La actual situación que atraviesa el conjunto isleño no es la esperada por la afición, jugadores y staff​ técnico. Malas planificaciones, malos movimientos en los mercados de fichajes y constantes disputas de poder en el palco han afectado gravemente al club, tanto en el ámbito institucional como en el terreno de juego. Tres años en segunda división, tres años con el ascenso como objetivo y tres años luchando por no descender son el reciente y pobre bagaje del equipo.

Todos los integrantes del club tienen en mente salvar la categoría un año más, para así poder empezar de nuevo. Para ello apuntamos algunas de las posibles claves para la salvación:

  1. La afición: ​Son Moix debe ser una olla a presión en los tres partidos restantes. Ante la incapacidad de llenar el estadio, los habituales asistentes deben llevar al equipo en volandas desde el pitido inicial. Ha sido reconocido tanto por los jugadores como por el entrenador, el gran papel que juegan los aficionados en los partidos de casa, en los que se han obtenido la gran mayoría de los puntos. Echando la vista atrás, vemos que Eibar, Deportivo, Sporting y Betis han sido los últimos en ascender y todos cuentan con un denominador común: una afición entregada, incondicional. Capaz de llenar el estadio y desplazar a centenares. Y que nunca dejaron que sus equipos caminaran solos. Cierto es que el Mallorca se encuentra en una tesitura totalmente diferente, pero si la afición tiene un rol importante en los momentos con mucho con ganar y poco que perder, como un ascenso, ¿cómo no va a ser importante en un momento con tanto que perder y tan poco que ganar?
  2. Lucha y carácter​: En una liga tan disputada como es la Liga Adelante, no hay sitio para el 'jogo bonito'​. Tan solo importa puntuar, no importa el método. Lo único imprescindible es la intensidad. Nunca se puede dar un partido por ganado ni por perdido y ningún jugador se puede permitir el lujo de no colaborar en tareas defensivas, por muy exquisita que sea su técnica. Es una división en la que prevalece la importancia del grupo por encima de los individuales. Y si no, díganselo al Almería o al mismo Mallorca. Ambos con plantillas diseñadas para ascender, con grandes jugadores para la categoría. No obstante, al no cohesionar, se convierte en una plantilla totalmente mediocre, relegada a tener que luchar por la salvación en vez de por el ascenso.
  3. Puntuar fuera de casa: ​Con 11 derrotas en 18 partidos a domicilio, no hay duda de cuál es la asignatura pendiente del Mallorca esta temporada. Sin embargo, para poder conseguir la ansiada permanencia deberá sacar resultados positivos en los tres partidos restantes a domicilio, en los que visita Albacete, Girona y Valladolid. En todos ellos deberá superar a su rival en intensidad y, sobre todo, nunca perderle la cara al encuentro. El próximo domingo visita a los manchegos, rival directo por la permanencia. El Mallorca deberá volver a la isla con los tres puntos bajo el brazo si no quiere quedarse rezagado en la lucha por alejarse de la zona roja.
  4. Fortaleza mental: "El conjunto que sea psicológicamente superior a las adversidades será el que se quedará en la categoría", afirmó Fernando Vázquez en la rueda de prensa previa al partido ante el Alavés. El Mallorca está obligado a mejorar este aspecto psicológico, manteniendo la calma y la serenidad al adelantarse en el marcador y no viniéndose abajo al encajar. Si Fernando es capaz de hacer que sus chicos crean ciegamente, se habrá dado un gran paso adelante.

Son 18 los puntos que quedan por disputar y son ansiados por todos. Está por llegar un agónico final de temporada, tanto en la parte alta como en la baja, en la que no se puede dar a nadie por muerto hasta que las matemáticas digan lo contrario.