el partido ante el Elche se antojaba vital.

Una vez más, sin tiempo para reaccionar, el equipo dominó la primera mitad, pero una contra de manual del conjunto de Fran Escribá, ponía en ventaja a los visitantes. El penalti errado por Duda y los goles anulados, minaron la confianza de un equipo que recibió el segundo tanto en el minuto 89. Solo en el tiempo de descuento, Javi Guerra pudo acercar al Málaga en el marcador, pero era demasiado tarde. El colegiado pitó y los tres puntos viajaron hasta Alicante.

Sin lugar a dudas, la racha de resultados no es esperanzadora, pero la pérdida de la séptima plaza 22 jornadas después lo es mucho menos. El Athletic Club, que ha venido haciendo una temporada opuesta al club andaluz, está terminando mejor el campeonato y, tras el empate del Vicente Calderón, se ha hecho con la última plaza que da acceso a la UEFA Europa League si la final de Copa del Rey lo permite.

Aún así, quedan tres partidos de Liga BBVA, en los que el Málaga tiene que viajar a Almería y Villarreal para recibir en la última jornada al Sevilla, en lo que será un derbi andaluz por todo lo alto. La empresa se antoja complicada, pero las esperanzas no pueden decaer después de la gran temporada que han hecho los jugadores y el técnico del equipo de La Rosaleda.