La jornada del domingo comenzaba con un duelo entre Mallorca y Levante, dos equipos que llegaban a la cita con trayectorias similares, aunque con objetivos distintos. Los bermellones necesitaban la victoria para seguir soñando con la permanencia, mientras que los granota tenían que hacer un lavado de imagen tras todo el revuelo del presunto amaño del partido frente al Deportivo. González González había arbitrado una vez al Mallorca (con derrota) y dos al Levante (con sendas victorias). El Iberostar presentaba una magnífica entrada con el sueño más vivo que nunca.

El Mallorca tuvo la oportunidad de salir del pozo con una gran primera mitad, aunque el bajón físico le jugó una mala pasada y Acquafresca empató al borde del descanso. Los intentos a la desesperada de los de Manzano no se materializaron en gol y el farolillo sigue siendo más rojo que nunca. Los granota sals y con la imagen del club mejorada.

Salida en tromba del Mallorca

El partido comenzaba con una presión asfixiante de los locales, que embotellaban al Levante en su área y buscaban adelantarse en el marcador rápidamente. Dos Santos era un constante peligro por la banda y los de JIM habían salido dormidos y sin demasiada ambición al terreno de juego. Poco tardarían los de Manzano en abrir la lata, ya que el minuto 7, Gio asistía a Nsue, que no llegaba al esférico pero sí lo hacía Hemed, que volvía a marcar tras muchas semanas y batía a Keylor Navas estableciendo el 1-0 en el marcador.


Martí y Pina controlaban el centro del campo y seguían achicando la portería de Navas, que mostraba su enfado por la fragilidad defensiva de los suyos. El Levante no encontraba la inercia, estaba espeso y apenas tenía una posesión de más de diez segundos. Los bermellones seguían con hambre y sin dar opciones a los azulgranas de salir al ataque. La defensa que había tejido Manzano estaba dejando sin aire a Barkero, que era sustituido en el minuto 28 por problemas musculares.

Barkero se lesiona, se funden los bermellones

Precisamente con la marcha de Barkero el Levante empezaba a estirarse. La intensidad del Mallorca bajaba y los granota se venían arriba con Pedro Ríos atacando sin piedad la banda. Los nervios empezaban a apoderarse de los jugadores de Manzano, que se habían vacíado en los primeros minutos y pedían un respiro. Eso lo aprovechó el Levante para, en el minuto 42, tras un córner regalado por Nsue, empatar el partido gracias a un remate con el pecho de Acquafresca que se colaba al fondo de la red.


La primera mitad terminaba con una trifulca dentro del área, con un Mallorca que se fue desinflando a medida que el físico no daba más de sí y los visitantes lo aprovecharon para empatar en una de las pocas ocasiones de las que gozaron.

Mismo guión, pero sin goles

La segunda parte comenzaba con el mismo guión que la primera, con un Mallorca controlando la posesión, volcado al ataque y asfixiando la salida de balón de los granota. Víctor y Gio eran un malsueño para Vyntra y Juanfran, que eran incapaces de defenderles sin dificultades. Los de JIM asomaban la cabeza al cuarto de hora con un tímido remate de Pedro López, sin dificultades para Aouate. La táctica de Manzano era conseguir el gol mediante la posesión mientras que los de JIM aguardaban en defensa para sentenciar a las contras, que tenían peligro. "Posesión - contraataque"

La afición mallorquinista empezaba a desesperarse por la pasividad de los suyos, que jugaban horizontal y sin ir a por el gol de la victoria. Algunos jugadores eran silbados cuando tocaban el balón y Manzano pedía que más carácter. El árbitro se equivocaba en un mano a mano de Pedro Ríos con Auoate en el que no existía el fuera de juego. Arizmendi entraba para dar aire nuevo al ataque pero a los cinco minutos se rompía y tenía que abandonar el terreno de juego.

Todo o nada

El Mallorca volvía a controlar el partido. Llegábamos al último cuarto de hora con toda la carne en el asador. Los bermellones echaban el resto e iniciaban un asedio constante a la portería de Navas, que se veía desbordado. González González anulaba un gol dudoso a los locales y el público estallaba contra el colegiado. El Levante parecía conformarse con el empate, mientras los de Manzano apuraban sus opciones para llevarse los tres puntos. Alfaro era la referencia en ataque y un peligro constante. Sus disparos se marchaban fuera por poco y el gol estaba al caer.

El colegiado añadía cinco minutos de infarto. Los nervios estaban a flor de piel. El Mallorca colgaba balones a la desesperada.Gio dispuso de la última oportunidad del conjunto local pero sin éxito. El partido moría con un empate a uno que no dejaba satisfecho a ninguno de los dos, aunque el Levante pudo salir peor parado. Los bermellones siguen colistas con 29 puntos mientras que los azulgranas se acercan a la permanencia con 41.

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Sobre el autor
Miguel  Lois Vidal
periodismo. Amante del deporte.