El partido disputado entre Alavés y Málaga, que concluyó con empate a uno en el electrónico, no solo dejó dudas deportivas tras el pitido final. También saltaron las alarmas en la enfermería malaguista tras la retirada del terreno de juego de Diego Llorente. El gran gol de Roberto Rosales tras un lanzamiento desde 25 metros evitó una nueva derrota malaguista y el acercamiento a los puestos de descenso en la tabla clasificatoria de La Liga.

El central tuvo que salir del campo en camilla tras ejecutar un mal salto que le hizo apoyar mal el pie derecho en la caída. Las sensaciones mostradas por el madrileño no fueron buenas tras el lance y todos los focos estaban puestos en las pruebas médicas que le iban a ser realizadas en la mañana del lunes para ver el alcance de una lesión que se antojaba que podía ser grave.

Sin embargo, tras el análisis de los servicios médicos del club de Martiricos, la lesión ha quedado en un susto. La dolencia tendinosa ha quedado descartada y el central únicamente sufre un esguince  del ligamento deltoideo del pie derecho que le impedirá estar disponible hasta mediados de noviembre, pero que auyenta los fantasmas de una lesión de larga duración que hubiese puesto en problemas el sistema defensivo del Málaga CF con esta baja sensible.

La puesta a punto de Weligton, que todavía no se encuentra disponible para incorporarse al grupo con garantías, hará que Koné tenga que ser titular junto a Mikel Villanueva o Miguel Torres en el centro de la defensa. Las posibilidades son varias, pero Juande Ramos no quiere ver cómo más futbolistas pisan la enfermería. Algo a lo que en las últimas jornadas ha tenido que acostumbrarse debido a las numerosas bajas que se están produciendo desde el arranque de la competición liguera.