Una derrota más y ya van tres en las cinco jornadas disputadas en la presente Liga BBVA. Los pupilos de Javi Gracia tampoco consiguieron imponerse al Villarreal de Marcelino y ya solo vislumbran por debajo en la clasificación al Sevilla en un descenso cuyas posiciones están ocupadas por tres de los cuatro conjuntos andaluces. Presisamente el Betis, recién ascendido esta campaña, es el único de los cuatro que navega por posiciones más tranquilas y con un partido menos.

Por si fuese poco, el único tanto anotado por los blanquiazules en el presente curso liguero ha llegado de la peor forma posible para los intereses del Málaga CF. Y es que Tissone, en el minuto 70, cabeceó el esférico al fondo de la portería custodiada por Kameni ante la mirada atónita del camerunés. Un portero que únicamente ha recogido el balón de dentro de las redes en tres ocasiones, haciendo de su equipo el tercero menos goleado en el arranque liguero. Pero en este caso, una buena defensa no es un buen ataque y la falta de gol del club costasoleño preocupa a los aficionados.

La afición pierde la paciencia

Unos aficionados que en varios momentos del encuentro manifestaron su desconcierto y preocupación con pitos y abucheos hacia algunos de los integrantes de la plantilla. El graderío siente que este bloque puede aportar más de lo que da actualmente y por ello necesita que los resultados lleguen cuanto antes.

El último triunfo liguero llegó ante otro andaluz precisamente, el Córdoba CF. Los de Javi Gracia vencieron el 15 de marzo por 2-0 a los blanquiverdes y desde entonces La Rosaleda no ha vuelto a saborear una victoria. Incluso, hace demasiado tiempo que los seguidores del Málaga no pueden celebrar un gol en casa. Los últimos se anotaron ante el Sevilla la temporada pasada allá por el 23 de mayo. Tantos que de hecho no sirvieron ni para puntuar en aquel final de Liga tan poco productivo.

La afición necesita del fútbol y de su salsa, los goles. Las gradas de La Rosaleda quieren cambiar los pitos del partido ante el Villarreal por aplausos. Los simpatizantes malaguistas buscan menos promesas y más hechos. El Málaga debe dar un giro de 360º a la situación para que el futbolista más aplaudido del encuentro no vista la camiseta del conjunto rival, como ha ocurrido con Samu García.

En definitiva, el club blanquiazul tendrá que dar el todo por el todo para revertir una situación que de continuar así puede volverse insostenible.