En la temporada de las malas noticias, la de la eliminación de Copa del Rey fue una de las más duras que tragar. El conjunto blanquiazul no atravesaba (y no atraviesa) una buena situación en Liga. Al borde del descenso y con tan solo cinco goles a favor en todo el campeonato sumado al no haber ganado lejos de La Rosaleda. El torneo copero se antojaba como el punto y aparte, el oasis del club costasoleño en medio del desértico paraje que suponía la Liga, una competición para salvaguardarse del mal sabor de boca y poder demostrar el verdadero potencial de esta plantilla.

Un derrota en Anduva por 2 a 1 hizo presagiar el mismo destino para los malacitanos, pero la victoria con remontada incluida ante el Rayo en Vallecas provocó la alegría contenida de los aficionados, que veían posibilidades de ganar la eliminatoria. Sin embargo, el 0 a 1 y el pésimo juego de los malaguistas desbarataron toda opción de machada. Para vislumbrar la última ocasión que sucedió esto, no hace falta echar demasiado la mirada atrás, tan solo dos años desde que otro equipo del Norte, el Osasuna, apeara al Málaga. Una de las más apasionantes eliminatorias de dieciseisavos de final que pusieron la salsa en el poco movimiento que resultó aquel año la primera ronda de la fase final.

En la ida, los blanquiazules desperdiciaron un valioso 3 a 0 con el que llegaron a la primera parte, gracias a los goles de Sergio Sánchez, Antunes y Juanmi. En el equipo de por aquel entonces militaban Jesús Gámez, Tissone, Camacho, Angeleri o Eliseu, grandes futbolistas de los que muchos de ellos continúan a los servicios del club. La ventaja de los andaluces daba por sentenciada la eliminatoria, pero Torres, Onwu y Armenteros lograron una remontada de tintes épicos que ponía muy dura la vuelta en El Sadar.

Bernd Schuster, el por aquel entonces técnico malaguista, dispuso a sus mejores jugadores para enfrentarse a este difícil reto, pero pronto se torció el partido, y en el minuto uno, Weligton se metía un gol en propia puerta que obligaba a los costasoleños a endosar dos goles a los navarros. Pese al gol de Eliseu en el minuto 60, y a los sucesivos intentos de Sergi Darder, Morales y Portillo, el resultado final fue de empate 1-1 (4-4), en el que el valor doble de los goles dio el pase al Osasuna. Un libro cerrado al que tristemente se le añadió un capítulo más el pasado miércoles.