Un partido con mucho en juego para ambos equipos, por parte del Málaga tocaba seguir luchando por alcanzar los puestos de Europa en lo que resta de temporada, mientras que el Athletic seguiría defendiendo la distancia con su sexto puesto con uñas y dientes.

Aunque salieron los equipos bastante nerviosos, el Málaga fue haciéndose poco a poco con el dominio del partido, y es que con Chory y Juanpi por las bandas se iba a crear mucho peligro. Y a pesar de que el conjunto vasco llegaba al área malagueña, no llegaba nunca con ocasiones claras.

Conforme iban pasando los minutos, los blanquiazules iban metiéndose cada vez más en el área de Iraizoz, aunque en ningún momento conseguirían sobrepasar la línea de gol. Y es que ese estaba siendo el problema blanquiazul, las ocasiones se iban sucediendo una tras otra en el área rival pero nunca conseguían marcar.

El único problema que estaba viendo la afición eran las decisiones que tomaba el conjunto de arbitros, con lo que se veían perjudicados ya fuese por tarjetas o por no dejar seguir el juego cuando podían crear peligro.

Entre algunos sustos del Athletic y algunas decisiones criticadas al colegiado, los aficionados de La Rosaleda darían una sonora pitada al final de la primera parte, quedándose el Málaga con la sensación de que se podría ir con mejor resultado.

Una acción que cuesta tres puntos

Desde que salieron por el túnel de vestuario los jugadores, el Athletic salió con otra perspectiva del encuentro, dominando los primeros minutos y eso tuvo sus consecuencias para los blanquiazules.

En una acción a balón parado, Iturraspe pondría un centro muy bueno en el centro del área donde Raúl García fue el más listo de la clase y supo librarse de su defensa para marcar sin ninguna oposición.

Era el primer error del partido de los blanquiazules defensivamente y sería el último en el área, ya que tras este gol se echarían de nuevo arriba, capitaneados en todo momento por Juanpi y el Chory Castro, pero sus acciones por las bandas no eran suficientes para los delanteros, y cuando decidían culminar ellos, siempre se les quedaba el balón en el pie malo y nunca tiraban con fuerza.

Los cambios que Javi Gracia iría introduciendo iban con una intención, sobrepasar la línea de gol como fuese, por lo que arriesgaría dejando atrás a Albentosa solo con Ricca y Miguel Torres, dando entrada a Atsu por Weligton.

Pero la falta de pegada se haría evidente en una acción a menos de quince minutos del final. Charles, en un mano a mano con Iraizoz, vería como su primer tiro no iba a pasar del portero, pero al coger el rechace fue San José quien detendría su segundo disparo, haciendo así evidente esta carencia en el partido.

Los minutos fueron pasando y al llegar al final del partido, se volvió a escuchar una sonora pitada de la afición, quien creía que la mayor parte de la culpa era del colegiado por todas las decisiones que había tomado.

Pero por una cosa u otra, el Málaga ponía así fin a su buena racha de cinco partidos sin perder y quedándose a 12 puntos de los puestos de Europa League, por lo que poco queda que hacer esta temporada a la hora de cumplir objetivos y ya toca ir pensando en qué se podrá hacer de cara a la temporada siguiente.