2014 ha sido un año difícil de olvidar para el RCD Mallorca, pero que tanto el club como la afición balear querrán borrar de su memoria lo más rápidamente posible. En el aspecto deportivo, el equipo siempre ha rendido por debajo del nivel esperando, llegando a coquetear con los puestos de descenso durante buena parte del año. Pero la mayor convulsión en el equipo mallorquín ha llegado en los despachos, donde la inestabilidad ha provocado decisiones que únicamente han perjudicado los intereses del cuadro bermellón.

El comienzo de año fue realmente difícil para los intereses del RCD Mallorca, pues tras 16 años en la máxima categoría del fútbol español, volvían a luchar en la categoría de plata por sobrevivir. La primera mitad del año estuvo marcada por evitar el descenso, situación que provocó un gran disgusto éntrelos aficionados porque, por presupuesto y plantilla, el equipo debió luchar por el ascenso y no por permanecer en la Liga Adelante. La permanencia se confirmó y el verano se planteó como el escenario perfecto para construir un equipo competitivo para la temporada 2014/2015, pero los problemas institucionales impidieron un comienzo tranquilo en Son Moix. Tras varios encuentros, las victorias llegaron, pero ahora el equipo ha vuelto a caer en una crisis de resultados y termina el año en una situación delicada.

Sufrir hasta el último minuto

El RCD Mallorca comenzó el año 2014 con dos empates y una contundente victoria ante el Sabadell (4-1) para el cuadro bermellón, un buen inicio tras lo vivido en 2013. Pero la alegría duró poco en tierras baleares, pues el cuadro bermellón sólo logró cuatro de los 21 puntos en juego en las siguientes siete jornadas, lo que le hicieron acercarse peligrosamente a la zona de peligro. Dos victorias consecutivas (ante Tenerife y Real Madrid Castilla) y un empate ante el Recreativo permitieron a los mallorquines volver a situarse en la zona media de la tabla clasificatoria.

Pero el conjunto balear estaba destinado a sufrir para permanecer en la Liga Adelante y encadenó cinco derrotas consecutivas, llegando a peligrar su puesto en la categoría de plata a falta de cinco jornadas para el final de la competición. La tensión se palpaba en cada uno de los jugadores del cuadro bermellón, que veían como un equipo que militaba en Primera podía caer hasta la Segunda División B en apenas dos temporadas. Con un gran número de equipos en la pelea, cada punto se antojaba vital para mantenerse en la Liga Adelante.

Así, los partidos ante Numancia, Real Jaén y Girona se saldaron con un empate, situación que mantenía al equipo mallorquín en la pelea. Restaban dos jornadas y aún quedaban tres posiciones de descenso por asignar. Sin embargo, el RCD Mallorca logró la victoria ante Las Palmas (2-0) y un empate ante el Córdoba en la última jornada, hecho que junto al resto de resultados permitió al club de Son Moix terminar el campeonato liguero en la 19ª posición con 51 puntos, a sólo uno del Mirandés, que marcó la zona de descenso con 50 puntos. El RCD Mallorca logró con muchísimo sufrimiento permanecer un año más en la división de plata del fútbol español.

Un verano convulso

Los dirigentes del RCD Mallorca no querían que el equipo volviera a sufrir para mantener la categoría y decidieron colocar a un hombre de la casa, Miquel Soler, al frente del conjunto balear. Sin embargo, la llegada de Dudu Aouate como director deportivo provocó la destitución del técnico un mes después de ser nombrada entrenador del primer equipo y la llegada de Valery Karpin al banquillo bermellón.

En el planto deportivo, el equipo cambió buena parte de su plantilla para intentar el asalto a la Liga BBVA. Así, dijeron adiós a las Islas Baleares Ximo Navarro y Hemed (Almería), Thomas (At. Madrid), Geijo e Iriney (Watford), Moreno (Villarreal), Riverola (Genoa), Kevin, Antonio López, Javi Márquez (Granada), Generelo (Oviedo), Nsue (Middlesbrough) y Alfaro (Panathinaikos). El equipo buscó reforzarse con gente que conociese la Liga Adelante y tuviera experiencia, y se hizo con los servicios de Pau Cendrós, Arana, Cabrero, Truyols, Saborit, Cristian Bustos, Javi Ros, Fofo, Markovic, Gai Assulin y Scepovic.

Los amistosos de pretemporada comenzaron en Alemania para el cuadro balear, que cosechó un 1-1 frente al Nuremberg. Ya en el mes de agosto, los bermellones cosecharon una derrota ante el Milwall por 1-0, mientras que los dos últimos encuentros de pretemporada se saldaron con victoria: 0-3 ante el Cartagena y 2-1 ante el Getafe en el Trofeo Ciutat de Palma.

La irregularidad como compañera

El conjunto entrenado por Valery Karpin no pudo tener un peor comienzo de temporada. En los siete primeros partidos, el conjunto mallorquín sólo pudo sumar dos puntos, evidenciando graves problemas en el juego y fuer del mismo. Pero cuando el horizonte se tiñó de color negro, apareció la mejor versión del RCD Mallorca, que encadenó siete jornadas consecutivas sin conocer la derrota. Los hombres de Karpin sumaron cinco victorias y dos empates, volviendo a situarse en la zona media de la clasificación y poniendo algo de luz en el túnel en el que se encontraban inmersos.

Sin embargo, las derrotas volvieron a aparecer en el club de Son Moix, que en las últimas cuatro jornadas del año 2014 ha logrado un empate y tres derrotas, volviendo a descender hasta la 16ª posición de la clasificación, con 20 puntos en su casillero tras la disputa de las 18 primeras jornadas de la Liga Adelante. Un comienzo de temporada bastante oscuro y en el que la única luz la ha protagonizado el joven Marco Asensio, que ha deslumbrado a los mejores equipos del continente y que será jugador del Real Madrid a partir de la próxima temporada.

Con mucho margen de mejora y con la necesidad de enderezar el rumbo de un equipo siempre favorito al ascenso, el RCD Mallorca dice adiós a 2014 y confía en que el próximo año las aguas vuelvan a su cauce en el aspecto extradeportivo, lo que contribuirá a la mejora del juego del equipo. La afición mallorquina, que ha visto a su equipo codearse con los mejores equipos del país, quiere volver a estar entre los mejores equipos nacionales, una tarea complicada pero no imposible para un equipo de los llamados ‘de Primera’.