Están los jugadores con un gran historial futbolístico a sus espaldas por firmar contratos con una gran diversidad de clubes, pero no por ello son mejores. Ahí tenemos a Camacho, cuya carrera, hasta ahora, ha dejado en su lista particular una situación totalmente contraria. Tan solo dos equipos han sido los que han podido disfrutar de su fútbol.
Ignacio Camacho, nacido en Zaragoza y con 25 años, de padre y hermano vinculados al fútbol, comenzó su andadura por el fútbol profesional en Madrid, concretamente en el Atlético.
La temporada 2007/2008 fue la primera para él en el primer equipo. Su debut fue en Copa del Rey, en un partido ante el Granada 74. Sin embargo, su primer partido en Primera División no llegaría hasta el día 1 de marzo de 2008. Este fue por la puerta grande, pues el rival era, ni más ni menos, que el Barcelona. Camacho recordará su mayoría e edad con más cariño que el habitual, pues un día antes de cumplirla, el 3 de mayo de 2008, marcó sus dos primeros goles con el Atlético de Madrid en Primera división contra el Recreativo de Huelva.
El palmarés particular de Camacho comenzó a coger forma desde el 12 de mayo de 2010. Fue ese día cuando consiguió el que iba a ser el primer título de toda su carrera, pues el Atlético de Madrid fue campeón de la Europa League por 2-1 ante el Fulham. El zaragozano no fue titular en ninguno de los partidos de esta competición, ni siquiera disputó ni un minuto de la final, pero consiguió entrar desde el banquillo en seis ocasiones.
Su siguiente temporada en el Atlético de Madrid comenzó con su segundo título, los colchoneros alzaron la Supercopa de Europa tras ganar 2-0 al Inter de Milán y Camacho ya había conseguido dos títulos internacionales. En esta ocasón, el centrocampista sí pudo participar en el partido, pero no en el juego ni en el resultado, pues sustituyó a Simão en el minuto 90.
Esa fue su última temporada en el Atlético y ni siquiera la terminó. El 28 de diciembre de 2010, el club madrileño traspasó a Camacho al Málaga por una cantidad que rondó el millón y medio de euros. El debut del jugador con su nuevo club también fue en un partido de Copa del Rey, aunque esta vez en un derbi andaluz ante el Sevilla. El Málaga fue eliminado y, tres días después, Camacho debutó en Liga ante el Athletic Club. En ese año, el Málaga terminó en décima posición, salvándose así del descenso.
Su primer gol se hizo esperar y no llegó hasta el 29 de abril de 2012, dándole la victoria a los malaguistas en un partido de Liga ante el Valencia. La participación de Camacho fue menor en esta temporada, sin embargo, la importancia del de Zaragoza en la plantilla se evidenció en los partidos definitivos de Liga, en los que Camacho fue titular. Con esto, el club acabó en cuarta posición y se clasificó para Champions League.
Camacho volvió a Europa y lo hizo con su nuevo equipo y debutó en Champions el 22 de agosto de 2012. El Málaga de Pellegrini, pese a no ser favorito, prometía mucho. Llegaron hasta los cuartos de final y es aquí cuando llega la espinita de los malaguistas. El equipo parecía estar clasificado para semifinales y la afición soñaba, pero los últimos minutos del partido de vuelta ante el Borussia Dortmund fueron algo polémicos. Al margen de las opiniones sobre las decisiones arbitrales, el Málaga fue eliminado por el conjunto alemán y dejó muy buenas sensaciones a nivel continental. Por si esto fuera poco, los de la Costa del Sol acabaron sextos en Liga, pero por una sanción de la UEFA no pudieron entrar en Europa League.
Fue aquí donde, por ahora, acabaron las andaduras de Camacho por Europa, pues el equipo no ha vuelto a clasificarse en estas competiciones. En las temporadas posteriores, Camacho ha seguido siendo una pieza muy importante de la plantilla dirigida actualmente por Javi Gracia. El zaragozano renovó con el club en la temporada 2013/2014 y la mala fortuna de las lesiones ha sido la única que le ha mantenido alejado de los terrenos de juego.
A día de hoy, Camacho es considerado el imprescindible del club. Su ausencia, cuando no está disponible para algún partido, se ha vuelto muy evidente y, en muchas ocasiones, es la bocanada de aire que el equipo necesita desde el centro del campo. Camacho, habiendo superado los 150 partidos con la blanquiazul, es ese jugador que emociona, ilusiona y hace soñar a sus aficionados.