Se llegaba a este partido con dos sensaciones totalmente diferentes. Por un lado, llegaba el Getafe con una sola victoria en su casillero y con muchas dudas sobre las posibilidades del equipo. Por otro, un Mallorca que si sumaba una nueva victoria conseguiría el mejor arranque ligero del club en su historia.

Para ello, Joaquín Caparrós sacó un equipo ofensivo y, enchufados desde el primer momento, arrasó en los primeros diez minutos de partido llegando, incluso, a estrellar un balón en la madera. El Mallorca mandaba sobre el terreno de juego y a punto estuvo de marcar hasta que llegó la jugada que iba a señalar el devenir del partido. Una jugada en mitad de campo terminó con una entrada brusca de Ximo Navarro donde Paradas Romero interpretó juego violento y expulsó al jugador.

Con esto, el Mallorca se quedaba con un jugador menos por lo que replegó las líneas y esperaba a su rival para salir al contrataque. A su ves, el Getafe se hacía con el mando del partido y, con mucha posesión, manejaba a su antojo los tempos.

Pero a pesar de esto, ninguno de los dos equipos conseguía acercarse con demasiado peligro a la portería contraria. Ambos entrenadores realizaron cambios estratégicos debido a las condiciones del partido. Pedro León por parte del Getafe y Nunes por el Mallorca, pisaban el terreno de juego para intentar hacer a sus equipos puntuar.

Ninguno de los dos fue capaz de ello por lo que ambos equipos enfilaron el túnel de vestuarios con los deberes de hacer en la segunda parte lo que no habian hecho en la primera. Y así fue. Nada más salir de los vestuarios, Diego Castro, en un fallo de la defensa bermellona y tras pase de Barrada, materializaba el gol que a la postre sería el único del partido. Además, el jugador tuvo un emotivo detalle con el desaparecido Manolo Preciado quitandose la camiseta para que se viera otra en la que aparecia una foto del más que querido entrenador.

A raíz de aquí, el Mallorca tuvo que deshacer un poco el entramado defensivo y abrir sus líneas si quería puntuar. Esto abrió más el partido y provocaba que ambos equipos se acercasen en mas ocasiones a la partería rival. Pero estás ocasiones no eran del todo peligrosas por lo que no se apreciaba posibilidad alguna de que cambiase el marcador.

Llegaban los minutos finales y los pupilos de Joaquín Caparrós se fueron a por el empate. Esto hacía descuidar la retaguardía, por lo que los contrataques del Getafe se volvían peligrosos. Aun así, las últimas ocasiones claras del partido fueron para el Mallorca, que tuvo la posibilidad de empatar el partido hasta en dos ocasiones. Pero estás fueron erradas por sus jugadores, por lo que el marcador no se movió y el Mallorca sumó su primer derrota de la temporada.