El Málaga CF podría conseguir su tercer triunfo consecutivo en la presente Liga si logra imponerse al Levante en el Ciudad de Valencia. Una noticia difícil de asimilar debido al mal bagaje de los andaluces durante la primera mitad de campeonato. No obstante, la dinámica es distinta, ahora el trabajo y el esfuerzo se ha visto recompensado por los resultados y la confianza en el potencial de los integrantes que conforman la plantilla. Con la reincorporación de Camacho, el conjunto de Javi Gracia ha dado un vuelco a su imagen y desde entonces ha cosechado buenos resultados ante rivales muy difíciles.

Ante el Rayo Vallecano se consiguió una victoria importantísima a varios niveles. En el más bajo, por ser una victoria que insertaba cierta tranquilidad en Los Martíricos por la lejanía de la última vez que se lograron los tres puntos y la mala racha de resultados. De por medio, supuso el reencuentro del Málaga luchador en esta Liga, aquel capaz de remontar un partido con autoridad cuando este es adverso. Y en el más alto, la victoria a domicilio, una  quimera que la que el club debía desquitarse lo antes posible para que los viajes fuera de la provincia no fueran meros paseos turísticos, sino una salida en busca de tres puntos vitales.

Frente al Atlético de Madrid sobran las palabras. Uno de los equipos en mejor forma del campeonato, que aspiraba a ser líder si vencía en La Rosaleda, y que se quedó a las puertas ante un gran planteamiento táctico que desbarató cualquier plan del Cholo Simeone. Un victoria que sube enormemente el estado anímico de los jugadores malaguistas y que aleja al conjunto de la Costa del Sol de los puestos del descenso. Es el momento de certificar que ha habido un cambio de mentalidad y de juego en Málaga, y una nueva victoria, esta vez contra el Levante UD, sería la guinda a un buen final de año.