Llámenle acto de fe o misión -casi- imposible, pero lo cierto es que el Mallorca ha llegado vivo a la última jornada liguera. El empate ante el Atlético de Madrid en la anterio jornada mantuvo al equipo colista, pese a haber sido una oportundiad de oro de cara a la salvación. Ahora, el equipo de Manzano, como ya dijo hace unos días el propio técnico andaluz "luchará por los tres puntos que puede conseguir", pero a su vez debe esperar una combinación de resultados que se advierte complicada, incluso muy improbable, pero en ningún caso imposible.

Con 'un ojo' puesto en muchos campos

Repasemos las posibilidades que tiene el equipo balear: ante todo, al Mallorca (33 puntos) sólo le vale ganar los tres puntos ante el Valladolid. Cualquier opción que no incluya este resultado no le sirve para salvarse; la siguiente opción más factible es esperar los empartes o derrotas de Celta y Zaragoza (ambos con 34 puntos), que sumados a una derrota del Deportivo (35 puntos) y a la victoria bermellona, le darían la salvación a los de Manzano. Por tanto, al Mallorca sólo le vale ganar y que pierda el Deportivo ante la Real Sociedad -que se juega entrar en puestos Champions-, ya que si los de Fernando Vázquez empatan, al tener ganado el goal-average, impedirían la salvación mallorquinista. Tras estas dos variables, puede esperar empates o derrotas de Celta y Zaragoza, los dos equipos que van por delante en los puestos de descenso. El problema lo tiene con el Celta y el Zaragoza, que juegan ante Espanyol y Atlético respectivamente, dos equipos sin muchos incentivos para ganar, ya que ambos tienen sus objetivos ya cumplidos. Conclusión: una salvación muy cara que, en todo caso, es muy improbable pero, repetimos, no imposible para el Mallorca.

Un rival con los 'deberes' hechos y que no se juega nada 

El Valladolid llega a este último partido con los deberes hechos y esperando el final de la temporada para empezar a planificar el siguiente proyecto. Muestra de ello es la noticia publicada ayer por la web oficial del club, la cual anuncia la marcha de Djukic tras dirigir al equipo durante dos temporadas. El técnico serbio aseguró que había tomado la decisión de no continuar "hace ya dos meses", pero sólo lo comunicó al presidente al conseguir los objetivos "para no entorpecer el trabajo del equipo", aseguró el serbio ayer ante los medios. Además de esto, el club pucelano llegará a Mallorca con la duda de Balenziaga y las bajas de Javi Guerra, con molestias musculares y en el pubis, y Sastre, éste último por sanción. En definitiva, el Valladolid llega a Mallorca para disputar un partido trámite, al que llega tras una temporada de mucho esfuerzo por colocarse en una posición cómoda. No se juega absolutamente nada y, teóricamente, no debería ser un rival complicado para un Mallorca que se juega la permanencia. En condiciones normales, estos dos equipos han mostrado una gran igualdad en sus enfrentamientos, pero la situación de mañana favorece claramente a los de Manzano en cuanto a tensión.

Giovani estará finalmente para intentar el 'milagro'

Todo un golpe de moral positivo para los de Manzano. Sin duda, el partido ante el Valladolid se afronta de otra manera ahora que ya se sabe la presencia del mexicano en el partido decisivo del sábado. Tras unas conversaciones de Javier Tebas (LFP) con la FIFA y la selección de México, se ha acordado que el jugador dispute el partido y acto seguido marche hacia EEUU para concentrarse con su combinado nacional. La ausencia de Giovani hubiese sido fatal para Manzano, que sumada a la lesión de Tomer Hemed -por el que el club ha pedido una ovación de apoyo en el minuto 10 de partido-, hubiese dejado muy mermadas las opciones bermellonas en ataque. Ayer, en rueda de prensa, Víctor Casadesús, uno de los cuatro capitanes del equipo, admitió que "será complicado, y puede haber tensión y nervios sabiendo qué hacen los otros" pero que "en ningún momento he pensando que sea el último partido en Primera División". El delantero mallorquín también aseguró que durante la semana han entrenado con alegría e ilusión, por lo que espera que la afición les acompañe hasta el final: "Entiendo que estén enfadados y desilusionados, pero que vengan a animar, porque nunca se sabe lo que puede pasar".

En juego, ampliar los 16 años en Primera del club

El Mallorca puede jugar mañana su último partido en Primera División tras 16 años en la categoría. Unos años con temporadas y éxitos memorables, como la disputa de la Champions League (donde se metió con Manzano como entrenador) o la Copa del Rey ganada en 2002 ante el Recreativo de Huelva. Dos recuerdos imborrables para una afición que ha visto cambios radicales en su equipo durante los últimos años, también plagados de sufrimiento y de salvaciones conseguidas en la última jornada, como la conseguida ante el Betis en la 2004/2005, con Héctor Cúper en el banquillo. Ejemplos que deben alentar a la grada mañana, aunque el objetivo sea muy complicado. La temporada no ha sido buena, el Mallorca ha sido el equipo más goleado de la Liga con 70 goles en contra, sólo ha ganado 8 partidos y sobre todo, ha sido uno de los peores equipos en casa, factor fundamental para que un equipo así aspire a descender. Sin embargo, dicen que la esperanza es lo último que se pierde, y el Mallorca deberá dar la cara por su afición y ganar mañana, al mismo tiempo que hacer un último acto de fe. Noche de transistores y nervios en Mallorca con un único objetivo: "ser de Primera" un año más.

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Sobre el autor
Rodrigo de Miguel
Periodismo en la UAB (Barcelona)