El Málaga ha caído ante un Granada al que se volvía a enfrentar a domicilio casi 40 años después. El encuentro partía con objetivos opuestos. Los costasoleños querían los puntos para meterse de nuevo en puestos europeos, mientras que los nazaríes los necesitaban para salir del descenso.

La primera parte fue un continuo intercambio de golpes entre uno y otro, con llegadas por ambos bandos. Los dos querían ganar y así lo hicieron saber desde el pitido inicial.

El primero en dar el aviso fue el Málaga, con un disparo en el primer minuto que se fue alto. Rondón fue el encargado de hacer intervenir por primera vez a Julio César, con un chut blandito que despejó el meta local.

Al contrario de lo que esperaban los malaguistas, fue el Granada el que se fue haciendo con el control del esférico, llegando a superar durante toda la primera parte el porcentaje de posesión, y el que comenzaba a llegar con facilidad al área de Willy.

Uno de los que más peligro creó por parte local fue Dani Benítez. El balear dispuso de dos ocasiones que no llegó a definir bien, aunque la más clara la tuvo Mikel Rico, al rematar un balón a pase de Franco Jara que despejó Willy.

Por parte visitante, Cazorla enganchó un pase de Seba que atrapó el meta granadinista en dos tiempos. Eran minutos de más claridad para los visitantes, que a punto estuvieron de inaugurar el luminoso tras un córner que remató, libre de marca, Demichelis. De nuevo estuvo atento Julio César para blocar bien.

En los compases finales de la primera mitad fue el Granada el que pudo adelantarse, por mediación de Carlos Martins, que probó el disparo desde fuera del área. Unos primeros 45 minutos marcados por la igualdad entre ambos conjuntos y por el protagonismo de los guardametas, que salvaron a sus equipos en más de una ocasión.

Llegan los goles

El comienzo de la segunda parte volvió a dejar patentes las ganas de victoria de ambos conjuntos. Martins volvió a intentarlo desde fuera del área, obligando a Willy a despejar a córner.

La siguiente fue para los visitantes. Una mala cesión de Mikel Rico sirvió para que Rondón se hiciese con el cuero y lo enviase fuera rozando el palo. Precisamente fue Rico el que suplió ese error dando a Ighalo una asistencia que el nigeriano aprovechó para batir a Willy y abrir la lata.

Con el resultado adverso, Pellegrini empezó a mover el banquillo. Sacó a Buonanotte y metió a Duda, que en los últimos encuentros no había contado demasiado para el chileno.

Enseguida se pusieron manos a la obra los blanquiazules para enmendar el resultado, y la intención tuvo recompensa. Una perfecta jugada de combinación acabó con el tanto del empate. Duda dio el pase para Seba, el uruguayo se frenó ante los defensas locales y, en un gran gesto técnico, cedió el esférico a Monreal, que llegó por detrás para poner un balón perfecto que Rondón solo tuvo que empujar.

Los cambios se sucedían en ambos equipos, con Pellegrini dando entrada a Recio por Maresca, y a Juanmi por Seba y Abel Resino, que hizo debutar al recién fichado Henrique Almeida, que entró por Dani Benítez.

El derbi andaluz seguía midiendo las fuerzas de ambos equipos, y de nuevo fue el Granada el que dio el golpe sobre la mesa. Borja Gómez centró el cuero con una medio chilena y Siqueira chutó desde fuera del área. El disparo lo repelió Willy, pero el rechazo le cayó a Íñigo López, que puso el 2-1 a falta de 10 minutos para el final.

El partido se ponía cuesta arriba para los blanquiazules, y fue aún peor cuando expulsaron a Demichelis por roja directa, tras una dura entrada. Los minutos finales estuvieron dominados por las continuas interrupciones y las caídas por parte de los jugadores de ambos equipos.

El Málaga pudo empatar tras un saque de banda que a punto estuvo la defensa local de meter en propia puerta. Sin embargo, el encuentro no dio para más y el 2-1 acabó cerrando el marcador.

El Granada de Abel Resino suma ya seis puntos de seis posibles, lo que le vale para abandonar los puestos de descenso, mientras que el Málaga se queda octavo con 28 puntos, y continúa sin conocer la victoria en tierras granadinas, donde nunca han ganado.

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